Sentía el molesto sonido de mi celular sonar una y otra vez, maldije en mil idiomas y me estiré hasta tomarlo de mi mesita de luz, el celular me encandiló y cerré mis ojos con fuerzas, para después poder deslizar mi dedo y atender la llamada.
-Hola – dije somnolienta, sin saber con quién hablaba.
-¡Evie! – me dijo una voz desesperada que no supe reconocer – Kiara rompió bolsa, estoy desesperado, no sé qué hacer – me senté rápidamente en la cama y despegué mi celular de la oreja, miré la pantalla y se trataba de Dylan, volví a pegar el celular a mi oreja y me levanté de la cama.
-Okey Dylan primero tienes que calmarte, tienes que estar tranquilo para que Kiara y el bebé estén bien ¿sí? Eso es lo importante – puse el celular en altavoz y comencé a vestirme – Tienen el bolso de la bebé y de Kiara preparado ¿Verdad?
-¿Había que preparar un bolso? – me preguntó y yo maldije en voz baja.
-¡Hace más de un mes les dije que debían preparar el bolso del hospital! – le grité – Ve al cuarto de la niña, toma un bolso, una bolsa de pañales, otra de toallitas húmedas, y ropita para la bebé, en la puerta de la derecha en el segundo estante está toda la ropa de recién nacida, alguna mantita también, el chupete y el biberón por las dudas – le dije mientras terminaba de vestirme, yo había acomodado todo el cuarto de la niña, por eso sabía dónde estaba cada cosa, me maldije a mí misma por no haber dejado también el bolsito pronto, estaba segura que ellos no iba a armarlo – Luego prepárale el bolso a Kiara, algún pijama y ropa para cuando le den el alta, también tienes que ponerle compresas y no sé, pregúntale que necesita. Mientras tú acomodas todo, yo voy yendo hacia tu casa, así vamos al hospital.
-Gracias Vida, no sé qué haríamos sin ti – me aseguró y después de unos pocos minutos corté la comunicación.
-Bien Evie, tienes que ser fuerte – me susurré mirándome en el espejo del baño – Va a nacer la hija del amor de tu vida, y tienes que estar feliz porque él es feliz y tú vas a estar bien – suspiré y después de higienizarme corrí hacia el ascensor de mi departamento.
Diez minutos de viaje y ya estaba en la casa de Dylan y Kiara, después de llamar a la puerta ambos salieron, Dylan con dos bolsos colgando y Kiara con una mueca de dolor que me hacía replantearme si algún día sería madre.
-Kiara, todo va a estar bien – le dije con voz calma – Pronto tendrás a la niña en tus brazos y todo el dolor va a valer la pena – le sonreí y ella asintió agradecida por mi apoyo.
Kiara y Dylan se subieron en los asientos traseros y yo comencé a manejar rápidamente hacia el hospital, los gritos de dolor de Kiara me ponían nerviosa, Dylan intentaba calmarla y hacer que respire correctamente, pero Kiara solo podía gritarle improperios. Y yo... yo solo quería salir corriendo de aquel lugar, ¿por qué me había llamado a mí? ¿Por qué no llamó a la tía Emily? Ella es médica, seguro sabe qué hacer en esta situación, y seguro su corazón latería con fuerzas por la felicidad, mientras que el mío no paraba de doler en cada latido. Pero debía ser fuerte, no podía mostrarme débil, porque yo no lo soy.
-Dylan ¿llamaste a los tíos y a los padres de Kiara? – Le pregunté y él negó con la cabeza – llama a sus padres, yo llamaré a la tía – mientras manejaba mantuve una corta conversación con mi tía y ella me aseguró que en pocos minutos estaría en la clínica, y que ella llamaría al resto de la familia.
Veinte minutos de viaje y nos encontrábamos en la clínica, Dylan bajó con Kiara en brazos y yo bajé los bolsos, enseguida la subieron a una silla de ruedas y los dos se perdieron por los pasillos, yo me quedé sola sentada en la sala de espera. Intentaba por todos los medios no ponerme a llorar allí mismo o salir corriendo, tenía que ser fuerte.
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Las vueltas de la Vida [#2]
RomansaDesde que tengo memoria que estoy enamorada de mi mejor amigo y primo de corazón, amor que no es correspondido. ¿Qué es peor que estar enamorada de tu mejor amigo y que no sea correspondido? Verlo convertirse en padre del amor de su vida. Soy Evie...