Capítulo cinco

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No todas las cosas cuando se rompen hacen ruido.  Hay algunas que se derrumban por completo en el más absoluto de los silencios. 

(Soledad Voulgaris)

Fluke enrojeció de ira, ¿acaso le estaba tomando el pelo? - ¡Maldito loco! – Dijo, luego se dio la vuelta dispuesto a abandonar la habitación, pero el profesor era de manos rápidas y sostuvo su brazo.

- ¡Suélteme!, creo que ya se ha burlado suficiente de mí.

- ¿Burlarme?, no me estoy burlando.

- Dejémonos de estupideces, señor Thitiwat. – Dijo zafándose.

- ¿Cásate conmigo?, No es una pregunta tan difícil de responder. – Insistió él.

- ¿Se volvió loco?, ¿perdió la razón?

- Estoy cuerdo, cásate conmigo. Te daré todo lo que quieras, tendrás todo lo que necesites.

- ¿Se da cuenta de lo que me está proponiendo?, ¡soy un chico!, y aunque eso no fuera importante ni siquiera nos conocemos.

- Soy consciente de eso. – Fluke entrecerró los ojos, él de verdad estaba desquisiado.

- Me voy, no creo que esta conversación sea normal.

- Fluke, no estoy burlándome, ni jugando contigo, necesito una esposa.

- Entonces, ¿Por qué demonios no le pide a su novia que se case con usted?

- No es posible, tiene que ser un chico.

- ¡¿Le gusto?!, ¡acaso, ¿me ama?! – Preguntó casi gritando.

- Esto no se trata de amor, se trata de negocios.

- ¿Negocios?, ¿Qué le hace pensar que me casaría con alguien sin amarlo?

- ¿Amor?, el amor no existe Nong, no pensé que fueras tan incrédulo. – Dijo cínico.

- Llámeme como quiera, pero no estoy dispuesto a casarme con alguien que no me ame.

- ¿Querrás decir que no ames?

- Da lo mismo, no me casaré de todas maneras.

- ¿Estás seguro?

- Lo estoy.

- Como te dije antes, nunca pierdo. He decidido que te quiero como mi esposa, tarde o temprano lo serás.

- ¡Maldito loco! – Fluke echaba chispas por los ojos, luego de eso abandonó el salón.

¿Casarse?, definitivamente Ohm Thitiwat se había vuelto loco y... se veía tan normal, creyó que era una persona cuerda, ¡por dios!, cuando dijo ¡cásate conmigo!, su corazón casi se salió de su pecho, no podía negar que se perdió en sus ojos. Si no estaba loco, debía tener una muy buena razón para querer casarse con un chico, quizás tenía que ver con su dinero, alguna herencia, ¿acaso lo estaba pensando?, definitivamente la locura debía ser contagiosa.

Después de abandonar la sala de clases fue a la guardia de la universidad y dejó ahí también los accesorios de la bicicleta, lo peor era que aunque lo rechazara tenía que seguir viéndolo en clases y eso no lo tranquilizaba ni un poco, por lo pronto trataría de evitarlo, además, tenía que concentrarse en la entrevista con aerolíneas Rit, estaba nervioso y aquella conversación con P'Ohm se le metía en la cabeza cada vez que trataba de concentrarse en otra cosa. ¡Ya!, ¡deja de pensar en él!

UN ÁNGEL PARA MIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora