Capítulo 22

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Hace 10 minutos

Un castaño que caminaba sin dirección alguna mientras encendía un segundo cigarrillo termino llegando a su antigua casa, como si fuera una película de terror aquella casa le causaba escalofríos, a paso lento se acercó a la puerta notando que esta se encontraba media abierta, con confusión termino por abrirla e ingresar al domicilio y al instante aquellos recuerdos que trataba de borrar rebotaron en su mente con cada segundo que pasaba dentro de aquel lugar.

-No puedo creer que siga viviendo aquí -susurra recorriendo su antiguo hogar-.

Miro con detenimiento cada cosa tratando de encontrar alguna diferencia de la última imagen que tenía la casa hasta que la encontró, su reflejo en el espejo, la última vez que vio su reflejo en aquel objeto tenia lagrimas sobre su rostro y sus ojos reflejaban tristeza, ahora veía el humo de cigarrillo, ojeras ligeramente notorias y una mirada vacía, no sabía qué imagen era peor, siguió avanzando hasta que escucho una conversación por teléfono, reconoció esa voz y de forma lenta se acercó a la pared y asomo su cabeza para ver que sucedía, ahí estaba el, se volvió a esconder detrás de la pared pidiéndole a su corazón que se calmara, recordarle porque no podía ponerse como un tonto enamorado, antes de que pudiera huir un animal entre ladridos se abalanzó sobre el empezando a lamerlo.

-Espera, espera, Haru -se ríe alejando el cigarrillo del can y tratando de callarlo- no hagas ruido, Jackson no debe saber que estoy... -susurra y con miedo alza su cabeza en cuando ve unos zapatos frente a el- aquí... hola Jackson...

-Hola Sam...

-Yo... vi la puerta abierto, se me hizo extraño... no quería entra así, lo siento, no hay excusa -murmura lo último levantándose- ¿no nos hemos visto en un tiempo no?... ¡es verdad!, felicidades por tu relación, cuando llegue me enteré.

-No es una relación -dice llamando a Haru con la mano- Es alguien que le cae bien a mis padres y es todo, nada de lo que sale en la televisión es real -dice bajando el sonido de su celular dentro del bolsillo de su pantalón-.

-¿De verdad?, ya veo... bueno eras un buen actor, fingir eso debe ser sencillo -susurra algo incómodo- Tal vez ya deba irme, si tu "novio" me ve aquí se podría enojar y no quiero eso, así que me reti- agh ¡quema! -suelta el cigarrillo y lo pisa para no quemar nada mas- mierda... ahora lo limpio.

-Espera déjame ver -toma la mano del contrario observando la quemadura- no te preocupes por eso y en cuanto mi "novio", 1. Creo que ni si quiera está en la ciudad, 2. No vivimos aquí, 3. Ni siquiera vivimos juntos.

-Gracias -murmura mirando hacia otro lado- admito que desearía tener esa suerte, Nahuel es un dolor de cabeza pero debo vivir con él, por cierto ¿qué haces aquí si no vives en este lugar?

-¿Es tu novio y dolor de cabeza?... interesante -habla concentrado en aquella quemadura, en realidad no era nada pero aun quería sintiendo la calidez de las manos de su compañero por unos segundos más- y por lo otro pues a Haru le gusta venir a olfatear tu rastro y antes de que se escape de casa, vaya en tu búsqueda y se termine perdiendo prefiero traerlo aquí hasta que él se quiera ir.

-Debí preocuparlo mucho, ¿no pequeño? -Se acerca para acariciarlo- si no te molesta quisiera llevarlo a pasear en estos días, estaré un tiempo aquí hasta que pueda convencer a la empresa de regresar a Inglaterra, por unos días no tendrá que buscarme y tampoco se perderá.

-Es tuyo de todas formas, ¿no?

-Es de los dos... supongo que sigue siendo nuestro hijo -susurra- el seguirá viviendo contigo, si lo llevo a casa voy a pelear con Nahuel y ya no tengo cigarrillos además que Michael se asustara de ver a un animal tan grande de la nada -se ríe mirando a Haru-.

Después de la historia... ¿Viene el final?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora