XLI) Hasta aquí

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Quedo paralizada, uno de los imbéciles tiene una gran cicatriz en su rostro que parece ser una cortada, probable de alguna pelea. Es el primero en acercarse y yo por instinto lo empujo, me toma de las manos y me arrastra contra si intentando tomar mi boca. Quiero librarme, forcejeo inútilmente mientras la desesperación se apodera de mi ser. El chico que subió con nosotros finalmente interviene. -Tomás dejala quieta que ya tiene dueño la nena. - Si bien me resulta algo ofensivo pasar a ser una propiedad de alguien recuerdo que se supone soy la novia de Román yo...

- Román, vida, ayúdame! - Comienzo a gritar desesperada buscándolo en la habitación. Logro ver como tiene al dichoso Juanma en el piso bajo el golpeandolo como si su vida se fuera en ello y la maldita rubia intentando separarlos.

- Su noviecito está algo ocupado como para prestarle atención. - Dice el imbécil número dos al tiempo que lo saca de la habitación.

Desesperada digo lo único que creo puede servir - Román ayuda a Amanda idiota! - Y como si mis palabras fuesen mágicas mira a su hermana y deja libre al infeliz. Tan pronto la desata toma conciencia de la situación en la que me encuentro.

- ¿Qué parte de que es mi novia no entendiste Tomás? - dicho esto me toma por la cintura y el imbécil me suelta finalmente. Siento la necesidad de llorar, de esconderme y desaparecer a la vez que quiero explotar es un cúmulo de sensaciones que no había experimentado o no todas juntas. Miro a Juanma y como la putita lo ayuda a parar cerca de mi y sin pensarlo le escupo la cara. - Te la voy a poner simple, si no queres que se repita la historia nosotros nos vamos y se termino el tema. - Dice Román aún con furia en su voz. Este se para, nos mira y abre la puerta.

Amanda nos mira duditativa, mira la cama donde la habían aprisionado y luego a Juanma. - Román vos sos mongólico, quién te mando meterte? -

- ¿Me estás jodiendo? - No puedo creer lo que escucho. Avanzo los 3 pasos que me separan de ella y le doy una cachetada. - A ver perra estúpida, escúchame y escúchame bien. Vos estás enferma, ENFERMA. Sos un problema para vos y los idiotas que te queremos, tentas no sólo contra vos si no contra nosotros. Mira a tu hermano. - Hago una pausa y trago esa amargura que sube por mi pecho. - Mírame. - Baja la mirada. - Mírame carajo. Dame la cara. Yo.... eras mi modelo a seguir, una mujer real independiente y segura.... Esta. - La miro de arriba a abajo con el asco y desprecio que estoy sintiendo por ella ahora. - Esta mierda que tengo en frente no es la mujer que yo conocí. No es la Amanda que me inspiró. Es una basura egoísta y con un grave problema. Y, ¿sabes una cosa? - Dejo de gritar, tomó aire y suelto esa amargura que me guardaba aún encerrando mis lágrimas. - Quédate, me cansaste. Si queres quedarte acá que estos infelices te violen o la mierda que fuesen a hacer y quede grabado,  hacelo. Solo pensa un segundo en lo que vas a causar en tu familia.... lo que queda de ella porque no hay que aclarar que ya cansaste a varios. - Dicho esto me doy vuelta y me voy. Siento un gran alivio y una gran culpa a medida que bajo las escaleras. Sé que lo que le dije la puede destruir pero también sé que puede ser lo que la salve. Atravieso la muchedumbre y la primer mano que siento se lleva un golpe en el estómago.  Definitivamente estoy muy agresiva. Llegando a la puerta siento una segunda mano y voy directo a la cara, me frena en el aire.

- ¿Qué te pasa? - Al ver su cara no lo soporto más y rompo en llanto. No quiero que me vea así, no puedo dejar que me vea así. Intento huir correr lo mas lejos que pueda de él y me agarra con más fuerza abrazándome. - Linda... - Siento como habla en un susurro, parece que quisiera esconder mi llanto del mundo y se lo agradezco infinitamente. - Dame un segundo. - Escucho le dice a alguien que ha llegado. Toma mi rostro con sus dos manos y me obliga al mirarlo, me siento rendida la última situación a la que quería llegar era esta. - El maquillaje corrido no es tu estilo. - Bromea al tiempo que limpia mis mejillas. - Espérame en el auto y en dos minutos vamos a donde quieras. - Me da las llaves.

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