Chillé a todo pulmón y miré a Dylan, quizás entro en algún estado de shock pues solo me miraba sorprendido. El sudor corría por mi frente, si aguantaba un poco más quizás Fox llegaba con ayuda, necesitaba ayuda.
Mi vista se fijó atrás de Dylan ahí estaba el sujeto, ese fantasma tan malo que quería ver muerta, y a un lado estaba ella.
-Ayudame...- le supliqué, ella desapareció. Y con ello mi poca fé y esperanza. Las manos me temblaban y no podía mover ni un centímetro el cuchillo de mi brazo. Dylan seguía ahí, estupefacto.
Con lentitud, aprovechando el agotamiento mental que sufría Dylan, me fui alejando, estaba por llegar a la puerta cuando el sujeto quemado me agarró por el brazo herido y me arrastró de vuelta a la cocina, volví a chillar del dolor, sentía como se clavaba aún más en piel, el dolor podía haberme llevado al desmayo, pero no lo hizo, quedé ahí lúcida y el dolor cada vez más grande me hacía olvidar el que sentía en la nariz.
Algo crepitó detrás de mi, miré la cara de terror del fantasma y desapareció con la furia grabada en los ojos. Me giré lentamente hacía la luz que creía, casi me infarto, la cocina estaba llena de fuego, mucho fuego, lamia cada parte de la cocina y las paredes en ella, las llamas se acercaban a mi con rapidez.
-¡Maldición!- gemí. Miré a la chica. - Ayuda, no quemar mi casa.
-El solo le teme al fuego así huyes de este...- señaló a Dylan, lo extraño era que su boca no se movió en ningún momento pero yo sabía que le pertenecía.
Me paré tambaleante, y corrí hacía la puerta principal. Pero Dylan se atravesó en el camino, con cuidado de no tropezar caminé de regreso sin apartar la mirada de él. Apretaba fuerte con mi mano el cuchillo, necesitaba algunos segundos de calma para quitármelo.
Las olas de calor nos estaban envolviendo y el humo comenzaba a ser más espeso eliminando cualquier montículo de oxígeno. Jadeando corrí escaleras arriba, cada impacto que recibía me golpeaba directamente en el brazo herido, el humo estaba penetrando en el piso de arriba y el sudor que nada tenia que ver con mi terror corría por mi cuerpo.
Me sentía en un horno, no podía quemarme viva, eso sería doloroso.
-Aquí...- susurró la chica, corrí de inmediato y cerré la habitación. Un ataque de tos me partió en dos, necesitaba un poco de oxígeno y abrí la venta de la habitación y respire hondo, esa respiración me hizo recordar el mal estado de mi nariz y el estado aún peor de mi brazo, mordiéndome la lengua, para callar el grito, saqué el el cuchillo con fuerza.
El dolor fue tal que casi me desmayo, pero obligué a mi mente a estar alerta a cada cosa, necesitaba olvidar el dolor, pasarlo a segundo plano y poder saltar por la ventana.
-¡Melissa!- escuché de lejos, al instante alcé el cuchillo, pero la voz no provenía del pasillo, provenía de afuera. Me asomé por la ventana.
-¡Aquí!- sonó más como un graznido que como un grito, trate de aclarar mi garganta, pero estaba irritada por el humo. Humo que empezaba a colarse debajo de la puerta, la sangre empapaba mi brazo y me sentía débil. -¡Aquí!- volví a gritar, su cabeza pareció salir de la nada.
-¡Melissa!- Fox, que bueno había sido verte la cara en ese preciso momento, por un momento me sentí protegida. Unos golpes se escuchaban en la puerta, conociendo como Dylan rompía las cosas, no tenía mucho tiempo.
-¡Ayuda!- chillé histérica, estaba segura que mi cara reflejaba todo el pánico y el miedo que sentía. Pero sabía que Fox no podía hacer nada por mi, tenia que saltar, el humo era cada vez más espeso, no había forma de entrar y solo podía salir desde arriba.
-Lo hiciste una vez, una vez más no hace daño.- me dije a mi misma.- ¡Saltaré!- anuncié. Muy tarde la puerta se abrió, me di la vuelta con el cuchillo en alto.
-¡Melissa!- escuché de fondo, todos los sonidos comenzaron a parecerme de otro planeta. Dylan en se acercaba a grandes pasos, podía ver lenguas de fuego atrás de él, la escena era aterradora.
-Morirás conmigo...- tenía el cuchillo en alto, respiraba entrecortadamente, el humo calaba muy fondo en mis pulmones, no tenia mucho tiempo, mi salvación estaba atrás de Dylan.
Asentí a la chica, entendiendo por fin, que nunca estaba en mi contra, siempre estuvo conmigo ayudándome cada vez y esa vez no fue la excepción. Con un repentino movimiento Dylan fue empujado hacía mi y sin pensarlo enterré a fondo el cuchillo, su sangre se mezclaba con la mía.
Dylan me miró sorprendido, pero yo no sentía nada, saqué el cuchillo y lo empuje al pasillo, viendo como el fuego lo comía en silencio.
-¡Corre!- no perdí tiempo y me lancé por la ventana. Apretando fuerte el cuchillo lo cual fue una soberana tontería.
Caí y rebote en alguna tela, cuando abrí los ojos los bomberos me miraban sorprendidos, el cuchillo no me causo mucho daño en la caída.
Pero vino un ataque de risa.
-Lo maté... Lo maté...- llorando de alegría y libertad la risa no paraba. Todos los dolores vinieron a mi y vi todo negro.
Sentía un remolque sobre mi cuerpo abrí los ojos, olía a humo, vecinos estaban en todos lados y Fox trabajando sobre mi.
-Promete qué no dirás nada...- el me miró con seriedad y asintió, fue un poco consciente de que estaba amarrada a la cama, la garganta me dolía. No dijo una palabra más.
***
Hola!!! Feliz tarde! Espero les guste el capotó y esperen el siguiente!!! Aún no acaba!!!
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Fantasmas del pasado.
Mystery / ThrillerMelissa Williams una hermosa mujer emprendedora, debe atravesar por su nebuloso matrimonio, que pasa de ser fantástico a pésimo en un minutó, debe resolver un extraño misterio en su casa que poco a poco la va consumiendo, la va dañando y matando por...