III) La fiesta de disfraces

135 18 0
                                    

Los primeros tres años de secundaria fueron tan lindos como para usar un yunque de flotador en una piscina de tiburones disfrazada de buffett, no voy a entrar en detalles, lo resumiré diciendo que comparado con eso las burlas por lo de Sebastián me sonaban encantadoras. El lado bueno de ser de las menos queridas es que quienes te quieren lo hacen en serio, el último de esos años hice un gran grupo de amigas y por gran me refiero a unido. Éramos 5, Natalie, mi mejor amiga, Julia, la sensata niña de mamá, Valeria, la diva del grupo, y Karen, ella se acercó al grupo el último año, nosotras nos habíamos conocido en el grupo de danza del instituto (lo único decente de este) y teníamos una buena relación.

Sé lo que están pensando, lo mismo que yo cuando Julia me dijo de inscribirnos, "Monjas enseñando a bailar, al ritmo del ave María debe ser" pero no; la clase la daba una EX alumna (la famosa Amanda abre fácil, que sacó al padre Rodrigo de su celibato), siempre admiré a esa chica, desde su estilo hasta cómo logró acostarse con un cura, ¡17 años mayor que ella! En mi opinión se merecía una estatua. En mi penúltimo año en el infierno le comenté lo que pensaba de ella, a lo que me respondió - Cuando gustes querida, no sólo enseñó baile aprobado por monjas yo. - Luego de esto me dio su número y hablamos por WhatsApp algunas veces.

Ese verano la conocí más y un par de veces fui a su casa a que me enseñará a moverme en serio, eso me fue muy útil en carnaval.

Mientras me mantuve en ese instituto mis padres no tenían inconvenientes con mi carácter, vale aclarar que me guardaba mis opiniones y las reemplazaba por "Sí, estoy de acuerdo." Por lo que no presentaron inconveniente cuando Natalie, Julia, Valeria y yo fuimos a la casa de verano en la costa a la fiesta de disfraces de mi tío. Con él no había mucha relación pero siempre nos invitaba a sus fiestas, esa sin lugar a dudas fue épica.

*******

- Perdonen la demora chichis, no se me secaban más las uñas.

- ¡Nada de perdonen Valeria! Pudimos haber perdido el ómnibus por tu culpa. - le respondí algo más que molesta.

- Además tenía que pasar por los disfraces.- Dijo a modo de disculpa, única razón por lo que la perdono, me trajo el disfraz de gata para mi y es increíblemente sexy.

- ¡Es ese! ¡Es ese! - gritó emocionada Natalie, sacandome de mis pensamientos de lo increíble que sería esa noche. Sólo iríamos por dos días, mañana, luego del atardecer, volveríamos a la capital, pero 36 horas en la costa en pleno verano con una fiesta de disfraces por la noche puede rendir por toda una semana.

- Repasemos, nada de besos, tomar nada a no ser que lo sirvan delante de ustedes, alejarse demasiado, irse a habitaciones con extraños o conocidos muy tomados....- ella no es mi madre, es Julia, la monja de la noche, y su manía de ser niñita buena.

- ¿Podemos divertirnos o también es peligroso? - le preguntó la abejita Valeria haciéndo que me mordiese la lengua para evitar reirme, al igual que el hada Natalie.

Antes de salir Julia me frenó y me dijo - Nicole, me contó Fiorella que te andas juntando con Amanda, tené cuidado, esa loca esta metida en de todo un poco y ni hablar de lo que hizo con el profesor de catequesis.-

-¡Sí, mamá! - me estaba amargando la noche que aún no comenzaba...

Dime como quieras!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora