Capítulo 14

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A pesar del invierno, la lavandería de la prisión era demasiado caliente y sofocante, especialmente en el área de secado, Niall había pasado dos días consecutivos allí comprobando por qué los reos deseaban cualquier trabajo menos el de lavandería y limpia de baños.

Para Niall, el trabajo de sacar la ropa caliente, acomodar los calzoncillos, pantalones, camisas y sábanas por tallas y números habría sido más llevadero si como compañero de labor le hubiese tocado alguien más simpático.

El primer día su compañero no le dirigió la palabra, a pesar de compartir más de tres horas, el robusto hombre sólo parecía analizarlo e intimidarlo con su mirada estrábica. El segundo apenas le habló para cosas estrictamente necesarias y Niall se apenó por no contestarle de inmediato, pero el hombre de vista bisoja no parecía dirigirse a alguien específico. Y ahora, el tercero, no parecía ser diferente, al menos Niall agradeció por ser el último, además de qué era insoportable seguir aspirando el olor nauseabundo que el hombre mayor despedía; todos sudaban a chorros, sin embargo “Fussion”.

Como se había presentado) sudaba el doble de lo normal y el olor comenzaba a convertirse en imposible de tolerar. Niall tomó su botella de agua y bebió la mitad, fue en ese instante cuando casi se atragantó al escuchar la voz de Fussion dirigirse a él.

— Mis amigos dicen que eres demasiado bonito para ser hombre — Explanó con voz nasal — Juan dice que tal vez eres una mujer desnutrida y falta de pechos haciéndote pasar por hombre —Niall se carcajeó por primera vez en la semana, abierta y largamente. Por un momento la estancia se llenó de paz con el ruido de risas celestiales, sin embargo a Fussion no le agradó mucho y lo observó con el entrecejo bien fruncido.

— Perdón… pero es lo más gracioso que he escuchado en días – Se sobó el estómago adolorido a causa del esfuerzo y agregó: —Puedes decirle a Juan que no olvide las revisiones antes de entrar, si hubiesen encontrado algo… inusual, me habrían mandado a la estatal femenil — Fussion pareció complacido y convencido con su respuesta y no volvió hablar por un rato. En ocasiones parecía dispuesto a decir algo pero cerraba la boca, arrepentido.

Al faltar un par de canastas de ropa
por acomodar, Fussion se decidió a hablar.

—Te he visto… con Styles – Pronunció el apellido con cierto recelo y voz baja, en tanto, el ruido de las máquinas de limpieza se lo permitió. El semblante pacífico del rubio se tambaleó. — ¿Eres su amante o algo así? – Preguntó espontáneo.

— No — Respondió con tal firmeza que no le formó especulaciones.

— ¡Ah!, ¿entonces te vende droga o contrabandea algo más? — Se emocionó — ¿Puedes conseguirme algo de heroína? —Susurró, Niall negó espantado.

— ¿Qué te hace pensar que Styles me vende drogas? — Se armó de coraje al pronunciar el apellido de Harry sin inmutarse y Fussion no pareció notar en absoluto, además que la perspicacia no parecía ser una de sus principales facultades.

— ¡¿Qué?! ¿Eres extranjero o qué?, es Harry Styles, qué es equivalente a drogas, putas, y armas — Suspiró complacido — ¡Tres hermosas palabras! — gritó con júbilo.

Sí, esos siempre habían sido los rumores, John en una ocasión se lo comentó, pero a decir verdad Niall pensó que Harry era sólo un traficante de bajo perfil, o eso quería imaginar. Entre más desligado estuviese de tanta podredumbre todo parecía fácil de aceptar, pero al parecer, aquello iba mucho más allá de lo que imaginó.

— No lo sabía — El hombre lo ignoró, todavía con una gran sonrisa en su rostro, inmerso entre los agradables recuerdos.

— En una ocasión – Retomó – Cuando había ganado buen dinero de un trabajito decidí gastarlo en algo que valiera la pena; me largué a un prostíbulo y allí me encontré un buen amigo que tenía años sin ver, él está bien relacionado y tenía una invitación extra para, según lo describió, “un lugar nada convencional” – Rió maliciosamente – Fue cuando conocí a uno de los famosos centros nocturnos de Styles, ¡ahh son únicos! Te atienden unas ricas rameras y por medio de ellas consigues todo tipo de drogas, además si se te antoja, puedes tirártelas hasta en la barra o en la pista de baile, todo es permitido – Pareció recordar algo y estalló en grotescas carcajadas – Hasta la misma policía los frecuenta, esa familia los tiene bien comprados, es por eso que a todos nos sorprendió que un miembro de ella viniese a dar aquí – Niall escuchó el relato sumamente impresionado, una historia inverosímil, sacada de una película Hollywoodense, sin poder evitarlo, dudó de su cordura mental.

Invicto »n.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora