Capítulo 13.2

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"¿Algo que quieras decirme?"

Tras huir de todos, llegaron al mismo parque donde tuvieron su primer almuerzo juntos. El mismo lugar donde Tae hizo estragos sobre Nic por primera vez.

Inclusive cuando el sol estaba aun más picante que aquel día, al menor no le pudo interesar menos. Sobre todo porque lo único que sentía era amor y ternura hacía su phi, que no sabía si podía mirarlo o a donde debía ver en aquel momento.

Le esperó hasta que por fin se llenara de valor para hablar.

Aún así, temblaba un poco.

"Eh...las...las rosas..."

Era un hecho que, según la confesión clásica, tocaba contestar la confesión apenas había sucedido. Pero Tae simplemente sacó a colación lo primero que vio.

Nic le brindó una sonrisa que le arrebató el aire de los pulmones, luego procedió a extender la mano con las flores. Esperando que las aceptara; deseaba verlo sosteniéndolas, oliéndolas, sonriéndole con sus ojitos brillando.

"Son tuyas."

"¿No eran para la linda niña del restaurante?"

Tae respondió temeroso, sintiendo el dolor en su corazoncito. Solo mencionar a la chica le hizo ponerse pálido y desear huir.

Nic lo tomó delicadamente de la muñeca e impidió su huida.

"No tengo idea quien te dijo eso, ¿me dejarías explicarte? Honestamente, si fui a verla."

Los labios de Tae temblaron con aquella afirmación y sintió como su alma caía destrozada. Las lágrimas empezaron a aparecer en sus ojos, amenazando con caer. Cuando Nic vio esto, simplemente le agarró amorosamente de los cachetes y lo miró a los ojos.

"Fui y la rechacé."

"¿P-Por qué?"

La expresión del menor se volvió completamente seria, sus ojos no expresaban nada más que determinación y su boca no dijo nada más que sus más sinceros pensamientos.

Detalló cada rasgo de su rostro. Puede que solo haya pasado una semana desde la última vez que le vio, pero fue la peor semana que ha vivido.

Necesitaba tanto al hombre frente a el, que no había forma que lo dejara ir de nuevo o que se arriesgara a sufrir ese dolor de no saber de el.

"Necesitaba dejar las cosas claras. ¿Cómo podría confesármele a la persona que amo si no soy capaz de dejar en orden mi situación sentimental? Necesitaba que ella supiera que no sentía nada por ella y que nunca lo haría, de esa forma podría decirte... que te amo."

Lo dijo. Por fin pudo confesarse desde lo más profundo de su corazón y decirle a la cara a Tae que lo amaba.

Enamorarse del ingeniero, aquel que le brindaba un montón de colores a su vida, fue lo mejor que ha hecho en toda su vida. Ahora es consciente que siempre y cuando esté junto a el, será inmensamente feliz.

"¿Pero no que te gustan las chicas? Yo soy un chico, deberías enamorarte de una niña."

Mientras el phi cerraba los ojos presa del pánico y el dolor que sus propias palabras le llevaban, su nong se aprovechó para acercarse más y frotar sus narices una contra la otra levemente.

Nic se conocía bastante bien, sabía que tenía lidiar con el problema que aquella muchacha representaba puesto que no quería ser dominado por la puerta que tenía abierta. Su corazón le pertenecía a Tae, así que Nic callaría su mente hasta que esa dejara de querer irse por el camino hetero.

How to changeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora