➩ '🍷 ⃟¿Alguien más?

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México despertaba de nuevo, cansado y adolorido por los golpes tan bruscos a su trasero, aún así se levantó y está vez si se preparó el desayuno, ya se había cansado de comer cosas refrigeradas, así que miéntras estaba cocinando los recuerdos de sus aventuras y amantes comenzaron a llegar a el, naturalmente comenzó a maldecirl a aquellos que lo habían penetrado y destrozado tanto a su voluntad, era molesto que todos en su lista hubieran decidido venir en la semana para cogerlo, estaba molesto pues aquellos tenían todo el mes, incluso los siguientes meses, pero no, decidieron todos venir a meter su pene al mismo tiempo. En fin, después de un rato terminó de cocinar y con el tiempo de comer, lavó los platos sucios y se dirigió a su pequeño estudio donde tenía varias estanterías llenas de libros, solo escogió uno, México le gustaba mucho aprender, era muy inteligente también, pero al mismo tiempo era un total idiota, solo fue a su sillón rojo y envuelto en una sábana blanca comenzó a leer ese libro, trataba sobre el pasado, el famoso capitulo oscuro de la humanidad, la edad media, solo llegó a la parte de las torturas y no pudo evitar pensar en el alemán, pensó vagamente en escuchar su timbre siendo tocado por él, aunque río por lo bajo por sus propios pensamientos, era ridículo.

🥃: Eso es ridículo, sin duda lo es, el está muy ocupado..

Siguió riendo después de descartar sus propios pensamientos, terminó el libro y solo lo dejó en una pequeña mesita a lado de si sillón, se acostó en este y mientras miraba al techo con detenimiento el timbre de la casa sonó, a decir verdad el latino si se asustó un poco por creer en las casualidades, aún así  y abrió la puerta con algo de miedo, tal vez de estimulo.

🥃: ¿Diga?

Dijo mientras habría la puerta con cuidado, su nervios se pusieron de punta en seguida al ver la postura recta del alemán junto con esa mirada tan fría y sin sentimientos, pero aquella sensación de increíble alegría se fue casi al instante, como si de una corazonada se tratase.

🥃: ¿Qué haces aquí Ale?

Mencionó el de tricolor de rojo, blanco y verde al ver esa mirada aún más apagada de lo usual, algo andaba mal, incluso alguien al quien creían idiota lo notaba.

🍻: Chile, Chile terminó conmigo.

Dicho esas palabras el alemán entro dentro la casa sin mirar siquiera mucho al mexicano, no estaba mirando a dónde ir tampoco, parecía tan perdido ¿Eso hacía el amor?  México solo lo siguió y tan pronto lo alcanzó sostuvo sus manos y lo llevo hasta su habitación, estaba preocupado pero hasta ahora solo sabía abrir las piernas.

🥃: Vamos, Alemania un poco de sexo te caerá estupendo~

El latino solo empujó a ese alemán sobre su cama y comenzó a besar el cuello del mismo, movía sus pequeñas caderas y hacía su mayor esfuerzo para poder poner duro a ese sujeto, Alemania cedió y de misma manera siguió el hilo, después de todo si había venido por sexo, solo por eso.

🍻: Lo habrá, pero será a MI modo

Habló firme el alemán miéntras el tomo las riendas en la cama, golpeó un poco a ese mexicano que estaba intentando no ser atado, pero al recibir el primer golpe lleno de furia decidió solo dar su cuerpo tan vez más, aquel europeo lo amordazó y con unas esposas lo sujeto a la cama, siempre le había gustado ser el dominante.

🍻: Te gustará, perra~

El menor solo podía ver al otro tricolor con algo de miedo, se sentía tan inseguro, el miedo se apoderó de todo el cuerpo de ese jovén, realmente sentía que iba a morir, pero solo dejó salir un suspiro y al mirar esos ojos intentó buscar paz en ellos, algo difícil al ver solo problemas en ellos, una sueave caricia lo relajó y solo volvió a mirar esta vez con lujuria, Alemania preguntó si podia seguir y México asintió dejándose llevar por todo lo que el alemán le hiciera, todo iba bien, eran besos y moridas un poco más agresivas, y aquéllos dedos que no dejaban de moverse, estaba bien, nada estaba fuera de lo normal, pero llegó un momento en el que el alemán le cubrió los ojos, esto enseguida volvió a ponerlo en alerta, el no ver nada agudiza tus demás sentidos enseguida, conociendo a el alemán eso era malo, y fue así, aquella molesta espina era verdad ya que tan pronto estuvo con la vista cubierta empezaron los golpes, el europeo empezó a golpearlo con lo que parecía ser una fusta, el latino solo quería gritar, pero la mordaza se lo impedía y la tela que cubría sus ojos absorbía sus lágrimas, eran tantas que no había tardado en empapar aquella tela.

El alemán siguió así, castigando al latino hasta que llegó el momento de penetrar ese pequeño trasero, México no dejaba de intentar gritar, moverse y patear, dolía demasiado, y dolió más cuando Alemania lo hizo, lo metió pero de una manera tan brusca y dolorosa, aquel acto solo provocaba dolor al de escudo con un águila, quería que se detuviera pero sabía que no iba a ser así, México siguió así hasta que el alemán se corrió y por consecuencia el igual, creo que a eso se le llama correrse sin placer, Alemania recogió sus cosas y se fue de la casa no sin antes asegurarse de no haber matado el mexicano, tan pronto tuvo asegurado eso se fue, se fue dejando a un mexicano adolorido. Adolorido pero bastante excitado y felíz de haber sido penetrado, terminó de secar sus lágrimas, cuando ya no tuvo su cara empapada de lagrimas empezó a darse placer el con un vibrador, el alemán solo vino buscando su placer pero el latino no se iba a quejar, no es como que no le hubiera gustado o sencillamente tuviera el derecho de hacerlo.

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