Capítulo 4

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Estoy en un sitio hermoso, un jardín enorme lleno de camelias de todas las especies

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Estoy en un sitio hermoso, un jardín enorme lleno de camelias de todas las especies. Me siento en mi hábitat, esto es más hermoso que el vivero que tenía en Galicia y la felicidad explota en mi interior. Nunca pensé volver a sentir esto cuando tuve que renunciar a mi sueño.

—Es hermoso, ¿no? —dice una mujer, volteo a verla, está cortando algunas hojitas y podando las camelias.

—Es perfecto —respondo con una sonrisa—. ¿Quién eres?

—Carmen —dice y se acerca—. Tú eres Abril... te estaba esperando.

—¿Cómo sabes quién soy? —pregunto.

—Sígueme —dice y me hace un gesto.

Camino a su lado entre el inmenso jardín hasta llegar a una colorida y acogedora casona. Ella abre la puerta principal y camina hasta un mostrador, saca una llave y me la pasa.

—Tu habitación está en el segundo piso y es la número 205 —comenta—, allí encontrarás todo lo que necesites.

—¿Esto es un hotel? —inquiero y ella ríe.

—Puedes llamarlo así... En realidad, cada uno lo ve como desea... y todos tenemos trabajo que hacer aquí... No te preocupes, te irás acostumbrando...

La observo, es joven, sus cabellos son largos y tiene un vestido de color morado. Su sonrisa es contagiosa y el brillo que la rodea es muy intenso, según lo que me dijo Uriel, estaría en un alto nivel de consciencia.

—¿Hace mucho que estás aquí? —inquiero y ella asiente.

—Bastante... pero el tiempo aquí no es el mismo.

—Sí, me lo habían dicho...

—¿Qué equipajes traes? —inquiere y yo frunzo el ceño, confusa.

—¿Equipaje?

—Es la manera en que me gusta llamarlo —dice y me hace un gesto para que la siga—. ¿Quieres un té?

—¿Acá se come? —pregunto y ella ríe.

—Bueno, en realidad no lo necesitamos, pero ¿por qué nos perderíamos del sabor de las cosas deliciosas que nos regala este lugar?

—Bueno... —asiento sin saber qué más decir.

—Siéntate —me dice y yo lo hago.

Carmen va en busca de una tetera blanca con flores, toma dos tazas y sirve un poco de algún líquido color turquesa que desprende un vapor y un olor delicioso.

—Es té del cielo —responde.

—¿Del cielo? —inquiero y ella sonríe.

—Sí, me gusta llamarlo así porque tiene el mismo color. Tómalo, te hará sentir bien —promete.

Amor Perfecto (Secuela de Cuéntame un secreto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora