XVI) Indignada y confundida

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A diferencia de como pensé que sería no me pica el bicho de la vergüenza, ni siquiera cuando lo veo prácticamente desnudo sacandose el cóndon de su miembro completamente flacido. - Si queres segundo round dame sólo cinco minutos linda. - Dijo Sebastián al notar que no me movía de la cama. Se dirigió hacia la puerta, donde había quedado gran parte de nuestra ropa, a buscarla, noto en su espalda un gran sicatriz con una forma muy peculiar. Logró, con mucha dificultad, recordar dónde la vi, fue en el último año de la escuela el día que fuimos al parque acuático, sin querer empuje a Sebastián y el cayó contra un borde de una piscina que estaba sin terminar, le tuvieron que dar 13 puntos y todos mis compañeros supusieron que lo había hecho de gusto por haberme dejado años antes.

- Esa sicatriz, ¿cómo te la hiciste? - Digo mis pensamientos en un susurro pero él aún así me oye.

- ¿Esta? - Dijo señalando su espalda, yo asentí. - ¿Ya te olvidaste? Me la hiciste vos en el parque acuático hace años, Nicole. - No sé que me daba más asco, si el hecho de darme cuenta de que le entregué mi virginidad al mismo idiota que me rompió el corazón cuando era niña, o que él supiera que era yo y aún así hiciera lo que hizo.

- ¿Sebastián? -

- Sí, mi querida Margara Nicole. - Definitivamente sabía que era yo.

- Sabías que era yo. -

- Y sí mi amor, Fio me dijo que la pelirroja daba una fiesta y que tal vez estarías aquí. - No puedo evitar el nudo que se está formando en mi garganta, ya no habla con palabras dulces si no que con algo de asco hacia mi.

- ¿Fio? ¿Fiorella? - Pregunto sin disimular mi desagrado por esa chica.

- Sí, mi hermanastra Fiorella, a la que entre vos y la perra barata le rompieron el corazón, ¿te suena? -

- ¡¿Fiorella es tu hermanastra?! -

- Sí. Cuando llegó a casa llorando y me explicó lo que había pasado le dije que me dejara vengarme a mí. No eres la única amiga de Amanda mi amor, me enseñó mucho ella pero sobre todo que el sexo es una garn fuente de placer y venganza. - Dijo terminando de vestirse y encaminandose hacia la puerta. - Te diría que la pase bien, pero sos una mierda en la cama. No te preocupes le mando tus saludos a mi hermana, o mejor. - Sin previo aviso saca su celular y me toma una foto, completamente desnuda y despeinada, sobre las sabanas de Amanda con una mancha de sangre, evidencia de que le entregue a ese hombre mi primera vez, como si me hubiese bajado el mes sin previo aviso. - Le va a encantar verte así, con esa cara de estúpida. - No puedo evitarlo, sus palabras me duelen y no sé por qué, no retengo más las lágrimas y las dejo deslizarse por mis mejillas llevandose consigo parte de mi maquillaje. Me siento humillada, usada como el condón que está en la papelera, furiosa y sobre todo indignada. - Dale llora. Para que te saco otra foto, le va a gustar más todavía. - Esta vez estoy más atenta y no le doy tiempo a apretar el botón de su telefono, le tiro lo primero que alcanzo que revienta en mil pedasos contra la puerta que usa de escudo a tan solo unos centímetros de su cara, nunca creí tener tan buena puntería. Él simplemente me mira, suelta una muy fuerte carcajada y sale cerrando la puerta. No sé qué hacer, si salgo me lo voy a volver a cruzar, o peor a su estúmida hermana, y me sentiré peor, pero si no lo hago le demostraré que en verdad me dolió lo que hizo y eso si no puede pasar.

Me levanto y me dirijo al baño a limpiarme, no pienso ponerme la ropa encima de todos los restos mezclados con mi sangre. Luego busco prenda por prenda, la limpio un poco y me la vuelvo a poner. Me miro en el espejo, ¡soy un desastre! Mi pelo, que estaba perfectamente liso al llegar, parece una gran esponja, mi maquillaje está algo corrido por el llanto, estoy completamente pálida a excepción de mis cachetes que nunca han estado más rojos. Decido resolver uno por uno los problemas, primero tomo un aceite para el pelo que hay en el escritorio y me lo paso, esto lo achata un poco asi que vuelvo a hacer la colita que tenía al principio. Retoco mi maquillaje y me pongo algo de base para recuperar mi color. Casi estoy bien, ahora solo tengo que obligarme a sonreir coqueta, a duras penas lo consigo. Listo. Me dispongo a salir del cuarto cuando veo cientos de pedasos de una pequeña muñeca de porcelana, se la regalé yo misma a Amanda y recuerdo dónde puedo comprarle otra, aunque no se lo merezca. Es culpa de ella que todo esto pasara, fue ella la que me dio la llave de su cuarto y me insinuo que debía hacerlo, fue por culpa de ella que yo discutí con mi padre y huí de casa, fue ella quien se metió con Leandro haciendo que Sebastián me lastimara a mi una vez más. Todo es culpa de Amanda.

Mientras junto los últimos trozos de la muñeca que casi despedazo en la cabeza de ese imbécil alguien abre la puerta golpeandome. La responsable de mi dolor de cabeza es la misma que la de todas las lágrimas que derramé hoy, la misma infeliz que está arruinando mi vida. - Ay perdona no te vi, veo que alguien se divirtio eh. - Dice la chica frente a mi moviendo sus cejas sugerentemente.

- Sí Amanda me divertía hasta que me di cuenta que el imbécil de Sebastián era el mismo idiota de la escuela riendose en mi cara por haberle dado mi virginidad. - Amanda quedo muda.

- ¿Se rió en tu cara? Pero, ¿por qué? -

- Porque es el maldito hermanastro de Fiorella y por TU culpa él me hizo eso. Porque VOS arruinaste lo de su hermanita con Leandro. Porque VOS lastimaste a su hermanita ÉL me lastimó a mi. Por TU maldita culpa pelee con mis padres. Por TU maldita culpa me fui de mi casa. Por TU maldita culpa le di mi virginidad a ese tarado. Y por TU maldita culpa ese imbécil se rió en mi cara y me saco una foto desesperada ¡y completamente desnuda! - Terminó gritando, ella saca mi dedo acusador de su pecho y me mira, en sus ojos noto un poco de todo, ira, odio, lastima, sinceridad y comprensión, pero eso de nada sirve ahora.

- Por Mi maldita culpa es que tienes una puta vida, que ya no sos la nenita buena de mamá y papá, que podes salir de vez en cuando y DI-VER-TIR-TE. Pero no es MI maldita culpa que tomes como si no hubiese mañana y que después no te controles, que te vuelvas una puta barata y te entregues a cualquiera. Eso es por TU maldita culpa. - Dice enterrandome su dedo con fuerza en el pecho, yo retrocedo unos pasos hasta toparme con la cama.

- Querras decir que cuando tomo me transformo en una mini vos, porque de puta acá sos la reina mi querida, seguro Rodrigo está de acuerdo conmigo. -

- No te metas en lo que no te incumbe. No tenes idea de como es la historia con Rodrigo así que guardate los comentarios, perra. - No tolero que me llame así y le doy una cachetada. Ella me empuja sobre la cama y se abalnza encima de mi, si pelea quiere pelea le voy a dar. Me quedo esperando el primer golpe. En lugar de eso siento como su lengua entra prepotente en mi boca, mientras ella se coloca a horcajadas sobre mi, me toma del pelo y recorre cada centímetro de mi boca con fuerza. Yo simplemente me dejo hacer, estoy muy confundida, ¿por qué lo hace? ¿está loca a caso? Pasa de la rabia al deseo en cuestión de segundos. Lo que más me confunde de esto es por qué a mi me está gustando que me bese y más aún de una forma tan violenta.

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