El labio empezaba a temblarme y yo solo quería controlarme, no quería ser una burla en mi ejecución.
Después de mis arduas labores en el trabajo mi recompensa al llegar a casa era un bien baño caliente. Era mi momento preciado.
Me sentía bien en libertad pero ahora era más difícil la vida al estar sola. Claro veía a Andrew pero eso significaba que viviera conmigo. Mi independencia corría bajo mis propios gastos y precarios ahorros. Solo esperaba que cada gota de sudor valiera la pena.
Ya empezaba a adaptarme a esa vida, y viéndolo ahora como la extraño, estaba muy cómoda con mi vida. Mirando atrás esto es más duro de llevar que unas tontas horas extras de trabajo.
Fox no sólo era una maravilla física sino mentalmente, era muy inteligente, era fácil entablar una conversación con el, saber detalles de la vida o simples trivialidades.
A veces solo hablamos de libros o películas, y el sabía un poco de cada cosa, lo suficiente para enseñarme o sorprenderme, a veces me sentía la pequeña. Pero el pudo aprender algunas cosas conmigo, cada vez se hacía más fácil y era divertido discutir alguna problemática con el.
No era aburrido.
A veces me acompañaba en casa, yo me ponía nerviosa cuando cuando veía a la pobre chica rondando cerca de nosotros así que ponía cualquier excusa para sacarlo de ahí.
Aunque no me había hecho nada malo su presencia cerca de Fox me llenaba de ansiedad, no quería que ocurriera nada extraño.
El parecía extrañarse de mi conducta pero nada lo hacía dudar, el simplemente me complacía y me distraía con algunas de sus ocurrencias.
Una noche al llegar de una deliciosa cena de trabajo a la que fuí con Fox me detuve para apreciar la casa, podía ver en la entrada a la chica, mis manos comenzaban a sudar, ahora empezaba a sentir miedo porque ella estaba ahí mirando. Me sentía acosada y mentalmente me estaba cansando.
Resultaba agotador dar gritos y saltos sola en casa cada vez que me giraba para hacer alguna cosa.
-¿Qué pasa?- Andrew me miró preocupado. Yo negué con la cabeza y aparté la vista de la entrada.
Tenía que entrar a mi casa solo trataba de prepararme para ello.
-¿No me dejarás pasar?- esta vez preguntó mientras abría la rejilla, miré la puerta principal y ella aún seguía ahí, no se movía.
-Yo...- estaba segura que mi cara era de terror, yo solo tenía miedo, no quería que sintiera lo mal que estaba la casa. Ahora solo lo tenía a el, no podía perderlo por la locura de mi casa.
-Eso es un no. ¿Hice algo mal?- me llamó con la mirada, oh, que ojos tan hermoso, podría perderme en ellos el día entero y sería feliz solo con eso.
-Por su puesto que no...sólo que esta casa...- no pude terminarlo, miré de nuevo hacía la puerta y bendito sea, la chica nobse movía, ni un poco. Mi corazón martillaba.
-¿Le temes a la casa?- parecía sorprendido. Yo solo asentí sin apartar la mirada de la chica, una chica que en antaño estaba viva, era hermosa y sonriente. - Esta zona es muy segura Melissa, no deberías de temer.
-Es la casa...- susurro bajito.
-Pues...- sonó el pitido de la alarma del carro indicando que pasaba los seguros. -hoy te acompaño, esta decidido. - abrí la boca para protestar pero el me interrumpió subiendo la mano.- Después de ti.- con las piernas temblorosas caminé lentamente hacía la puerta.
-No es necesario.- estaba a solo tres pasos de la chica que parecía mirarlo todo y a la vez nada.
-Yo puedo pelear contra tus fantasmas.- el no sabía el significado tan real que tenían para mí esas simples palabras. Subí el primer escalón, la chica me miró fijamente, el segundo y al llegar al puerta ella se esfumó, suspire aliviada y abrí la puerta.
Todo estaba en calma. Todo estaba absolutamente normal, no había rastros de ella. No había llanto de bebé todo estaba en absoluta tranquilidad. Cono si esa fuera una casa normal, como si nada en ella me asustara.
-Necesito cambiar de casa.- solté una risa nerviosa.
-Esta un poco de miedo.- admitió Andrew. -Huele a...
-Flores...- finalicé por el con una sonrisa radiante. Definitivamente me hacía feliz esta vida.
Me hacía feliz esa vida. Una vida que ahora añoro.
Escucho un bufido y miro a mi alrededor, dos guardias salen del cuarto y solo se queda uno limpiando con un pañuelo unos extraños instrumentos, mi mente solo pudo asimilarlo con la tortura, pero claro era mi sentencia, todo podía pasar.
Pegué la cabeza a la silla y cerré los ojos con fuerza sintiendo como un par de lágrimas surcaban mis mejillas.
***
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Qué pasará???!!!
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Fantasmas del pasado.
Mystery / ThrillerMelissa Williams una hermosa mujer emprendedora, debe atravesar por su nebuloso matrimonio, que pasa de ser fantástico a pésimo en un minutó, debe resolver un extraño misterio en su casa que poco a poco la va consumiendo, la va dañando y matando por...