eleven

516 58 9
                                    





19 de mayo, 2019.


— ¡Luke, más te vale que te bebas esa mierda! Ya te he comprado otro. — gritó Ashton entre la música, tendiéndome otro shot de tequila, el quinto de la noche. Tragué un poco de saliva intentando retener en mi garganta el vómito que veía venir. Michael me dio una palmada en mi espalda animándome.

—Más te vale que te apures, viejo. Las chicas nos están esperando para bailar. — me presionó Calum moviendo sus piernas algo ansioso. — Sin duda lo intentaré con la rubia, está buenísima y fue bastante graciosa cuando estábamos en el bar.

—La castaña está mejor, pero le ha echado el ojo a Luke. — se burló Mike, lo miré rodando los ojos y negué inmediatamente. — ¿No has visto como te mira? Esa chica te quiere comer con todas las salsas posibles.

—No hables idioteces, no la soporto y ella no me soporta a mí. Si me mira, lo hace con asco. Ella trabaja en el jardín de Finn y ha me ha armado tremendo escándalo hace unos días. Nunca más le haré favores a Jack. — solté jugando con mi shot. Llené mis pulmones de aire y exhalé, sin pensarlo me zampé el shot. Cerré mis ojos fuertemente, sintiendo como el alcohol me pegaba aún más. — Y aunque me mirara con ganas, yo ni en un  millón de años la miraría, es una amargada de mierda.

Calum río.

—Claro, como si tu no fueras un amargado. — ironizó Calum. Le iba a soltar un par de maldiciones pero fui interrumpido por Ashton, quien nos dirigió al centro de la pista en donde estaban la castaña, la rubia y Spencer.

Pude notar que la rubia, la cual no recordaba su nombre, tambaleaba un poco. Calum sin dudarlo se acercó a su lado. Noté que le susurró algo al oído y como de a poco comenzaban a balancearse al ritmo de la música.

Comencé a centrarme en la música y me dejé llevar por el ritmo, no tenía ni puta idea cual era la canción que sonaba, pero probablemente la había escuchado en la radio. Cerré mis ojos sintiendo la música y el alcohol. De vez en cuando buscaba a Michael con la mirada pero luego de varias veces sin encontrarlo, concluí que se había ido en busca de diversión.

Pasadas varias canciones, en las cuales estuve sumido bailando solo, levanté mi mirada y me encontré a Ashton y Kay bailando muy pegados y besándose algo apasionados para el lugar en el que estábamos. Cerca de ellos estaban la castaña y Spencer bailando, el tenía sus manos en la cintura de la chica y le susurraba cosas al oído. Sin darme cuenta estaba riéndome al ver a tal amargada en una situación en la que nunca me imaginé que la vería.

Tambaleé hacia la barra, pedí otra ronda de shots y una cerveza. Mientras me zampaba el sexto shot de la noche me vi interrumpido por una voz algo desconocida para mi.

—¿Así que eres de los que baila solo? — susurró en mi oído la castaña.

— ¿Por qué? ¿Acaso te apetece bailar conmigo? — bromeé bebiendo un poco de mi cerveza.

—Tampoco sería algo tan terrible. — soltó arrastrando sus palabras y sentándose a mi lado, la miré algo horrorizado. — Te he visto beber demasiado, no entiendo como no te ha dado un coma etílico.

—La costumbre.

—Me gusta cómo te vez hoy. — habló apoyándose en la barra. Me mordí el labio aguantándome la risa pensando en la cara que pondría que ebria me ha dicho tal cosa. — ¡Hey, quiero una ronda de shots, por favor! ¿Tienes limón? —le habló la castaña al barman.

El chico de la barra le entregó sal y rodajas de limón a la chica. La miré algo hipnotizado viendo como se bebía el primer shot y como mordía la rodaja. Me quedé mirando su boca que estaba algo hinchada y mojada, la castaña paso su lengua por sus labios y se los mordió haciendo una mueca por el fuerte sabor a alcohol.

—A este sabor le llamo ''Sabor a Universidad''. — soltó divertida y solté una carcajada. Miro mis shots e hizo una mueca de asco. — ¿Acaso te los tomas así? ¡¿Sin nada?!

—Obvio, ya soy un adulto, no puedo estar bebiendo tragos de niñatos. — solté y la castaña me golpeó el brazo divertida mientras se tambaleaba en su asiento. —A este le llamo ''Sabor a cesantía''.

La castaña comenzó a reír eufóricamente. Su risa era bastante graciosa, lo que provocó que comenzara a reír con ella.

—Eres bastante simpática cuando estas ebria, castaña. — pasé mi brazo por sus hombros y la atraje a mí en un pequeño abrazo. Ella río en mis brazos.

Odiaba ponerme tan meloso cuando bebía, pero no podía evitarlo.

— ¿Cómo que castaña? — cuestionó entre risas. Me separé de ella y la miré intentando recordar su nombre.

—Es mi apodo de cariño. — mentí.

— ¡Pedazo de mentiroso! No recuerdas mi nombre. —soltó ofendida entre risas y golpeándome débilmente.

—Okay, me atrapaste... dime tú nombre. — le pedí, soltando mis palabras de manera bastante arrastrada.

—No te lo diré, tendrás que ganártelo. — murmuró acercándose a mi.

—Está bien, señorita maestra. — hablé arrastradamente. Tomé uno de los limones y mil recuerdos se me vinieron a la mente. — Recuerdo que teníamos maneras muy divertidas de usar este limón.

La castaña soltó una carcajada.

—Lamí bastantes cuellos en la Universidad gracias a los limones. — levanté mis cejas algo impresionado, le tendí mi mano y las estrechamos entre risas.

—Sin dudas me encanta lamer cuellos. — me sinceré.

—Yo podría haber sacado un doctorado en lamer cuellos. — afirmó la castaña.

—Tendré que ponerte a prueba. — bromeé entre risas.

—Te encantaría, rubio. — carcajeó golpeando mi hombro.

kindergarten | luke hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora