La mañana del día siguiente ya había aparecido y los rayos del sol entraban por la ventana chocando con el rostro de un menor quien al no poder ocultarse de la vista de aquella bola de fuego decide levantarse con cuidado, mientras estiraba su cuerpo miraba la figura de su aun dormido esposo y recordando todas las cosas que habían hecho ayer, en eso le vinieron a la mente las amenazas que había hecho en broma a su pareja solo que ahora si las cumpliría
En silencio camino por la habitación los pies descalzos llegando al armario sacando esas brillantes esposas junto a la llave que abría estas y recogiendo la camisa del día anterior de Jackson, después de que se colocara la camisa camino con cautela hasta el lado de la cama del azabache, tomo sus muñecas y las esposó con el respaldar de la cama para al final subirse con cuidado sobre el mayor y despertarlo con besos
-Hey amor… despierta, ya es tarde –habla viendo como aquello adormilados ojos de su esposo se abrían lentamente, quedando sorprendido por la vista que tenía frente a él pero su mayor sorpresa era el que no podía mover las manos
-Debí imaginarlo –susurra soltando un puchero viendo a Sam- mierda… ¿este es tu castigo para mí?
-Awww amor ¿Por qué te ves enojado? ¿Qué no te gusta verme así? –ríe viendo como su pareja se mordía el labio inferior mientras tenía su mirada en el-.
-Te encanta verme sufrir
-Claro que no… bueno un poco pero ahora no puedes hacer nada –mira de forma divertida al contrario quien trataba de zafarse de las esposas-.
-Créeme que voy a cobrármelas… y no tendrás escapatoria Sam –advierte soltando una sonrisa maliciosa- y haremos de esto un círculo vicioso, suéltame de una puta vez
-Si te suelto ahora te vas a vengar y yo no me vengaría… déjame verte sufrir un poco más –pide recostando su cuerpo contra el de Jackson quedando ambos rostros cerca uno del otro- ¿qué dices? –pregunta soltando una sonrisa tierna-.
-Digo… que te metes con el dueño de las esposas… se quitármelas sin ayuda de una llave –ríe suave mientras relamía sus labios- quiero ver que tanto puedes hacer… sigue con tu tortura entonces
-Lo de las esposas no te creo –ríe acariciando la mejilla de su compañero- oye espera ¿acaso me estás retando? –Pregunta entre risas bajando su cabeza, dejando beso por todo el abdomen del ojiazul para después sentarse otra vez y con su mano empezar a masturbarlo- ¿te gusta amor? –Suelta una risilla escuchando los jadeos del contario- ¿Por qué esa mirada de frustración?
-Porque me estas torturando de esa forma… ah vas a ser castigado… créeme será muy fuerte
-Si… no lo creo…woo ya te pusiste duro –riéndose- eres un amor ¿sabías? –Dice bajando su cuerpo para empezar a lamer el miembro del azabache-.
-Agh Sam –jadea leve viendo como el menor ahora chupaba aquella zona- mierda
-Te ves molesto amor –ríe acercándose a su rostro para darle un pequeño beso- ¿no dices que es mejor relajarse? –Habla mientras seguía torturándolo con su mano- sabes ahora que lo pienso si me apuro aun puedo llegar temprano al trabajo
-Mierda si-sigue –pide viendo los ojos de diversión de su esposo mientras mordía su labio-.
-Qué lindo eres, ¿cuánto crees que podrás seguir así?
-M-más que tu… seguro –habla entrecortando-.
-¿No te da ganas de soltarte y tocarme?... pero es cierto, no puedes… por estas cosas no debes retarme amor –susurra cerca de sus labios y voltea hacia la mesa de noche para tomar el celular- mira la hora que es, ya debo irme –comenta dándole varios- te veo en unas horas ¿si? –Habla bajándose del mayor y se dirige al armario para buscar su ropa y darse una ducha-.
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Después de la historia... ¿Viene el final?
SonstigesLa historia de una pareja casada que empieza a tener problemas, tales hasta llegar al borde del divorcio ¿Podrá el amor salvarlos de aquella decisión?