Once - Amigos con derechos

12 3 14
                                    

            Era miércoles y me encontraba desnuda en mi cama acostada a lado de John después de tener sexo, ambos estábamos de costado mirándonos mientras charlábamos de cualquier cosa y reíamos.

-Me encanta ser tu amigo Ev, siento que puedo hablar de cualquier cosa con vos – me regaló una preciosa sonrisa y yo le sonreí burlona.

-No eres mi amigo John – dije obvia mientras fruncía mi ceño – no tengo sexo con mis amigos – él puso sus ojos en blanco y bufó.

-Pues yo te siento como una amiga, siempre hablamos de cualquier cosa, te puedo contar de todo y confío en ti, obvio eres mi amiga.

-Pero tenemos sexo – puntualicé y él me sonrió pícaramente.

-Y un muy buen sexo – y ambos reímos - ¿Amigos con derecho? ¿Así te gusta?

-Se asemeja más a nuestra relación – dije asintiendo con mi cabeza mientras le sonreía, para después poner mi cara seria – John, por favor, no te enamores de mí – le pedí y él me sonrió de forma burlona.

-No te creas tanto pequeña. No sé por qué, pero creo que no podría quererte de otra forma que como amiga, siento una fuerte atracción sexual por ti, siento que puedo contarte todo lo que me pase, pero no siento que me esté enamorando, lo cual es raro dado a lo bien que nos llevamos en todos los sentidos – me dijo seriamente y yo asentí, estaba totalmente de acuerdo con él. Con John podíamos hablar de cualquier cosa, nos reíamos de todo, podíamos juntarnos solo para charlar o para salir a comer y también disfrutábamos de un buen sexo, sin dudas podría ser una persona de la cual podría enamorarme, pero no lo sentía así.

-Entonces mejor, porque me pasa exactamente lo mismo que a ti – dije suspirando con alivio y él me sonrió.

-Entonces, ¿Amigos con derechos? – me preguntó estirando su mano para cerrar un trato.

-Amigos con derechos, ¡y nada de enamorarse! – ambos juntamos nuestras manos y reímos.

-Eso de nada de enamorarse no lo podemos prometer, nadie puede decidir sobre el corazón – dijo y yo asentí con la cabeza – Pero nos podemos prometer que si alguno siente que se está confundiendo nos vamos a decir enseguida.

-Me encantó – dije sonriéndole feliz, para después abrazarlo, aún desnuda - ¿Nos vestimos y preparamos algo para comer? Tengo hambre – toqué mi panza para darle más énfasis a mis palabras.

-Te dejé hambrienta ¿eh? Muchas calorías gastaste conmigo – me dijo sonriéndome cancheramente y yo reí a carcajadas, para después buscar mi ropa interior y colocarme su remera.

-Esos es mío – se quejó.

-¿Y? – Le pregunté alzando un hombro y él bufó, poniéndose solamente su bóxer, para después ambos caminar hacia la cocina – Te toca prepararme algo para cenar.

-La última vez preparé yo – se quejó y yo reí.

-Pero tú fuiste el que me hiciste gastar muchas calorías – dije de forma burlona.

-No pusiste mucha resistencia – ambos reímos y juntos comenzamos a preparar la cena, como ninguno tenía ganas de cocinar nos preparamos unos sándwiches.

Cuando nuestra comida estuvo pronta ambos fuimos hasta el living y nos sentamos en el sillón, pusimos música y comenzamos a charlar, charlar con John era algo que disfrutaba mucho.

-¿Te puedo hacer una pregunta personal? – miré a John y noté que estaba un poco nervioso, fruncí mi ceño ante su actitud.

-Obvio.

Las vueltas de la Vida [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora