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19 de mayo, 2019.


La luz que se escabullía entre las cortinas golpeó fuertemente mi rostro. Intenté abrir los ojos pero se me hacía imposible, tenía un dolor en el cráneo que era imposible de soportar. Me estiré en busca de mi móvil pero no lo encontré. El contacto que hice con algo que desconocí me hizo abrir los ojos de golpe. Abrí mis ojos algo impactado con la situación, me tapé la boca intentando no realizar ningún ruido e intenté calmarme.

¿Qué mierda había ocurrido anoche?

Me encontraba en un lugar totalmente desconocido. Estaba tapado con las sabanas pero rápidamente me di cuenta que bajo de ellas, me encontraba desnudo. Mi abdomen estaba lleno de chupetones y eso no era lo peor.  A mi lado se encontraba la castaña maestra de Finn dormida profundamente. Estaba dormida en mi dirección, noté algunos chupetones en su cuello y su boca estaba hinchada. Me golpeé la cabeza y me maldije en susurros.

¿Cómo podía ser tan idiota? Era un maldito alcohólico, no recordaba nada. Mi último recuerdo fue en la barra, yo y la castaña tomábamos rondas de shots ¿Cómo terminamos así?

No estoy muy extrañado a este sentimiento, esto suele ocurrir cada vez que salgo, pero ¿Por qué tuve que hacerlo con ella?

Me puse de pie delicadamente  y me alegré instantáneamente cuando encontré mi bóxer y mis pantalones. Me los puse rápidamente y llevé mis manos a los bolsillos. Tuve que contenerme de no gritar de felicidad cuando sentí mi teléfono, que por suerte, aún tenía batería.

Tenía cientos de llamadas pérdidas de Ashton y Calum, sumando uno que otro mensaje. Me sorprendí bastante al leer uno de los mensajes de mi amigo el moreno diciéndome que Ashton le había comunicado que ''Emma'' me iría a dejar a casa, debido a mi estado de ebriedad. Me extraño bastante el mensaje, debido a que ella probablemente estaba igual de borracha que yo. Le hablé a Michael, Calum y Ashton dándoles señales de vida, bloqueé mi teléfono sin esperar respuesta, ya que sabría que recibiría una hasta horas más tarde.

Mi vejiga me traicionó cuando me pidió ir a descargarse. Salí de la habitación en el que nos encontrábamos en busca del baño. Me encontré con un lugar era bastante genial, era un apartamento medianamente grande. Desde mi posición pude ver la sala de estar, la mesa central y otras tres puertas. Una la identifique rápidamente como la cocina debido a un gran bar que unía la sala con esta, me sentí aliviado de al menos descartar una. Me la jugué y cuando noté un cuarto decorado con cientos de dibujos infantiles y un enorme escritorio, supe que me había equivocado, salí del lugar y corrí a la otra puerta.

Fue un alivio, sentía como drenaba decenas de litros de alcohol. 

—Ándate de mi puta casa si no quieres que te rompa la cabeza. — me volteé intentando tapar lo que quedaba de mi dignidad, me subí rápidamente el cierre como pude. La castaña tenía un cuchillo de cocina y me miraba estupefacta. — ¿Luke?

La castaña bajó el cuchillo. Me limité a lavar mis manos mientras la miraba, estaba inmóvil.

—Mira, no sé como paso esto pero será mejor si hacemos como si nada pasó. — sugerí mientras secaba mis manos. La castaña asintió y se agarró la cabeza mientras se quejaba. — ¿No tienes alguna píldora para la resaca?

Se acercó a mí y se puso de rodillas a mi lado abriendo los cajones bajo el lavabo. Me reí burlón.

—Fue suficiente con lo de ayer, Emma.

Subió su mirada y negó algo molesta.

—Agradece que no te echado a patadas de mi casa, no estoy de ánimo para tus bromitas. — espetó molesta. — Así que sabes mi nombre, aunque dudo que lo hayas descubierto por tu cuenta, pedazo de idiota.

kindergarten | luke hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora