Capitulo 19

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—Iremos hoy...

Como de cuento, había una luz brillante que ilumino a Jungkook. Seokjin se quedó de pie a la mitad de la cocina con una tabla en sus manos, sobre ella el desayuno de esa mañana; todo se tambaleo un poco por la reciente impresión.

Jungkook se plantó frente a él y le dio una sonrisa tímida. Seokjin siguió sin contestar aun cuando el menor le dio un beso en la mejilla y le quito las cosas de los brazos para evitar que estas cayeran. Llevando todo a la mesa y acomodándolo con cuidado.

—P-pero...—dijo Seokjin con voz temblorosa—. Yo. No... sé. Aún tenemos trabajo...

Su voz se hacía más pequeña e insegura mientras todo tipo de imágenes rondaban en su mente.

—No hay peros, hoy es nuestro último día aquí. Y después tenemos que partir directo a Busan, así que podemos aprovechar nuestro día libre de mañana— esta vez, Jungkook tomo un cucharon y sirvió en los platos—. No podemos dejar pasar la oportunidad de ir a tu casa cuando estamos a tan pocas horas.

—Quizá solo debamos marcharnos a Busan— Seokjin suspiro, acercándose poco a poco a la mesa. Jungkook ya se había sentado frente a ella y tomaba sus cubiertos—. Puedes pasar más tiempo con tu familia y visitando a tus amigos.

Negó con su dedo índice al aire.

Jungkook habia despertado tan seguro esa mañana. Seokjin lo miró fijamente. Habia estado compartiendo algunos días con Jungkook y ahora conocía mucho mejor sus gestos. Por lo regular, tenía una sonrisa tranquila, risueña, siempre acompañada de sus mejillas con ligero sonrojo y su mirada tan cálida. El perfecto color de sus ojos se hacía intenso e iluminaba toda la cara Jungkook. Era tan entrañable ser receptor de una mirada tan dulce.

Habia también un brillo especial en esa mirada (como si fuera eso posible), cuando el menor saludaba a sus pacientes, cuando le avisaban que era hora de comer, cuando le dijeron donde se encontraba un saco de boxeo en el hotel o después de iniciar un beso. 

Sobre todo la ultima. A Jungkook le brillaban los ojos después de pegar sus labios a los de Seokjin por un buen rato.

Y eso habia estado pasando muy frecuentemente, sin que el mayor lo pasara desapercibido.

Seokjin sacudió su cabeza, concentrándose en su camino hacia la mesa donde comían juntos desde hace algunos días.

Se fijo en Jungkook que ya estaba comiendo animado y masticando rápido, mientras ojeaba un documento que tenía a su lado. Él hacía eso regularmente, sobre todo en las noches al llegar a su habitación de hotel después del trabajo y antes de dormir. Jungkook leería algún documento con un máximo de cinco hojas (aunque a veces eran 10), lo subrayaba y al terminar se concentraba en otros temas (como besar a Seokjin, apagar la luz y besar a Seokjin por última vez antes de dormir).

Seokjin habia averiguado (su curiosidad fue más grande) lo que el menor leía. Un día tomo una de esas hojas, y descubrió que Jungkook si era un apasionado, pues eran artículos de investigación. Jungkook no mentía al decir que amaba estar actualizado y amaba su profesión.

—¿Entonces? —Jungkook lo miro, un rayo de intriga cruzo por su mirada—. ¿Ya lo aceptaste?

—¿Qué?

—Que iremos hoy hacia la casa de tus padres— Jungkook seguía mirándolo insistentemente, mientras Seokjin abría la boca para defenderse. Por supuesto lo interrumpió—. nuestro equipaje ya está listo. No será un pretexto.

Ahora Jungkook tenía esa sonrisita orgullosa y en su mirada se reflejaba el reto que era para él enfrentarse a la familia de Seokjin. Jungkook no dejaba de sonreír, mientras miraba su celular, seguramente viendo las noticias más relevantes de la tarde y la noche anterior. Otra de sus grandes costumbres.

Bad guys (JINKOOK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora