XXIV) Que empiece la fiesta

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La semana se pasa volando y sin complicaciones, me siento con Val todos los días aunque para el jueves las cosas con Naty ya están bien y Julia poco a poco lo va dejando atrás, el viernes antes de irme a casa de Amanda les aviso de la fiesta y que si gustan ir vengan a la casa de Amanda a las 8 para ir juntas, a decir verdad no estoy muy segura de la dirección de la casa de la tal Laila, o de quién sea ella. Al llegar a mi casa provisoria encuentro a Amanda dormida en el sillón así que me encamino a descansar un rato yo también.

Cuando despierto son las 6 así que corro a la ducha, al salir me seco y plancho el pelo tan rapido como me es posible, es decir, una hora. Faltan 45 minutos para las 8 cuando es momento de decidir qué haré con mi ropa, maquillaje y peinado, recuerdo que Amanda dijo algo de un tema o algo así. - ¡Amanda! - Mi voz suena desesperada, como si me estuvieran matando.

- ¿Qué pasó? - 

- No sé qué ponerme. - Digo algo apenada, hice que se preocupara.

- ¿Ropa? A ver, dejame ver. - Al cabo de 5 minutos me arroja un vestido dorado ceñido al cuerpo que se ata atrás del cuello, con un escote que termina centímetros antes del ombligo y espalda abierta, el mismo tiene un tajo en la larga falda que dejaría toda mi pierna al aire. - Es elegante al final. -

- Bien, ¿qué te vas a poner vos? - 

- ¿Alguna vez viste la película "¿Quién engañó a Roger Rabbit?" ? - Asentí, tengo un vago recuerdo de esa película. - ¿Te acordas de la peliroja? - ¿Cómo no recordarla? Es Amanda en pinta. - Bueno un vestido como el de ella que me regaló Laila. - 

- ¿Quién es Laila? - No puedo evitar preguntar.

- Mi madrastra, me voy a bañar. - Así que la fiesta sería en casa de sus padres, bueno su padre y su madrastra, genial.

Cuando son 8 menos 5 suena el timbre y yo abro, ya me puse el vestido que me presto mi amiga, recogí mi pelo en un moño dejando algunos mechones sueltos, me puse un maquillaje de noche con los ojos muy definidos y los labios mas rojos que la sangre y por último me subí en 15 centímetros de pura belleza negra que estiliza mis piernas. Al abrir me encuentro a mis tres amigas en vestidos casi tan elegantes como el mío y mucho menos sexys, ellas quedan con las mandibulas por el suelo al verme y luego pasan. Amanda sale del cuarto y es literalmente Jessica Rabbit y se ve hermosa. Partimos hacia su auto y al subir Amanda nos coloca un sello en las manos. - Ese sello es porque tienen entrada gratis y canilla libre, esta fiesta va a ser paga. - Al parecer vamos a ir a la fiesta del año y completamente gratis. Al llegar quedo fascinada con la mansión que hay frente a mis ojos, estamos en la mejor zona de la ciudad y vemos una gran casa frente a nuestros ojos. Luego de pasar junto a los dos patovicas que hay en la puerta entramos a la, aún vacía, casa, tiene dos pisos y hay otro guardia vigilando las escaleras, seguramente para que nadie suba, la cocina es inmensa y esta llena de papitas, sandwiches y demás, la sala de estar es del doble o triple de tamaño que la de Amanda y le han instalado un sistema de luces que es controlado por un dj en una esquina. Al salir al patio vemos otra pista de baile armada y junto a ella una barra en la cual se encuentran 5 chicos. - Ahí piden lo que quieran, muestran la manito y listo. - Nos explica Amanda, a lo lejos puedo ver un invernadero y una pequeña piscina. Amanda y yo nos quedamos atrás mientras mis amigas van por algo de beber y ella saca otro sellito de la cartera. - Este es para el de la escalera, se lo mostras y te deja subir a las habitaciones con máximo dos acompañantes, la tercer habitación a la izquierda era mi cuarto, si esa está ocupada anda en frente que es el cuarto de Román, o de última al final del pasillo hay un cuarto para huespedes. En total solo cuatro vamos a poder subir. - Dicho esto corre apenas mi vestido y me hace el sello a mitad del pecho, quedando justo abajo de la poca tela que me cubre.

Las horas transcurren y yo me encuentro  bailando entre un montón de desconocidos junto con mis amigas en la pista del patio, nos reiamos y disfrutabamos y, si bien me estaba costando horrores, me abstenía de darle importancia a las hermosuras que me querían sacar a bailar. Al cabo de un rato y algunos cuantos tragos era el turno de Naty y Julia ir a buscarlos. - Nicki, mira esos rubios. - Dijo Val y cuando voltee hacia ellos no podía creer lo que veían mis ojos, tan hermosamente perfectos como los recordaba, los hermanos Lacroix bailaban a un par de metros nuestro.

- Francisco y Jean Pierre son. - Logré decirle a mi amiga por encima de la música.

- ¿Los conoces? -

- Los hermanos Lacroix. -

- Presentame al más alto. - Le gustaba Francisco. Le indiqué que me siguiera y nos acercamos a ellos.

- Pero si son mis hermanos favoritos. - Jean Pierre fue quien logró, a duras penas, reconocerme. 

- La chica de verde más bonita que he visto. - 

- El chico de rojo confundido. - Bien, podría ser un poquito menos reacia, pero no. - Ella es Val. - Dije a Francisco.

- Hola, hermosa. - Le dijo coqueto él a ella, antes de ponerse a bailar.

- ¿Me seguís odiando porque tenía novia? - De una y sin anestesia.

- Yo no te odio, me parece que sos un imbécil importante, nada más. - 

- Te alegrará saber que la dejé. -

- ¿Te dejo de servir? - Bien, estaba siendo muy mala con él, pero se lo merecía, todo.

- Le confesé que había una chica de verde que sabía beber y besar como la mejor que me volvía loco. - En milésimas de segundos redujo el espacio que nos separaba a poco más de veinte centímetros.

- ¿Y te pensas que me voy a creer esa labia barata? - Respondí desviando la mirada, para encontrarme con una gran sorpresa. Fiorella estaba en la fiesta, y no solo eso si no que estaba restregandosele a Román mientras me miraba desafiante. Si lo que quería era molestarme, así no lo iba a conseguir, aunque debo admitir que la idea de Fiorella y él no me encanta.

- Me pienso que extrañas mis labios sobre tu cuerpo. - Me susurró Jean Pierre al odio, estaba pegado a mí y tomandome de la cintura y yo ni me había enterado. En ese instante mis ojos hicieron contacto con los de Román y estaba que echaba fuego por los ojos, ¿qué? ¿Te molesta verme con otro? Así que sin pensarlo más tome al hermoso rubio frente a mi del cuello de su camisa y lo bese con locura. Tan pronto como mis labios tocaron los suyos sentí como su mano se deslizaba de mi cintura a mis muslos y me acercaba más a él. Entre abrí los ojos un momento y vi que la pareja formada por mi ex compañera y el hermano de mi amiga necesitaban con urgencia un cuarto, no soportaba verlo así, a él y con ella.

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