Father in law

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No es novedad cuando la relación con tu suegro es mala. Pero hay quienes lo llevan al extremo. He aquí un ejemplo de ello...

[...]

En una habitación, yacía un demonio pelirrojo abrazado de su reina mientras ambos dormían plácidamente. La tenía abrazada por la cintura mientras se acomodaba en la parte posterior de su cuello inspirando su muy dulce esencia.

Sin embargo el tono de llamada de Charlie hizo que la paz se rompiera en un segundo.

—Mmm...—Gruñó de mala gana mientras se aferraba más a ella bajando sus orejas.

La rubia soltó un bostezo y se separó con dificultad del abrazo del demonio ciervo para después tomar su teléfono del buró.

—¿Sí, diga...?—Bostezó levemente.

El demonio ciervo se giró con molestia y abrazó una de las almohadas tratando de conciliar el sueño nuevamente.

—Buen día, Charlotte...—Respondió una voz masculina a través del teléfono.

Ella se talló los ojos y volvió a bostezar.

—Hola papi...—Respondió con cansancio. Ni siquiera se había percatado que lo había llamado de esa manera. No lo llamaba así desde que era una niña probablemente.

Las orejas del demonio ciervo se tensaron al escuchar ese apodo cariñoso y se giró a mirarla con una mirada perpleja. No era muy común que lo hiciera, pero aveces lo llamaba así desde que habían nacido sus cervatillos. Aunque solo en la intimidad. ¿Cómo se atrevía a llamar a otro así?

¿Llamo en un mal momento?—Dijo con su usual tono de voz calmando y galante.

A lo cual la rubia negó levemente.

—Para nada, puedes llamarme cuando quieras...—Respondió con agotamiento.

Alastor arqueó una ceja, desconcertado.

Espero no ser causante de problemas para ti con...el bastardo radio—Escupió.

—Alastor está dormido, descuida...—Dijo.

<<¿¡Habla con otros a mis espaldas!?>>—Pensó furioso poniéndose a la defensiva.

—La razón de mi llamada es...algo banal—Admitió con un tono de voz incómodo.—Tu madre ha sido insistente al respecto.

La súcubo infernal arqueó una ceja.

—Quiere pasar tiempo con los engendros...—Dijo suspirando.—y...también contigo.

Sus ojos ónix se abrieron de par en par.

—¿En verdad...?—Sonrió levemente.

Eso fue lo que ella dijo...—Bramó.—sin embargo debo pedirte algo, Charlotte...

—¿Algo así como...un favor?—Preguntó.

El demonio ciervo se incorporó de golpe al escuchar semejantes palabras.

<<¿¡Por qué razón mi esposa le haría un favor a alguien!?>>—Pensó irritado.

MINE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora