"Y cuando finjo desinterés es ahí cuando mas te quiero"
- Te aseguro que todo está bien. - Dijo el doctor Din por enésima vez ese día. - Tendrá que quedarse una semana más en el hospital, pero todo marcha bien, solo debe tomar sus medicamentos a la hora.
- Pero, ha tenido un infarto, me preocupa que le pase de nuevo. - Insistió.
- Si y aunque se pudiera pensar que su corazón estaría muy dañado, no lo está, es casi un milagro que incluso pueda reír sin ninguna secuela.
- Ha estado actuando raro. - Dijo Ohm.
- ¿En que sentido?
- No..., déjelo quizás son imaginaciones mías.
- Es normal que él actúe algo extraño, no hay que olvidar que estuvo muerto por casi quince minutos, yo me asombraría si reaccionara distinto. - Dijo el doctor. - Ahora ve con él.
Fluke evitaba hablar sobre lo que había pasado en casa antes y eso lo tenia nervioso, no sabia que pasaba por su cabeza, por un lado, estaba muy feliz que quisiera volver con él, pero también tenia miedo de que Fluke no quisiera hablar sobre eso, se había comportado tan bien con Fai y también era amable con su padre, aunque Ohm presentía que él sabia quien era el señor Siripongthon, sobre todo por la forma en que lo miraba.
Cuando abrió la puerta él inmediatamente puso sus ojos en los suyos, quería decirle tanto, pero lo sentía tan frágil que le era imposible mirarlo y no recordarlo tirado en aquella cama a punto de perder la vida, no lo soportaría otra vez, lo miraba intensamente, casi como queriendo adivinar que pensaba, la tensión era palpable entre los dos, gracias a dios en el cuarto también estaba Fai y su abuelo eso hacia el ambiente algo menos pesado. Si él pudiese escuchar dentro de su pecho sabría que su corazón estaba vuelto loco por declararle cuanto lo amaba, pero ahora al tenerlo despierto era muy difícil expresarlo todo lo que sentía. Por el momento se conformaría con decirle con la mirada presintiendo que tal vez su ángel sabría leer sus ojos "te amo". - Dijo. - "No sabes cuánto de verdad te amo". - Vio con asombro que Fluke se había sonrojado de la nada, ¡maldición! Era imposible que de verdad él lo hubiese escuchado.
- ¿Ohm?, ¿estás bien?, de pronto te has sonrojado. - ¿Él también?, sintió su cara arder de la vergüenza.
- Hace un poco de calor aquí, eso es todo. - Dijo emitiendo una media sonrisa. - El doctor ha dicho que debes quedarte aquí al menos una semana.
- ¡¿Una semana?!, pero es mucho tiempo, de veras estoy bien, quiero irme a casa, por favor, P'Ohm, llévame a casa. - Su pecho explotaría en cualquier momento, si él continuaba actuando así sonando como un bebe, Ohm creía que en cualquier momento se le doblarían las piernas y caería rendido a sus pies.
- ¿De verdad quieres volver a casa con él? - Preguntó Fai.
- ¿Qué quieres decir con eso Fai? - Preguntó él. - P'Ohm es mi esposo, por supuesto que quiero volver a casa con él.
- Puedes confiar en mí, ¿acaso no estas siendo obligado de alguna forma? - Fluke lo miró en ese momento. El contrato, ¿acaso Fluke aun creía que debía cumplir con el contrato?
- No, P'Ohm y yo nos casamos porque... - Dijo luego se calló. - Nos amamos. - Terminó fijando la vista en su hermano.
- ¿De verdad?, ¿no hay nada que estés ocultándome Fluke? - Ohm no sabía que decir, al final todo dependía de Fluke, si él hubiese querido, en ese momento que podía decir a su hermano que pagara la deuda y así terminar de una vez con todo. ¿Por qué él no decía nada?
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UN ÁNGEL PARA MI
RomanceEn un día un encuentro puede ser casual, dos, pueden ser mala suerte, pero tres, ¡¿tres?! Fluke pensó que a pesar ser un hombre muy atractivo, su profesor no era para nada simpático, un hombre demasiado orgulloso y extraño no tenía nada que ver con...