Los meses pasaban sin tener ganas de detenerse, y de a poco parecía que mi dolor disminuía, el amor de mi familia me había ayudado muchísimo, varios días a la semana me quedaba en la casa de mis padres, algunos días mis hermanos se quedaban en mi apartamento, ellos sin preguntar nada y sin siquiera saberlo me ayudaban a volver a ser yo. Sin embargo estoy segura que también había ayudado mucho el buen sexo que tenía con John, ambos seguíamos juntos, sin estar en una relación pero si disfrutábamos del buen sexo y éramos muy amigos, algunas veces nos juntábamos a comer y teníamos muy buenas y divertidas charlas.
Kiara tenía veinte semanas de embarazo y su pancita ya se notaba, estaba más amigada con la idea de Dylan siendo padre, pero debía admitir que nuestra amistad había cambiado bastante, antes era muy usual que nos juntemos los dos solos a charlar o pasar el rato, desde hacía tiempo que ya no lo hacíamos. Pero esta tarde me había invitado a su apartamento para que pasemos la tarde juntos, así que allí estaba, esperando a que me abra la puerta.
-Hola feo – lo saludé cuando abrió la puerta, fruncí el ceño levemente al ver su rostro serio pero sonreí cuando poco a poco lo adornó una sonrisa al ver que yo estaba del otro lado.
-Hola Vida linda – me saludó y yo me paré en las puntas de mis pies para acercarme a su mejilla y besarla – Pasa – se hizo a un lado y yo pasé, adentrándome al living.
-Hola Kiara, ¿cómo estás? – dejé un beso en su mejilla y apoyé mi mano en su panza para dejarle un mimo al bebé, después de todo esa pequeña criaturita no tenía la culpa de nada y sabía que lo iba a amar con toda mi alma - ¿Cómo está el pequeño renacuajo?
-Bien, estamos bien – me sonrió sin ganas y yo la examiné con mis ojos - ¿tú? – sentí como se removió incómoda por mi mirada y la aparté mientras me dedicaba a descolgarme mi bolso.
-Estoy bien – le sonreí y me senté.
-Bueno, me voy yendo, Lisa me está esperando – dijo levantándose del sillón, noté como Dylan suspiró frustrado y dejó una caricia en la panza de Kiara, para después dejarla ir. Nos quedamos ambos en silencio hasta que ella se fue del apartamento.
-¿Problemas en el paraíso? – fruncí mi ceño y miré a los ojos a Dylan, parecía más cansado y casi derrotado.
-Está muy rara – dijo refiriéndose a Kiara.
-Deben ser las hormonas y esas cosas del embarazo – le resté importancia mientras mordía mi lengua, había muchas cosas que últimamente no me gustaban de Kiara.
-No sé – suspiró frustrado – Estábamos mirando casas – me señaló su computadora donde había una página de una inmobiliaria, Dylan siempre dijo que sus hijos crecerían en una casa con un enorme jardín, como habíamos crecido nosotros – Me dijo que le da igual la casa que elija, ¿Cómo te puede dar igual la casa donde vas a formar una familia? – me preguntó frustrado y yo guardé unos minutos de silencio, debatiendo si decirle algo que le de ánimo o lo que realmente pensaba, y siendo fiel a la persona que soy, decidí decirle lo que pensaba.
-Dyl – suspiré mientras apoyaba una mano en su pierna y cerraba brevemente los ojos, noté su mirada y cuando abrí los ojos vi cómo me pedía sin usar palabras que por favor no sea tan cruel – Hace tiempo vengo notando el poco interés que tiene en el embarazo y en todo en general, no se toca la panza, no habla del bebé salvo que nosotros le hablemos, hay muchas actitudes que demuestran que no está feliz con el embarazo. Cuando se enteraron que estaba embarazada ¿hablaron de las posibilidades que había? ¿Las discutieron o ella solo se dejó llevar por tu emoción? – él me miró con el ceño fruncido, para después retirar mi mano de su pierna y mirarme con enojo.
-¡Por supuesto que ella quería seguir con el embarazo! ¿Cómo voy a obligarla? ¿Cómo vas a pensar eso de mí? – me preguntó dolido y yo suspiré.
-No fue eso lo que dije Dylan – dije suavemente, y me detuve unos segundo a pensar cómo seguir hablándole – solo digo que tal vez se dejó llevar por tu felicidad y que nunca se detuvo a pensar si realmente quería ser madre o no.
-Ella si quiere ser madre, seguramente son las hormonas como dijiste – me dijo enojado sin mirarme y yo asentí con la cabeza, a pesar de que no me había visto.
Nos quedamos los dos en silencio, yo dándole su espacio para que piense en mis palabras y también para que se le pase el enojo, no pensaba disculparme por decirle lo que pensaba, bastante cosas aún me sigo guardando, pero al ver lo poco receptivo que estaba decidí callarme. Al ver que Dylan no pensaba hablar tomé mi celular y me dediqué a contestar algunos mensajes, sentí como a veces me miraba de reojo, queriendo hablarme pero no pudiendo hacerlo, lo sentí bufar y casi rió por su frustración.
-Evie – me llamó y yo guardé mi celular para fijar mi mirada en él - ¿Podemos dejar atrás lo de recién y ser los mismos de siempre? Hace mucho no estamos solos los dos – me pidió tragando su orgullo y su enojo, yo le di una pequeña sonrisa y asentí con mi cabeza.
-Escribieron los chicos en el grupo de Whatsapp – le conté, con los chicos me refería a nuestros primos y hermanos – Quieren cenar todos juntos, ya todos confirmamos nuestra asistencia, solo faltas tú.
-Cuando venga Kiara le pregunto si quiere ir y les aviso – me dijo como si nada y yo sentí mi cara arder de rabia.
-Es salida de primos Dylan, solo primos – le dije obvia, él había inventado una estúpida regla que todos acatábamos, en la cual la salida de primos era solamente de primos, no podía ir nadie extra, esa regla la había inventado el mismo día que yo había decidido llevar a mi novio cuando tenía 17 años. Todos nos habíamos adherido a aquello y nos encantaba que así sea, era nuestro espacio, ni siquiera Ginna iba a nuestras cenas y era la esposa de Oliver.
-Kiara está esperando a mi hijo Evie – me respondió él con el mismo tono de enojado que yo había utilizado.
-Oliver está casado hace algunos meses y es novio de Ginna desde hace más de siete años, claramente Ginna es más de la familia que Kiara, ¿cuándo fue Ginna a una de nuestras comidas? Nunca, porque respeta la salida de primos. Si vas, hazlo solo y sino quédate en tu casa con tu novia, que por cierto no la veo por ningún lado – dije escaneando el apartamento mientras me levantaba de mi lugar y comenzaba a juntar mis cosas.
-¿Qué es lo que te pasa Evie? – Me preguntó tomándome del brazo, impidiendo que me vaya del apartamento – Primero insinúas que Kiara no quiere a nuestro hijo, y ahora no quieres que ella vaya a la salida de primos, ¿Qué carajos te pasa?
-¿En serio me lo preguntas? – Susurré irónica, para después negar con la cabeza y zafarme de su agarre – Respecto a lo que te dije del embarazo, es lo que pienso y sus acciones lo demuestran, tú mismo lo dijiste. La regla de no llevar a personas extras la pusiste vos Dylan – suspiré – Pero haz lo que quieras, pregúntale a los chicos si ellos están de acuerdo con que vaya Kiara, si a ellos no les molesta vayan ambos, no soy nadie para decirte que hacer y que dejar de hacer – y después de decir eso me encaminé hacia la puerta para salir de ese apartamento, muy enojada, no, no estaba enojada, estaba furiosa.
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Las vueltas de la Vida [#2]
RomantizmDesde que tengo memoria que estoy enamorada de mi mejor amigo y primo de corazón, amor que no es correspondido. ¿Qué es peor que estar enamorada de tu mejor amigo y que no sea correspondido? Verlo convertirse en padre del amor de su vida. Soy Evie...