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N. Omnisciente

Nuestros híbridos se miraron a los ojos por unos momentos para después volver a ver a los héroes y aceptar la propuesta con una pequeña sonrisa, pero en sus mentes tenían como objetivo identificar todos los peligros y buscar la manera de alejarse de ellos para pensar con calma su siguiente movimiento.

Llevaban un bastante rato caminando por el pueblo y los chicos admitían que era realmente hermoso y tranquilo, los pueblerinos realmente son amables, veía como cuando pasaban cerca de alguna tienda las personas en esta saludaban, sonreían y observaban a los héroes con admiración y de vez en cuando algún niño o adulto se les acercaba para agradecerles por su trabajo o darles algún presente.

-Se ve que son realmente respetados- comentó Fargan después de ver a una señora con una niña acercarse para darles unos dibujos de ellos hechos por la niña.

-No hace falta que nos hables tan formal calvo- hablo Auron con una sonrisa –por cierto nos comentaron que son viajeros, ¿por qué viajan? ¿a dónde se dirigen? - pregunto con curiosidad.

-A donde el viento y los dioses nos lleven- respondió Rubius cerrando los ojos disfrutando de la brisa que golpea su rostro- y la razón del porque viajamos es simple, desde niños nos contaron historias sobre todo el mundo y cuando cumplimos 20 años decidimos conocer el mundo y crear nuestras propias historias-

- ¿Son del mismo pueblo? - pregunto Luzu.

-Sí, crecimos juntos- respondió Fargan mientras ve con cariño como Rubius se acerca a una panadería para babea contra la ventana de esta.

-Se nota que le quieres mucho, ¿no es así? – dijo Luzu después de ver las miradas que se dedican mutuamente y las de sus dos amigos que no disimulan nada.

-Demasiado, nos conocemos desde pequeños y siempre hemos estado juntos- comento Fargan dejando de ver a su amigo para ponerles atención a sus acompañantes, los cuales lo miraban con expresiones desde ternura, picardía y celos –Es como el hermanito menor que nunca tuve, y sé que él me ve como un hermano mayor-

-Por eso que se protegen tanto- menciono Vegetta después de un suspiro y voltear a ver otra vez al de ojos avellanas, pero llevándose la sorpresa que no estaba ahí –Eh chicos, ¿Vieron a donde se fue Rubius? –

Todos voltearon a ver el lugar donde se suponía que debería estar el castaño y tal como dijo el oji amatista no se encontraba ahí, comenzaron a buscar con la vista alrededor, pero al no verlo cerca Fargan y Vegetta empezaban a entrar en pánico, cuando de la nada el de ojos ámbar salió corriendo y los demás solo se limitan a seguirle preocupados. Llegan a una de las entradas del bosque donde se encuentran con el de ojos avellana que está discutiendo con unos adolescentes que tenían palos y piedras en las manos.

-Quítate!! – le ordeno uno de los adolescentes al castaño - ¿Qué no oyes? Te dije que te largues y no molestes-

-De aquí no me muevo hasta que la dejen en paz – respondió Rubius ya perdiendo la paciencia.

Los recién llegados miraban la escena confundidos, pero al fijarse bien descubrieron que detrás del castaño se encontraba un ocelote con la pata de adelante lastimada, lo que le dificultaba moverse por lo cual solo gruñía detrás del chico.

- ¿Por qué proteges a un simple animal?, es una bestia sin pensamientos o sentimientos – le contesto otro adolescente.

Los héroes estaban por actuar para detener la discusión, pero lo que dijo e hizo Rubius los dejo paralizados.

-Porque es un ser vivo, además de que está embarazada- para acto seguido darles la espalda y dirigirse al animal herido a paso lento para no asustarla y poder ayudarle –tranquila, no te haré daño a ti o a tu bebé, solo quiero ayudarte- su voz era suave y calmada.

Todos vieron como el ocelote dejo de gruñir, pero no dejaba de mostrar sus colmillos, Vegetta con miedo de que el animal hiriera a Rubius intento ir a detenerlo, pero Fargan lo detuvo, al voltearlo a ver para recalcar lo peligroso que puede ser estar cerca del ocelote vio como tenía una expresión relajada y una pequeña sonrisa en los labios demostrando que no debía de estar preocupado.

Fargan al contrario de todos los que estaban presenciando la escena, estaba totalmente tranquilo pues sabía que el ocelote al percibir su aroma sabría que también es un animal como él y podría entender las palabras de Rubius por lo cual no le haría ningún daño a su amigo.

Cuando Rubius estuvo lo más cerca posible se arrodillo y extendió sus manos para que el animal pudiera olerlo mejor, al hacerlo dejo de mostrar sus colmillos para restregar la cabeza contras estas y acostarse en el suelo; los demás excepto Fargan veían sorprendidos la escena y el de ojos avellanas sonrió para luego rascar un poco detrás de las orejas del animal.

-Bien, déjame ver como esta esa herida, ¿sí? – hablo bajo Rubius para dirigir sus manos a la pata herida del ocelote.

Se encuentra con una cortada en esta, causada por alguna flecha, es muy profunda por lo que se necesita cocerle algunos puntos, aunque no sabe si en el pueblo le presten alguna ayuda para el animal, por lo cual decida utilizar un poco de su magia y de manera discreta crea una pequeña capa de energía que le ayudara a sanar más rápido; para que no vean lo que acaba de hacer se quita la camisa para romperla y sacar una tira con la cual le venda la pata.

-Y... Listo- dijo una vez termino de vendar la pata del ocelote –como nueva, además de que a tu bebé no le paso nada, está completamente sano- termino con una sonrisa.

El ocelote se para y se acerca al de ojos avellana para lamerle la cara un par de veces y frotarse contra su pecho para luego ir se a lo más profundo del bosque, todos quedaron impresionados por lo que acaban de presenciar.

- ¿Aun creen que es una bestia sin pensamientos o sentimientos? – hablo Fargan, en su voz se podía identificar lo orgulloso que estaba por su amigo y lo enojado que estaba por el comportamiento de los adolescentes.

Estas al dirigir su vista a donde provenía la voz se encontraron con los héroes del pueblo con el ceño fruncido por su comportamiento e inmediatamente soltaron lo que tenían en manos y bajaron las cabezas.

-Si se creen muy valientes por atacar a un animal indefenso, están muy equivocados – comenzó hablar Vegetta serio imponiendo su actitud de líder –valiente es aquel no le importa salir herido con tal de ayudar a quien lo necesite tal y como lo hizo él - termino con una sonrisa orgullosa mirando a Rubius que aun continua en el mismo lugar.

Después de eso los adolescentes se disculparon y se fueron de regreso a al pueblo, Fargan se dirigió casi corriendo hacia su amigo para abrazarlo y golpearlo en la cabeza.

- ¿Qué te pasa? – se quejó el de ojos avellana sobándose el golpe, mientras los demás se acercan despacio.

-Eres idiota, no sabes el susto que me diste- le recrimino el de ojos ámbar para volver a abrazarlo.

-Estuvo increíble calvo- hablo Auron una vez estuvieron cerca - ¿Cómo hiciste eso? –

-La verdad no lo sé, siempre me he llevado bien con los animales- respondió Rubius restándole importancia.

-Eso no le quita lo genial y valiente que fuiste- comento Luzu.

-Gracias, pero creo que deberíamos retirarnos a buscar un lugar donde pasar la noche- dijo Rubius para poder cambiar de tema y alejarse de los héroes; ya comenzaba a atardecer y deseaban estar a solas para recuperar el cofre y pensar que hacer.

-Por eso no se preocupen pueden quedarse con Merlon en la habitación donde despertaron o con alguno de nosotros- hablo Vegetta con amabilidad, pero en el fondo quiere que vallan con él, sobretodo quiere que Rubius se quede en su casa.

-No queremos molestar más de lo necesario- dijo Fargan ayudando a su amigo a pararse –además de que Rubius es un sonámbulo y come dormido, no queremos dejar al viejo sin comida-

Los héroes soltaron una pequeña risa ante el comentario, Rubius estaba a punto de devolverle el comentario de su amigo, pues no dejaría ser el único humillado, cuando un rayo cayó frente de él, dejando un cofre que decía "Rubius" en la tapa de este.

–Los Dioses- susurraron los guerreros con asombro, al oír eso el de ojos avellana se lanzó contra el cofre para abrirlo, en su interior se encontraban moras silvestres, algunas nueces, bastante salmón, una camiseta blanca y 2 nota. Rubius pego un chillido de emoción y sus ojos brillaban de alegría.

El Secreto de los Híbridos II Rubegetta II Willgan IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora