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19 de mayo, 2019.


— ¿Así que te dedicas a la música? — preguntó Emma en mi dirección, mientras cortaba unos vegetales. Me ofrecí a ayudarla a pesar de mis nulas habilidades en la cocina, le agradecí al cielo de que me hubiera dicho que no era necesario. Claramente, decidí no insistir.

Encogí mis hombros.

—Algo así. Me estoy tomando un descanso. — admití. Emma pareció aceptar mi respuesta.

—Tienes mucho talento, me ha encantado lo del bar. — se sinceró. — No pareció como que estuvieras en un descanso.

—Bueno, se hace lo que se puede. — dije algo cortante mientras bebía de mi agua. Emma suspiró fuertemente y removió la pasta que se encontraba en una de las ollas.

— ¿No te gusta hablar de ello, cierto? — cuestionó.

Intenté no cabrearme por lo entrometida que era.

— ¿No te cansas de entrometerte? — pregunté algo molesto.

—Hey, estás en mi casa, no te pongas pesado. — me regañó. — Está bien, no hablaremos de música.

— ¿Y qué haces tú? A parte de cuidar niños odiosos, digo. — me burlé. Emma negó divertida y soltó una risita. — Sabes, me impresionó verte ayer en el bar pasándola tan bien con Spencer. — me reí moviendo mis cejas burlón.

Emma sólo negó riendo.

—Te burlas de mi y estás acá en mi casa esperando a que te alimente después de haber follado. — soltó riendo. Paré mi risa y la fulminé con la mirada.

— ¿Te acuerdas como terminamos acá? Lo último que recuerdo es estar bebiendo shots en la mesa del bar. — me sinceré intentando recordar. La castaña tapó su cara con sus manos.

—Comenzamos a beber shots de nuestros cuerpos, después no recuerdo mucho. Sólo recuerdo que Ashton nos pidió un taxi para ambos, recuerdo que dijo que vivíamos relativamente cerca, primero el taxi me traería a mí y luego irían a tu casa, pero eso nunca ocurrió. — me contó relajada mientras cocinaba.

— ¿Y te da igual? Digo, suenas bastante relajada. — cuestioné confundido con la idea que tenía de ella.

— ¿Qué me da igual que? — preguntó.

—Que nos hayamos acostado.

Se encogió de hombros en su lugar.

—Lo que me preocupaba era lo del condón. — admitió.

— ¿Pero más allá de eso, el hecho de que follamos? — solté.

—Bueno, me gustaría acordarme un poco de cómo fue, al menos. — dijo divertida, dejándome algo confundido.

—Pensé que no te agradaba. — admití confundido.

—El que tiene un problema conmigo eres tú. — me miró. Soltó sus utensilios y se acercó a mí. — Me intrigas bastante, Luke.

—Me agradarías si no fueras tan entrometida. — dije algo cohibido con su mirada, me mantuve firme intentando mantener mi postura.

—Sí, tienes razón soy muy entrometida. Me intrigas bastante, y tu pareces ser una maldita cebolla, tienes cientos de capas. — admitió citando a Shrek.

Solté una risa.

—Sí, bueno soy un poco cerrado, pero sólo se te he visto tres veces en mi vida y dos han sido horribles. — la castaña encogió sus hombros y asintió dándome la razón.

—Si no me entrometo tanto ¿Podríamos ser amigos? — preguntó moviendo sus pestañas.

—Pareces una niña pequeña pidiéndome que seamos amigos, te ha afectado trabajar con ellos. — me burlé.

Emma entrecerró los ojos en mi dirección y negó algo resignada. Se alejó de mi para apagar la pasta que comenzaba sobrecocinarse. Suspiré algo confundido con lo que causaba esta castaña en mi.

—Está bien, seamos amigos. Pero sin follar ni entrometerse. — la castaña me miró divertida y asintió algo emocionada. 



¿Qué opinan?

¡Espero les guste! 

kindergarten | luke hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora