Capítulo 6.3

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La cara de Tae estaba cada vez más pálida, las palabras de su amigo fueron como una docena de puñetazos en su estómago. No se había dado cuenta de las cosas hasta aquel momento, normalmente eran sus amigos quienes le invitaban y servían toda la comida, por eso mismo no tuvo ninguna reacción cuando Nic adoptó esa misma actitud. Pero por supuesto, era algo muy malo.

"Yo... ¿Estoy siendo atendido por Nong?"

"¡Si! ¡Estúpido!"

Pronto su mente navegó entre los recuerdos de aquello que le dijo Kengkla antes de empezar a ayudarlo en su plan de conquista, su rostro cada vez más pálido y un temblor casi imperceptible comenzó a recorrerlo.

"Que celosa estoy, él es tan guapo y amable. Mira como lo cuida."

"¡Tan cierto! Los he estado observando desde que fue por sus bebidas y... es demasiado para mi corazón, dos chicos juntos y aun así se cuidan y atienden muy bien. Nosotras no encontraríamos un novio como él ni buscando bajo las piedras." Tae escuchaba las conversaciones de la mesa del frente, completamente avergonzado mientras cerraba sus ojos y le decía débilmente a su amigo al otro lado de la línea.

"Yo...voy a colgar, na." Ni siquiera le importó lo que contestó Ram, lo único que estaba en su mente era tratar de arreglar las cosas. No quería que Nic creyera que lo había forzado a llevar las riendas de la situación, en serio no había querido hacerlo sentir así.

Inmediatamente se levantó de la mesa y observó cómo aquel que se robó su corazón llegaba con las manos repletas de comida.

"¡Nong! Siéntate por favor. Ya has hecho demasiado, deja que yo me encargue del resto..." Tanto la expresión como el tono de voz utilizados por el mayor provocaron una ternura inmensa, que provocó una sonrisa a todos los que lo observaban y escuchaban. Pero incluso con una sonrisa en sus labios, Nic insistió en seguir cuidando del otro.

"Todo está bien P', no te preocupes. Yo puedo solo."

"Pero... se supone que todo esto lo tenía que hacer yo. Quería hacerte sentir feliz y cómodo bajo mis cuidados..." Su voz temblorosa y lastimera logró remover algo en el menor, que simplemente suspiró y le paso un plato con abundante comida en su interior.

"Entonces lleva este."

¡Bang!

"¡Maldita sea!"

Los ojos de Tae se abrieron sorprendidos cuando su amor platónico lo cogió de la mano y le jaló hacía su cuerpo. No había prestado atención al montón de platos apilados hasta que una parte de su cintura los rozó, entonces empezó a rezar mentalmente para que nada malo haya pasado. No quería pensar que tiró y dañó ese montón de comida y platos, pero... ¡en serio era muy probable que haya tirado todo eso!

¡Bang!

"..."

Justo antes de caer cerró sus ojos esperando un doloroso impacto y el estruendo de la comida y platos cayendo y manchando todo cuanto estuviera a su alcance, pero solo escuchó un pequeño golpe, muy suave.

De pronto se dio cuenta del silencio que se había apoderado del restaurante, todos parecían haber contenido su respiración y aquella ausencia de sonido le hizo sentir mal. Lentamente comenzó a abrir los ojos, solo para darse cuenta que no estaba en el suelo sino que se encontraba apretado entre uno de los brazos de Nic.

El pequeño farmacéutico había logrado, con una habilidad impresionante, sostener a pila de platos antes de que cayeran y, sorprendentemente, también había podido agarrarlo a él. Porque en aquel momento, el cuerpo del menor estaba completamente presionado contra el de Tae y sus caras estaban a tan solo un milímetro de distancia. Parecían una pareja que se abrazaba en el centro del local y estaban a punto de besarse frente a todos.

Su corazón iba a explotar.

En ese momento, los ojos de Nic subieron lentamente de sus labios a sus ojos y preguntó suavemente.

"¿Estás bien, P'?"

"S-Si...muchas gracias..."

Y eso fue todo, Tae no pudo responder absolutamente nada más. Solo rompió con el contacto visual al bajar el rostro mientras sentía cómo se sonrojaba brutalmente.

Se sentía demasiado avergonzado tanto por el extraño comportamiento del menor como por el hermoso rostro que estuvo tan cerca del suyo. Su corazón latía desesperadamente, como si acabase de correr una maratón increíblemente dura.

Ni siquiera sentir el peso de todas las miradas del lugar sobre él le hizo subir el rostro.

Un empleado de la tienda se acercó corriendo a ellos un minuto después.

"¿Puedo ayudar? ¿Están ustedes bien?"

"Si, lo siento mucho. No me fije bien y sin querer tiramos el plato... ¡Discúlpennos, por favor continúen comiendo tranquilamente!" Aunque todo aquello fue exclusivamente la culpa de Tae, el menor fue quien tomó el peso de sus acciones ante el resto de personas. El verdadero culpable solo mantuvo la mirada gacha y los puños apretaos, sentía unas inmensas ganas de llorar y hacer reverencias sin parar para que lo perdonaran. Pero su cuerpo no se movió hasta que lo arrastraron de regreso a su asiento.

No se volvió a levantar de ahí, es más, no quería ni siquiera tener que ponerse de pie cuando terminaran de comer, solo quería volverse chiquitito y desaparecer.

Nic se rio levemente. Desde el principio había querido saber cuál era la actitud del otro en una cita, ¿sería de los que hacen todo? ¿De los melosos? ¿De los fríos? Aún era un poco confusa su actitud para poder llamarla de algún modo, pero algo que tenía muy en claro gracias a todo lo observado ese día es que Tae jamás había tenido una cita antes de aquella. Y eso le gustaba.

P'Tae no tiene ni la más mínima de que hacer en una cita o cómo actuar... ¡Es muy divertido!

Nic casi se echó a reír viendo ese lindo rostro teñido de rojo. Su actitud distaba completamente de ser calmada, en su lugar parecía estar a punto de volcar nuevamente su plato. Después de crear todo el caos anterior, Tae simplemente quedó completamente quieto y callado, demasiado avergonzado para hacer algo más que comer en silencio mirando su regazo. No se atrevió a decir nada ni a hacer contacto visual, simplemente se quedó allí luciendo como alguien perfecto para molestar.

¿Así es como aquel que quería ser el 'activo' actuaba y cuidaba de otros?

Los hombros de Nic temblaron ligeramente debido a que estaba conteniendo la risa, porque aquel era la persona más suave, tierna y fácil de manejar entre todas aquellas con que había salido a lo largo de su vida.

Esta era una cita a la que lo invitaron para demostrar que el mayor no era solo palabras, pero él no sabía cómo se hacía.

Nic miró su reloj, el tiempo que le había dado al hombre se estaba acabando y una vez su cuenta regresiva mental, de la cual el otro no estaba ni enterado, llegara a su fin... podría demostrarle a Tiwson lo que era una cita de este estilo y como se actuaba en una.

Es más, haría completamente suyo a ese chico que tanto se empeñaba en seducirlo.

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How to changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora