Capítulo 12.3

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"Realmente no quieres que te encuentre, P'Tae. ¡¿Por qué no dejas que te encuentre?!"

Ha pasado una semana desde que la desesperación de Nic empezó. Aquella frase ha dejado sus labios millones de veces, pero aun no encuentra a su hermoso novio. Pronto, su humor se hizo cada vez peor. Estaba terriblemente irritable, ansioso, sentía que las lágrimas iban a aparecer en su rostro en cualquier momento pero se negaba por completo a permitirlo, o más bien a aceptarlo.

Estaba sintiendo tantas cosas que jamás en su vida había sentido. Su corazón, aquel trozo de hielo que nunca sintió nada por nadie y que amaba jugar con las chicas, también estaba completamente histérico porque no podía encontrar a Tae.

¿Dónde estás, P'Tae?

Con la desaparición del Phi, Nic se dio cuenta de que sin importar que hiciera, no podría encontrarlo a menos de que el quiera ser encontrado.

P'Tae se sabía de memoria su horario, pero Nic no sabía más que unas cuantas cosas respecto al horario del otro.

P'Tae sabía a que hora se iba a casa, pero él no sabía a que hora se iba su novio.

P'Tae conocía que le gustaba y que le disgustaba, pero él no conocía las suyas porque siempre que su gatito pedía algo, eran cosas de la preferencia del menor.

P'Tae sabía todo sobre Nic.

Nic no sabía mucho acerca de P'Tae.

Nic solo sabía... que su phi lo ama... lo ama lo suficiente como para siempre estar presente y mimarlo con cosas que el quiere... es exactamente por culpa de ese amor, que Nic se dio cuenta de lo egoísta que era por no querer perderlo...

"¡¡¿DÓNDE PUTAS ESTÁS?!! ¡¡¡¿POR QUÉ PUTAS NO ME DEJAS ENCONTRARTE?!!!"

El chico que siempre ha sido perfecto controlando sus emociones, explotó por culpa de la depresión que ha cargado todos estos días. No podía parar de gritarle a la nada en su habitación mientras tiraba lo primero que veía contra la pared, sin importarle si se rompían o no, y las lágrimas caían de sus ojos.

Después de muchos gritos y varios objetos destrozados en el suelo, Nic por fin pudo dejar caer su cabeza en la cama mientras se cubría el rostro exhausto.

En todas sus relaciones, el había podido manejar todo como si aquel fuera su ambiente. Los sentimientos nunca fueron un problema, las palabras cortantes para que las chicas desaparecieran de su vida no eran difíciles, si ellas desaparecían nunca le importaba... pero cuando esas experiencias se comparaban con su relación con Tae, se volvían completamente inútiles.

Al inicio, a Nic no le había gustado el phi en lo más mínimo. Pero el siguió insistiendo y pronto, sin darse cuenta, terminó acostándose con el, follándose ese delicioso culito, besando su delicada piel y comiéndose su exquisita boca. Exactamente, se suponía que solo iba a estar con el mayor para entretenerse un poo. Pero... todo se salió de control. Antes de darse cuenta, se había transformado en un adicto que necesitaba beber de la imagen y las sonrisas de su novio en cada instante posible.

Cuando por fin empezó a tomarse extremadamente en serio su relación, el otro chico simplemente...desapareció. Y eso lo estaba volviendo completamente loco.

"Nong Nic, estas gritando tan fuerte que se te escucha desde afuera de la casa."

Nic escuchó la puerta abrirse con un leve chirrido y pronto la voz de su hermano resonó por la habitación.

Pero él en ningún momento retiró el brazo de su rostro o calmó su respiración.

"Lárgate. Déjame solo, maldita sea." En este momento no le importó la forma de hablarle a su hermano, o que este se quejara con P'Type y el mayor decidiera vengarse nuevamente de él.

How to changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora