Siete - Solo Sexo

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Advertencia: este capítulo tiene escena de sexo, no es muy explícito pero...

            Después de ir a casa a ducharme y cambiarme de ropa, manejé nuevamente hasta la empresa, estaba realmente cansada, pero necesitaba terminar bien la presentación para el lunes. Cuando llegué a mi escritorio allí ya estaba John esperándome, la presentación que tendría que hacer Karen el lunes la íbamos a hacer nosotros dos.

-Hola de nuevo – lo saludé, me acerqué y dejé un beso en su mejilla mientras me acomodaba a su lado, para que podamos compartir la computadora.

-Hola – y me regaló su hermosa sonrisa - ¡Que carita! – se burló, me encontraba casi sin maquillaje y con ropa bastante sport, no tenía ganas de arreglarme, solo quería dormir.

-No me llevo bien con la vida cuando tengo pocas horas de sueño, no sé cómo haces para estar así de bien – me quejé y él rió.

-De todas formas estás hermosa – me guiñó un ojo coqueteándome descaradamente, yo reí y fijé mi vista a la computadora.

-Mejor empecemos – dije risueña.

Comenzamos a preparar la presentación de los tres modelos que habíamos hecho para que los autores elijan los que más le gustan, mientras planteábamos beneficios de cada modelo. Sin darnos cuenta estábamos muy pegados, su pierna izquierda rozaba mi pierna derecha, y su brazo estaba pegado al mío, giré mi cabeza para mirarlo y una sonrisa coqueta adornaba su rostro mientras miraba la pantalla.

-¿Pasa algo que me miras? – me preguntó girando su cabeza para mirarme, quedando muy cerca de mi cara, y yo decidí que este era un juego que podíamos jugar los dos, decidí que tenía ganas de divertirme y anestesiar mi dolor.

-No sé, dime tú – dije coqueta mientras pasaba mi lengua por mis labios, él inmediatamente dirigió su vista hasta allí y se acercó aún más.

-Eres mi jefa, esto está mal – y no supe si lo dijo como parte de su coquetería o le preocupaba de verdad. Yo le regalé mi sonrisa más sexy y apoyé una de mis manos en su pierna.

-Estamos trabajando, ¿qué es lo que está mal de eso? – le guiñe un ojo y me giré para ver la pantalla y guardar lo que habíamos hecho, ya habíamos logrado terminar con lo poco que habíamos dejado sin hacer en la madrugada.

Me levanté de mi silla y me paré casi frente a John, apoyando mis glúteos en el escritorio, crucé mis brazos en mi pecho y lo miré, él recorrió mis piernas que estaban enfundadas en un apretado jean, siguió subiendo hacia mi torso que tenía una camisa blanca con flores de colores con algunos botones desabotonados y terminó en mis labios, justo cuando llegó a ellos los mordí con picardía.

-No entiendes lo condenadamente sexy que eres ¿no? – Me preguntó con su voz ronca y mis ojos inmediatamente bajaron hacia su pantalón de vestir, y me sentí feliz al notar su erección – Si sigues así no voy a parar.

-No he hecho nada – dije poniendo cara de niña buena, él fijó sus ojos grises en los míos y negó con la cabeza – Pero si quieres puedo empezar a hacer – y le sonreí. El que esté perdidamente enamorada de Dylan no me impedía divertirme con hombres, sabía separar mis sentimientos del sexo, pero sabía que era muy poco profesional si me acostaba con mi compañero de trabajo, aunque era casi insostenible la atracción sexual que había entre nosotros desde hacía algún tiempo.

-Evie – me advirtió lamiéndose los labios.

-John – lo nombré y noté el momento exacto donde su cerebro se desconectó del su cuerpo, tiró de mi mano con fuerza pero a su vez delicadeza y me sentó en sus piernas, para después besarme con desesperación. No era un beso para nada romántico, era un beso con deseo contenido, nuestras lenguas se enredaban entre ellas, nuestros cuerpos nos pedían a gritos que algo más pase. Cuando el aire faltó en nuestros pulmones nos separamos, pero John no quiso dejar de besarme, dejó un reguero de besos desde mi boca hasta mi cuello, donde se entretuvo más de la cuenta, gemí cuando encontró el punto exacto que me llevaba al mismísimo cielo.

Las vueltas de la Vida [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora