Violeta viene a buscarme a la habitación y me pide que la acompañe a un sitio. Yo acepto y salimos de la casona. Caminamos por un sendero lleno de un césped tan verde que hasta da pena pisarlo, Violeta va con el corazón alegre y la sonrisa en los labios y saluda a todos los que se cruzan con nosotros, la gente me mira y me saluda como si me reconociera, pero yo no identifico a nadie.
—¿A dónde vamos? —inquiero.
—Tengo que ir al rincón de los niños —dice.
—¿Qué es eso?
—El sitio donde están los niños esperando...
—¿Qué esperan? —pregunto.
—Ir a la Tierra —explica.
No hago más preguntas, disfruto del viaje y del camino lleno de colores, plantas, flores y aromas mágicos.
—Oye... anoche tuve una especie de sueño...
—Sí...
—¿Por qué? —pregunto.
—Los momentos de descanso de la consciencia son estados en los cuales tu alma te guiará hacia las respuestas que necesitas conocer para llegar a la luz. Solo debes estar abierta, todos tenemos una misión en la tierra que se complementa con la que tenemos en el Cielo para avanzar en nuestro camino hacia la luz.
Mientras ordeno sus palabras en mi mente, llegamos al sitio. Es un castillo que parece haber sido creado por los mismísimos niños, nada tiene sentido aquí, hay partes hechas de cristal, otras de madera y algunas parecen haber sido hechas de dulces. Mi corazón late al llegar, siento que he estado antes aquí.
—Sí, todos hemos estado aquí —dice Violeta como si pudiera leerme—. Es de aquí donde salimos para ir a la Tierra, es aquí donde organizamos toda nuestra vida, donde creamos los planes...
—¿En serio?
—Sí... de hecho es el único sitio que conoces antes de vivir en la tierra, luego de tu muerte allá es cuando entras a la zona donde estamos ahora.
—Ahhh... ¿Y estos niños? ¿Quién los cuida?
—Los niños almáticos no necesitan cuidados como los niños de la tierra, ellos son sabios, son pura luz. Solo necesitan estar a salvo del mal, porque puede corromperles, pero aquí en el rincón de los niños están bien, son las almas que más cuidamos.
—¿Todos estos niños corresponden a nuestro grupo de almas o están mezclados? —pregunto cuando entramos al castillo y puedo ver niños por todas partes.
—Todos pertenecen a nuestro grupo de almas —comenta Violeta—. Son almas nuevas.
—Oh...
—Sí, aquí podría estar el alma de quien será tu nieto o tu bisnieto más adelante —sonríe Violeta—, pero no lo sabrías hasta el momento de su concepción en la Tierra. Recién cuando eso sucede, el alma es avisada que ha llegado su hora de nacer y es entonces cuando quienes seremos sus antepasados, podemos venir a verlo, darle consejos y mucho amor para atravesar el nacimiento.
—¿Atravesar el nacimiento? —inquiero.
—Ajá, es como la muerte... así como han estado allá tus familiares contigo antes de que murieras nos toca a nosotros aquí ayudar a nuestros familiares a transitar el nacimiento. Los acompañamos en sus últimos instantes en el cielo y les alentamos a cumplir su misión en la tierra, hacemos oraciones por ellos para que el bien nunca salga de sus corazones y su alma regrese a casa algún día.
—¡Wow! —exclamo con emoción.
—Así es —sonríe Violeta—, yo, además, soy voluntaria en el centro y vengo a compartir con ellos algunas tardes. No sabes lo mucho que enriquecen el alma.
—¿En serio?
—Sí...
—¿Por qué algunos brillan más? —inquiero al verlos.
—Esos niños que brillan más tienen misiones especiales. Su alma es tan especial que son capaces de sacrificarse por amor e ir al mundo en dos ocasiones.
—¿Cómo una reencarnación? —pregunto y ella ladea la cabeza.
—Sí... más o menos... Son niños que van al mundo a morir, no pasan de los diez años con vida y se regresan aquí. Algunos ni siquiera llegan a nacer...
—¿Por qué? —pregunto con tristeza.
—Porque tienen una misión importante, van por alguien más, no por ellos. Van a llevar un mensaje, un aprendizaje, una lección o como le quieras llamar, son mensajeros. A veces van a cambiar el rumbo de algo o a dar una esperanza a alguien que ya no la tiene... no lo sé... ningún niño que muera joven en la Tierra ha perdido su vida en vano, tenía un mensaje del cielo para sus padres o familiares y ha decidido hacer el viaje de ida y vuelta por amor a ellos.
—Oh... —mi mente regresa a una amiga que había perdido a su bebé pequeñito.
—Sí... bueno, ese viaje es muy cansador. La tristeza de los familiares por un niño muerto saca mucha energía a las almas y a veces necesitan mucho tiempo para reponerse antes de volver. También están las almas que son muertas antes de nacer... esas almas sufren muchísimo antes de regresar.
—Me imagino...
—En síntesis, estas almas son especiales porque son capaces de atravesar todo eso por amor a alguien más. La primera vez que van, solo van por otra alma, es recién la segunda vez cuando van a cumplir su propia misión y propósito.
—Qué interesante... —susurro.
Violeta me dice que vaya a dar un paseo, mientras ella visita a algunos niños y comparte con ellos, yo me adentro en los pasillos del castillo y es como si pudiera verme a mí misma corriendo por los mismos. La energía en este lugar es muy fuerte y yo comienzo a tener pequeños recuerdos de mí misma por aquí cuando solo era un alma pura.
—Tengo un recuerdo —le digo cuando volvemos—. Tiene que ver con otra niña... no sé quién es...
—Lo sabrás a su debido momento —dice Violeta, pero una sonrisa se pinta en sus labios.
Perdón por tardar, es que estaba super concentrada con la maquetación de Ni príncipe ni princesa... Espero les esté gustando esta historia.
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Amor Perfecto (Secuela de Cuéntame un secreto)
Spiritual¿Qué hay más allá de la muerte? Luego de una dura batalla contra la enfermedad, Abril se encuentra ante su propio cuerpo recién fallecido. No hay túneles, ni luz, no hay nada todavía, solo el dolor de los que le sobreviven y un montón de preguntas s...