I'm not afraid // Sanwoo

Capitulo 13

"Mi primo"

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Sólo faltaban unos minutos para ya poder librarse de la escuela y poder irse a su casa, quería dormir un poco antes de irse a trabajar, pero debido a que le habían dejado bastante tarea pues...no estaba cien por ciento seguro de poder descansar siquiera un poco.

--Muy bien jóvenes, ya se pueden ir, faltan diez minutos pero ya pueden salir. No olviden hacer su tarea sino quieren reprobar, los veo mañana--. Dijo el profesor a la vez que tomaba su mochila y salía del aula.

Por fin su martirio había terminado, por fin podía salir e irse a su casa. Tomó sus cosas y salió del salón a paso lento ya que los pasillos de la universidad comenzaban a inundar se de alumnos que querían salir de ese lugar de pesadilla. Cuando ya estuvo fuera se dirigió al estacionamiento pero tarde se acordó de que no había llevado su auto a la escuela; eso pasó porque le dieron ganas de caminar en la mañana para llegar a la escuela, tal vez no fue lo indicado pues se sentía muy cansado como para caminar de regreso a su casa, era malo ya que sus piernas le dolían un poco y su amigo Seonghwa no había asistido a la escuela.

--¿Aún no te vas Ju...Wooyoung?--. Mencionó alguien a sus espaldas, cuando se giró para ver quien era encontró a San viéndolo con una sonrisa un tanto burlona.

El mencionado lo miró y negó sin decir nada, no tenía ganas de nada, ni ganas de hablar.

--¿Y tu auto?--. Preguntó de nuevo el pelinegro buscando dicho objeto con la mirada pero no lo encontró, así que entendió que el rubio no lo había traído--. ¿Quieres que te lleve?--. Preguntó llamando por completo la atención del menor quien de inmediato negó un poco apenado.

--No, no gracias, te lo agradezco--. Mencionó Wooyoung comenzando a caminar directo a su casa.

No quería que el pelinegro supiera en donde vivía, claro que la propuesta del mayor le había gustado pero el miedo de que el contrario se diera cuenta de como estaba su situación, no le agradaba. Por eso decidió negarse a la propuesta de San, iba caminando lentamente por la calle cuando una moto de pista color negra se detuvo al lado de él, creyó que lo asaltarían, pero en lugar de eso sólo vio como el conductor de ésta se despojó del casco, en ese momento se dio cuenta de quien se trataba; el rubio comenzaba a sentirse sofocado por el pelinegro.

--Sube--. Le ordenó el pelinegro entregándole el casco.

El rubio iba a decir algo pero le interrumpió San.

--No acepto reproches, los detesto, así que sube--. Dijo San sin más.

Wooyoung suspiró un poco y no le quedó de otra más que colocarse el casco y subir a la moto, en ese momento en que el contrario le tomó la mano para darle a entender que se sujetara de su abdomen sintió como su respiración comenzaba a agitarse a la vez que su corazón empezaba a latir como loco, no pudo evitar sonreír ante eso, por fortuna tenía puesto el casco y el mayor no se había percatado de ello; de su sonrisa tonta.

--¿Sabes a donde vivo?--. Preguntó el rubio mientras rodeaba la cintura del mayor con sus brazos y juntaba sus manos en el abdomen de este.

--Creo, la vez que me obligaron a disculparme contigo me llevaron casi a rastras a tu departamento, creo que sé llegar--. Sinceró el pelinegro para luego comenzar a conducir.

El rubio sonrió ante eso y se calmó un poco, la verdad era que esa vez no estaba en sus cinco sentidos, no por estar ebrio o algo por el estilo, sino que había hablado de varias cosas con su amigo Subin que sus pensamientos estaban vueltos un remolino de emociones y el hecho de que el mayor se disculpara y luego se fuera le había echo sentir feliz pero también triste. El viento chocaba contra su cuerpo y hacía que su ropa se moviera a la velocidad del aire, era refrescante. Sin embargo, no pudo evitar mirar al mayor, San llevaba una leve sonrisa formada en su labios y un semblante tranquilo, Wooyoung, a simple vista, podía darse cuenta de que el pelinegro no era una mala persona después de todo, sólo era una persona a la que no le agradaban las personas raras y con otros gustos, por la ropa que usaba el mayor bien podía decir que era alguien con dinero que detestaba lo extraño y fuera de lugar.