two

878 71 11
                                    


14 de abril, 2019.


Celeste me miraba furiosa mientras leía una y otra vez el contenido de su móvil. Intenté ignorarla y silenciarla con mi mente pero era imposible. Refunfuñaba demasiado fuerte. Me concentré en el partido que estaba en la televisión.

Liverpool ganaba por tres goles a uno al Arsenal.

Bufé algo decepcionado. Bebí un trago más de mi cerveza intentando traer paz a mi mente, pero un golpe en mi nuca me hizo volver a la realidad.

— ¿Sabes cuánto nos costó encontrar este jardín para Finn? No puedes arruinarlo Luke, este mail dice que poco más agrediste a Emma. — me regañó Celeste.

Rodé los ojos mientras intentaba esquivar las miradas asesinas de mi hermano. Esa castaña del jardín infantil era una exagerada y amargada.

— ¿Qué mierda le dijiste, Luke? Emma adora a Finn, no entiendo cómo podría haber dicho algo así de la nada. Por dios, lo notificó a la junta escolar. — gruñó Jack.

—No le dije nada, idiota. Ella fue la que me empezó a decir que era un irrespetuoso y  no sé que otras mierdas. Yo le pedí disculpas por mi demora. De todas manera, ustedes fueron los que me pidieron ayuda, no entiendo porque están pidiéndome explicaciones si yo les hice  un favor. — me paré del sillón y me dirigí al patio de la casa.

Mi madre y Finn estaban jugando con tierra mojada. Finn con sus pequeñas manos tomó un poco de lodo y se lo lanzó a mi madre quién parecía estar divertida con la situación. Solté una sonora carcajada pero rápidamente un sentimiento de asco me inundó. Los niños eran desagradables. Eran pequeñas criaturas que probablemente tenían mil bacterias consigo, lloraban en exceso, estaban siempre sucios y babeaban, eran molestos y para que decir que robaban todo el tiempo de tu vida. Desde que mi hermano se convirtió en padre las ojeras se apropiaron de su cara, ya no salía a fiestas y prefería pasar los domingos con Finn en el parque. De solo pensar en tener tanta responsabilidad y en desperdiciar mis días con un niño me daban arcadas. Ya entendía porque esa maestra había reaccionado tan horriblemente, el estar rodeada siempre de niños la tenía insoportable, sentí lastima  por ella.

Un golpe en mi nuca me devolvió a la realidad.

— ¿Podrías dejar de hacer esa mierda? — gruñí sobándome.

—No hemos terminado de hablar, ni siquiera me has contado porque llegaste tarde. — Jack se sentó a mi lado y me tendió otra cerveza.

—Estaba ocupado. — espeté borde.

—Sí, claro. Luke, no tienes empleo, Calum y Michael trabajan todo el día y sé que no estuviste acá en casa ¿Podrías simplemente decirme la verdad? — concentré mi mirada en mi madre y Finn nuevamente, ambos se abrazaban efusivamente y el pequeño llenaba de besos la cara de su abuela.

—Estaba follando. — solté.

Jack bufó fuertemente mientras negaba con su cabeza.

—Luke, llevas meses así. Me preocupa verte así, tan perdido, eres joven, no tienes ninguna responsabilidad más que hacer cosas por ti y no haces absolutamente nada por tu vida. Te la pasas acá viendo televisión y saliendo de fiestas, madura por favor. Tienes un título profesional ¿O acaso olvidaste que sacaste la carrera de música? Viejo, la Universidad ya terminó, supéralo, debes comenzar a formar tu vida. — giré mi cabeza y miré a mi hermano quien me miraba algo apenado. Sólo me limité a bufar.

—No me interesan tus charlas motivacionales. Quiero que sepas que desde ahora no contarás conmigo para nada que tenga que ver con Finn y su puto jardín infantil. — espeté y bebí de mi cerveza.

—No, no, no, Luke. Te estás pasando. Me importa una mierda que quieras ser un miserable, porque sólo te estás hundiendo a ti, pero la has cagado con algo que involucra la educación de mi hijo. Yo te avisé con una semana de anticipación, tu te comprometiste y fallaste, así que te harás cargo de tu mierda. — Jack me miró y me tendió un móvil que identifique rápidamente como el de Celeste.

— ¿Por qué me pasas esto? — miré el teléfono y en este se podía apreciar un enorme escrito que no tenía ganas de leer.

—Es el mail que le han enviado a Celeste. En él nos informan la notificación sobre la falta que has cometido, pero también nos dieron una posibilidad de enmendar el error. — explicó.

— ¿Y yo que mierda tengo que ver? — espeté confundido.

—El viernes de la otra semana habrá una función para los niños del jardín. Algunos padres se disfrazarán de animales y les cantaran a los niños. — explicó pero esto me confundió aún más.

—No entiendo.

—Celeste y yo no participaríamos porque debíamos trabajar, así que cuando ocurrió esto nos dijeron que para eliminar la advertencia debíamos participar en el acto. Ahí es donde entras tú. Te renté un disfraz de jirafa, es el viernes a las doce. — sentenció Jack dando palmadas en mi espalda.

De ninguna manera.

kindergarten | luke hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora