Abrí los ojos, los lagrimones corrían como agua de río sobre mis mejillas.
Estaba teniendo un ataque de ansiedad, necesitaba soltarme. Fox escucho mi llamada y sabía, el sabía que en cierto punto era inocente, fue en defensa propia. Yo no puedo morir, no puedo morir así, no como una criminal. No aún.
Apreté el puño y comencé a forcejear con las ataduras, lo hacía con tanta fuerza que me lastimaba.
-¡Suelteme!- chille al único guardia.
-Si no te quedas quieta voy a prender este cacharro, no me gustan los asesinos.
-¡Suelte!- repetí en un grito. No paraba de moverme fui poco consciente de que el padre se hacia la señal de la cruz y se alejaba con miedo de mi. Quería ser libre, soltarme. No era justo. -Auxilio...¡Auxilio!- la mano del guardia se acercó a la maquina de electricidad.
-Quería esperar a los demás, no todos han visto el uso de la silla...- sonrió de lado.
-¡Noooo! - me atragante con las palabras y los sollozos. -¡Ayuda por favor!- empecé a gritar sin sentido, alguien debía de venir de detenerlo.
-Nadie ayuda a los criminales...
-¡Ayuda! ¡Ayu.....!- me gritó quedo estrangulado, se quedó trabado, sin control alguno de mi cuerpo mi cabeza miró hacía arriba, Fox golpeaba el cristal, Fox esta aquí, sabía que ahora solo veía la parte interna de mis ojos, sacudidas invadían cada parte de mi cuerpo, dolía.
Lenguas de fuego recorrían desde la uña de los pies viajando como agujas llenas de ácido por mis venas, recorriendo por lo que me parecía una eternidad mi cuerpo, la cabeza palpitaba, mi boca se cerró sobre mi lengua, estaba ahogándome con algo, quizás era sangre o quizás saliva.
Mis huesos se movían por su cuenta y sentía mis manos en movimientos poco normales e incómodos. Estaba derritiendome por dentro. La agonía no podía durar tanto.
Veía luz, pero estaba segura que seguía viendo mi cerebro, quizás estoy quemandome. La cabeza me palpitaba, algo me corría por la nariz.
-¿Qué haces?- era Dios, estaba segura que era Dios, ¿por qué se escuchaba tan lejos?-Apaga la maquina... - traté de abrir la boca y decirle que no tenía ninguna, yo no sabía que debía llevar algo para verlo, ¿o se refería a mi corazón? ¿Mi corazón es una máquina? ¿Cómo la apago?-¡No!- me estaba regañando por no obedecer, la luz se hizo aún más fuerte, sin controlar los espasmos mi cuerpo tosía, me ahoga, no sentía el aire.
Estoy muerta.
Estoy muy muerta.
No quería morir.
No estoy sintiendo nada, ni si quiera puedo sentir la silla.
Mi alma, es mi alma, soy solo una materia sin cuerpo.
Trate de respirar pero sentía algo en las vías, como si fuera un tubo, ¿o era en mi boca?
¿Le harían algo a mi cuerpo?
¿Por qué no puedo verlo? Solo hay...¿Qué hay?
Me siento perdida, en la nada. Es un vacío.
Y es pesado, pero cada vez más pesado, mi pecho esta doliendo.
Algo no esta bien.
No iré al cielo.
-¡No! Perdón. Sentía cuchillasos en el pecho, no debería sentir dolor, este de seguro es mi castigo, mi castigo por matarte Dylan, por tratar de vivir.
-Debes aguantar...por favor.- miré atónita la cara de Fox. Había ruido por todos lados.
No podía moverme, un pitido acelerado se escuchaba de fondo, muchas manos estaban sobre mi cuerpo. Abrí la boca y casi vomito ahí mismo, un tubo traspasaba mi boca llegando muy adentro, dolorosamente adentro, lágrimas de dolor corrían por mis mejilla.
-Vamos a dormirte...- Fox me miraba asustado. Todo es blanco, huele a esterilizado, hay mucha luz. Pero ahora solo hay oscuridad y paz.
Si ya estoy muerta, era mucho mejor de lo que pensaba.
ESTÁS LEYENDO
Fantasmas del pasado.
Mystery / ThrillerMelissa Williams una hermosa mujer emprendedora, debe atravesar por su nebuloso matrimonio, que pasa de ser fantástico a pésimo en un minutó, debe resolver un extraño misterio en su casa que poco a poco la va consumiendo, la va dañando y matando por...