. . .〘 🍷 | ¿Alguien más? 〙. . .

﹃🍷﹄

México estaba intentando jugar con el pequeño bebé, pues hace apenas unos minutos el niño estaba llorando inconsolable sobre la cama de ese latino, pero ese intento para distraer al pequeño fue inútil, ya que no fue incluso suficiente, esa criatura no dejaba de llorar, moverse y patalear en aquella cama y el país de tres colores no tuvo otra opción más que amarrarlo con un suéter y ponerle una paleta en la boca, eso aodo de chupón improvisado, eso al parecer pareció tranquilizar al pequeño y fue entonces cuando el mexicano salió corriendo a la sala dónde marcó al primer sospechoso.

🥃: Si wey, por favor ven, haré lo que sea pero tenemos que ver nuestro tratado.

Dijo efectivamente mintiendo, al menos no en su totalidad, y es que no podía decir en llama “wey tengo a un niño que creo que es tuyo” no podía hacer eso, al menos no pues alejaría al padre si es que este no se quería hacer responsable, solo se sentó en la sala en una posición fetal, todo esto estaba mal y eso lo sabía el latino, pero ¿Qué podía hacer? suspiró para pasados unos minutos escuchar como alguien tocaba la puerta, se levantó secando sus lágrimas de desesperación y abrió la puerta, estaba más o menos preparado para una conversación incómoda.

🥃: H-hola mi amor, pasa pasa

🐲: ¿México? ¿Estás bien?

Ese chico más pequeño no contestó y llevo a China a el sofá de su sala para sentar al chino, no quería hablar en una posición incómoda o incluso de pie, así que se sentó en las piernas de su contrario para poder estar rostro a rostro, ambos podían verse mutuamente y ambos veían el tierno sonrojo en su caras, el latino solo comenzó a acariciar la mejilla a China y este no tardó en devolver el toque, pero el asiático pasando sus grandes manos por la espalda del mexicano, habían empezado besos suaves parecidos a solo besos para tranquilizar al otro, aunque no se dieran cuenta cada quién estaba intentando hacer sentir bien al otro, México a cada beso se llenaba de más y más confianza, el entendía esos besos, así que definitivamente decidido abrió su boca para decirle a China lo que pasaba, la verdadera razón por la que ahora estaba sentado en el sillón favorito del antiguo azteca, pero los llantos del bebé empezaron a sonar por todos los cuartos de ese departamento, aquel llanto que ya tenía loco al latino, el de mayor estatura frunció el ceño algo confundido, no entendía porqué el llanto de un bebé estaba sonando, aunque en el caso de el tricolor este salió corriendo hacía el cuarto, el ya sabía el porqué ese sonido, México agarró a China y lo levantó del sillón para arrastrarlo cerca de su recámara para corrió por aquella cosa ruidosa y lo llevó hasta dónde estaba el chino.

🥃: Está cosa apareció y de a huevo es mía, ayúdame..

El tricolor le mostró a China ese infante que no paraba de llorar, ese de escudo de águila estaba tomando como pollo en mercado a esa criatura, sujetando su pequeño pie y dejando al bebé boca abajo, el de 5 estrellas abrió sus ojos en sopresa y tomo en brazos a ese niño, pero este no dejo de llorar, como se supone que hace en los brazos de sus creadores, aquel de color predominante el rojo empezó a mecer de un lado a otro al niño en inútiles intentos de calmarlo, pero esa criatura no cedió y sin duda y por decepción del mexicano el niño de era de China.

🐲: Discúlpame México, pero este niño no es mío, se hubiera calmado en mis brazos

Dijo el chino miéntras miró con alegría a ese infante el cual solo seguía en sus lágrimas interminables, le hacía ilusión tener un bebé en algún momento,aunque México en su contrario quería deshacerse del pequeño, el de bandera totalmente roja fue a la cocina y sacó algo de leche y se la dió al bebé con mucho cuidado, China y el niño parecían estar llevándose bien, y claro que miéntras el estaba jugando en la cocina con el bebé, México estaba dando vueltas en esa sala con celular en mano, con la cabeza por el cielo.

🥃: Bien, gracias por alimentar a esa cosa, pero tengo que hacer algo así que adiós adiós

El latino tomó al niño y lo dejo en el sillón para luego sacar a ese asiático de su casa, fue un poco grosero, pero ya había comprobado que no era de china y ese sujeto no tenía nada que hacer ya ahí, México de nuevo ya estaba solo, aquella casa tan tranquilamente silenciosa y vacía pasó a ser ruidosa y con alguien más a bordo, el latino solo miraba con algo de enojo al pequeño pues esto se iba a convertir en todo un problema, suspiró y empezó a marcar a el otro sospechoso, mejor dicho, sospechosos, tenía que encontrar al padre del niño y dárselo, no estaba en condiciones de cuidar a alguien más.