La debilidad del Alpha [Libro #2] ✔︎

Capítulo 54

Samantha

Tomó mi vestido y lo rompió sobre mi cuerpo algo desesperado. Subió sus manos hasta pechos quitando mi sostén y de una vez posicionó su boca encima de este, dejando un inmenso placer sobre mi.

— Nathan — Gemí

Respiré con dificultad cuando veo que se despoja de su toalla quedando desnudo frente a mi.

Se arrodilla en la cama y me coloca de manera que mis rodillas y mis manos quedan en el colchón mientras yo quedo expuesta ante él justo como en la bañera.

— Abre las piernas — Demandó.

Escondí mi rostro entre mis manos cuando sentí su lengua recorrer toda mi zona con destreza y lentitud haciendo que mi cuerpo vibrara logrando que me alejara de él al soltar un gemido necesitado de más .

Introdujo uno de sus dedos y luego otro para empezar a moverlos con habilidad mientras el tomaba uno de mis pechos. Me volvió a girar en la cama y abrió mis piernas aún con sus dedos dentro de mi llego hasta mi boca. Me besó profundamente hasta sentir su lengua jugar con la mía.

— Te amo ¿escuchaste? — Su voz ronca y conocida me daba a entender que el ya no tenía el control si no su lobo.

— ¿Tu? — Gemí cuando saco sus dedos de mi y ahora jugaba con su miembro en mis entrada.

Gimoteo desesperada y jadeante mientras el aún me mortifica intentando que lo pidiera. Lamió por entre mis pechos y bajo hacia mi intimidad nuevamente aprisionado mi punto entre su boca.

— No te corras — Pidió y gemí frustrada.

Se posicionó en mi entrada y al fin sentí esa sensación conocida y satisfactoria en mi. Me llené de placer y un aura de gemidos nos invadió. Sus embestidas eran fuertes tanto así que coloque una de mis manos en mi boca para tratar de bloquearlos.

Arqueada a su cuerpo me subió en el y se levantó de la cama. Me hizo envolver mis manos a su cuello y el tomo mis nalgas en sus manos para así moverme encima de su palpitante miembro.

— Nathan...

Me apegó a la pared parando sus embestidas y besandome desenfrenadamente al igual que mi cuello y mis pechos. Se giró y me abalanzó a la cama elevando uno de mis pies en esta y arqueando mi cuerpo. No dí más y repose mi cuerpo en la cama cuando sentí que los dos caímos en un limbo de placer y nos dejamos llevar por el satisfactorio momento.

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