Veintiuno - Incómoda cena

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            -Entonces vas a mudarte con el amor de tu vida para ayudarlo con su hija, te deseo buena suerte Ev – me dijo un risueño John, mientras me veía meter ropa en una valija.

Dos días después, luego de salir de trabajar nos vinimos con John a mi apartamento, para poder estar un rato juntos y para yo poder tomar más ropa, sobre todo porque solo tenía la ropa que use en las vacaciones y no tenía con que ir a trabajar. John se encontraba burlándose de mí desde que llegamos a mi apartamento y le conté mi nueva situación.

-¿Puedes callarte ya? – le dije malhumorada y él rió.

-De todas formas te digo que te admiro nena, hay que ser lo suficientemente fuerte para vivir con el amor de tu vida, criarle a la hija y verlo llorar por el amor de su vida.

-¿Puedes ya parar? ¡Deja de decir que es el amor de mi vida! – Chillé histérica – Y que conste que hablé sin pensar, ¡no sé qué se me cruzó por la cabeza cuando dije que me iría a vivir con ellos!

-Ev, siempre puedes arrepentirte – me dijo más serio mientras se sentaba en mi cama, yo suspiré.

-Más allá de lo que yo sienta por él, soy su amiga, sé que si la situación fuera inversa, él me ayudaría.

-Siempre puedes llamarme para descargarte – yo lo miré con una pícara sonrisa – No hablaba de esa forma, pero también estoy disponible para eso – y ambos reímos – Pero hablando en serio Ev, si ves que no te hace bien, háblalo con él, tiene a toda tu familia apoyándolo, no va a estar solo si tú decides que no puedes vivir más con él.

-Lo sé – suspiré – Voy a probar, cuando sienta que ya me sobrepasó la situación me iré – le prometí y él suspiró mientras negó con la cabeza.

-No deberías llevar ese peso encima Ev – se paró de su lugar y se acercó a mí, impidiéndome seguir con mi valija – Eres una gran persona y tienes el mundo a tus pies, no deberías sufrir solo por ser una buena amiga – yo miré a John durante unos segundos y lo abracé con fuerzas, sabía que tenía razón, pero no quería dejar solo a Dylan.

-Te prometo que solo serán unos días – le aseguré aún en su pecho, y noté como negó con la cabeza.

-Sabes que te digo esto porque me importas ¿no? – me preguntó y yo asentí con la cabeza – No siento celos o algo por el estilo, pero quiero verte bien Ev.

-Lo sé, sé que no sientes nada por mí – le aclaré mientras me separaba por él – y sé que me lo dices como amigo, pero es difícil.

-Lo sé, ahora basta de cursilería y a lo que vinimos – me dijo y yo fruncí el ceño, para segundos después se arrojada a la cama, reí mientras vi cómo John se sacó la remera y se tiró suavemente arriba mío.

-Esto es más divertido que hablar – le dije pícaramente, para después comenzar a besarnos.

-Basta John, déjame levantarme – le pedí mientras reía, él tenía sus brazos rodeándome con fuerza mi cintura, impidiéndome moverme – Voy a hacer pis en tu pierna.

-¡Asquerosa! – me dijo mientras me dejaba ir.

-¡Libre soy, libre soy! – canté mientras corría hacia el baño y escuchaba su carcajada.

Cuando salí del baño John seguía en la misma posición, comencé a vestirme para seguir con mi valija mientras charlábamos de todo un poco. Cuando se cansó de estar acostado se puso su bóxer y su pantalón y fue a la cocina por algo de comer, mientras yo terminaba de cerrar mi valija. Habíamos decidido cenar, y después me iría a la casa de Dylan y John a su casa.

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⏰ Última actualización: Nov 09, 2020 ⏰

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