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N. Omnisciente

Es una oscura y fría noche, donde dos jóvenes heridos se encuentran corriendo por lo más profundo del bosque tratando de escapar de diversos animales, donde algunos de ellos no deberían estar ahí según el orden de la naturaleza por ser animales árticos o de praderas, mientras llevan un pequeño cofre el cual protegen con sus vidas esquivando los ataques de estos animales, pero no siempre los evitan por completo obteniendo más heridas que les dificulta continuar su huida.

Llevan demasiado tiempo corriendo sus cuerpos ya no resistirán por mucho tiempo y más con esas heridas, pero aun así no se detienen y siguen adelante, se pasan aquel cofre entre sí para que uno los defienda de los animales mientras el otro protege el cofre.

En estos momentos quien lleva el cofre es un joven de cabellos castaños claros y ojos color avellana mientras su compañero y amigo de cabello castaños oscuro y ojos color ámbar los protege, en ese momento ve como el de ojos avellana esta por ser atacado por dos lobos negros por lo que lo empuja haciendo que este caiga al sueldo mientras el de ojos ámbar recibía las mordidas.

-RUBÉN, CORRE- grita al ver como su amigo sigue en el suelo viendo como aparece otro lobo, pero blanco que muerde su ala -Vete, protege el cofre... Yo los detendré lo más que pueda, no te preocupes por mí. Huye y vive-

El de ojos ámbar sonríe al ver como su amigo casi hermano se va lejos de ahí, sabe que no podrá seguir peleando, pero por conseguir más tiempo para que el de ojos avellana puede escapar hará has lo imposible, suelta un quejido de dolor cuando el lobo blanco que se encuentra mordiendo su ala aplica más fuerza hasta que la rompe, aun así, con ese insoportable dolor utiliza toda su fuerza para soltarse del agarre de los tres lobos y ponerse en posición de ataque, pero antes de que alguno hiciera algún movimiento aparece un oso grolar corriendo hacia los lobos enviando a volar a dos de ellos por haber chocado con él y al tercero lo deja inmóvil en el suelo tras golpearlo con una de sus patas.

Mientras todo esto sucedía el de ojos ámbar observaba sin creerlo y cayó de rodillas, no solo por la escena que esta frente a sus ojos, sino que también toda la adrenalina que corría por todo su cuerpo desapareciera lo que ocasionó que sintiera todo el daño que había recibido, cuando aquel oso termino con los lobos se acercó a él mirándolo directamente a los ojos pudo ver dos cosas, que en el hocico traía un cofre muy familiar y que los ojos del oso son un color avellana que le transmiten una gran tranquilidad y confianza. El oso deja el cofre en frente de él y se transforma en un joven que conoce muy bien.

-En serio creíste que te dejaría aquí con esos estúpidos- hablo el joven de ojos avellana mientras le sonreía al de ojos ámbar mostrando sus colmillos -somos los híbridos que juraron proteger este cofre de todo para mantener a salvo a nuestra raza y eso significa que, aunque tú o los dioses me orden irme nunca te dejare solo David, porque también eres un híbrido, uno de búho y mi hermano- puso sus manos en los hombros del contrario -estás loco si pienses que te dejaría morir, o morimos juntos luchando o no muere nadie-

David suelta una suave risa al escucharlo -Diría que es lo más noble y valiente que has dicho y hecho si no te conociera y sino sintiera el olor de un híbrido de águila acercándose justo por donde apareciste Rubén-

-He he se no tiene nada que ver, cuando me fui lo hice para que creyeran que te abandone y no me vieran transformar en oso para tomarlos por sorpresa y pegarles fuerte- se excusó el híbrido de oso ofendido -y el que venga un águila por el mismo lado es pura coincidencia- termino cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado haciendo un leve puchero.

-Ajá hagamos que te creó- dijo divertido ante el típico comportamiento de su amigo -¿Hermanos híbridos? - pregunto extendiendo su mano al contrario con una sonrisa agotada.

-Hasta el final- completo tomando la mano de David devolviéndole la misma sonrisa - ¿puedes levantarte? - el contrario negó con la cabeza -mmm... ¿puedes lanzar un hechizo inhibidor de olor sobre nosotros y esconder tus partes híbridas? -

David asintió, pero lo miro con confusión - ¿Por qué quieres que esconda mis partes híbridas? ¿Qué piensas hacer? -

-Cuando me fui para tomar velocidad alcance a ver un rio y al muy sur de este vi un poblado, nos podemos esconder ahí mientras curamos nuestras heridas y pensamos algún plan- comento Rubén con emoción mientras movía sus orejas.

-Hasta que utilizas esa cabeza tuya- por decir eso se ganó un ligero golpe en la cabeza y una mirada enojada por parte de Rubén mientras se reía.

-Ya déjate de tonterías y has lo que te dije rápido antes de que el idiota águila llegue o ahora si te dejo-

Después de decir eso David dejo de reír e hizo lo que Rubén le pidió de inmediato pues tenía razón, si él había sentido al híbrido de águila, él también a ellos, tenían que irse ya ante de que llegara o estarían perdidos, mientras Rubén volvió a transformarse en un oso y cuando el de ojos ámbar estuvo listo le indico que tomara el cofre y se subiera en su lomo para continuar con su escape.

Y así lo hicieron, el oso corría por el bosque lo más rápido que su cuerpo le permitía con David en su lomo, el cual estaba utilizando toda su concentración para no caer inconsciente porque si lo hace podría mostrar sus partes híbridas y su olor se haría presente otra vez, tiene que aguantar hasta llegar a aquel pueblo para que puedan estar a salvo, pero nunca se imaginaron encontrarse en el bosque con una horda de zombis, esqueletos que supieran usar el arco y arañas gigantes para nada amigables, "¿pero qué demonios pasaba en este bosque?" Pensaron los híbridos mientras esquivaban a los monstruos llegaron a la orilla de aquel rio que vio antes el oso y vieron que el poblado ya no estaba tan lejos, también notaron que el cielo ya no era tan oscuro como antes eso solo significaba una cosa la noche estaba por terminar; los dos joven estaban tan emocionados pensaban que llegarían sin más dificultades lo que ocasionó no vieran que otro monstruo se encontrara al frente de ellos uno que no se habían topado antes, era verde y alargado solo contaba con patas no tenía nada parecido a brazos en su extraño tórax, pero antes de que pudieran hacer algo esa criatura exploto manándolos a volar, cayeron en el rio golpeándose con algunas rocas que sobre salían.

Ante aquella explosión ambos quedaron aturdidos, David solo apretó el cofre contra su pecho para no perderlo, olvidándose de seguir ocultando sus partes híbridas y Rubén perdió se transformación al golpearse con las rocas. La corriente los llevo a la orilla después de un buen rato, tardaron en estar conscientes de su alrededor cuando lo hicieron se arrastraron fuera del rio, miraron al rededor y descubrieron que ya estaban en el pueblo y el sol comenzaba a salir, una gran emoción se instaló en ellos, pero al verse a los ojos recordaron por qué huían, buscaron con la vista el tan preciado cofre que protegían con desesperación; lo encontraron atrapado en unas rocas del rio cerca de la orilla, corrieron hasta el para verificar que el contenido estuviera bien, cuando se aseguraron de que no le había pasado nada, sintieron un gran alivio y a su vez el cansancio de sus cuerpo.

Sabían que debían atender sus heridas si no querían morir después de todo lo que vivieron, pero primero debían esconder el cofre para que no le pasara nada y no les hicieran preguntas por el cuándo se adentraran en el pueblo, decidieron esconderlo bajo y dentro de la estructura de un puente que estaba cerca de ellos.

Cuando escondieron bien el cofre y se aseguraron de que nadie lo pudiese encontrar, ambos híbridos volvieron a esconder sus partes animales y salieron del pequeño barranco donde se encontraban, pero antes de dar un paso más sus cuerpos decidieron dejar de responderles cayeron al suelo sin poder hacer más.

-COÑOOO, lo que nos faltaba- dijo con molestia Rubén -Hey, no te atrevas a perder la conciencia, ¿me estas oyendo? - dijo cuándo vio a David cerrar los ojos.

-... Te quieres callar rata... ya se... - dijo el híbrido de búho con los ojos cerrados y despacio en voz baja - solo...deja de hablarme... para concentrarme en solo parecer un humano-

Rubén entendió las palabras de David, él era el que más heridas tenia sabía que estaba haciendo un gran esfuerzo en esconder sus partes híbridas, por lo que dejo de hablar y decidió hacer lo mismo, mientras les rezaba a los dioses que alguien el pueblo pasara y los viera lo más rápido posible.

El Secreto de los Híbridos II Rubegetta II Willgan IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora