Capítulo 51

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Samantha

— Lo siento, las corrientes de energía están desabilitadas por la lluvia, no puedo comunicarme — Me dice Alexia.

— No te preocupes, al menos lo intentaste.

— Mañana a primeras horas yo misma iré a guiarte a casa — Dice y asiento.

— ¿Cómo es que vives sola aquí sin tus papás?

— Mis padres murieron a causa de vampiros — Murmura ella.

— Lo siento por ser tan entrometida.

— No te preocupes, yo soy igual o peor — Rie leve.

— Entonces, por lo visto te gusta vivir sola. Eso ya me lo demostraste — Veo a mi alrededor.

— Si, con la muerte de mis padres Nala quería hacerse cargo de mi pero le pedí que me dejara vivir aquí. Se negó al principio pero luego cedió y puso mil conjuros alrededor de la cabaña para protegerme si algo pasa.

— Al parecer te quiere mucho — Asiente.

— ¿Y tus papás? Deben estar preocupados aparte del alpha Nathan — Dice.

— Pues a mamá la tuve hasta que cumplí cinco y mi padrastro murió hace unos meses — murmuro.

— Que historia la de nosotras — Suspira — Bueno, te puedes acomodar en mi cama. Yo tengo que practicar mis hechizos para mañana que tengo pruebas — Dice ella.

— Bien, buenas noches y gracias.

— Esta bien, Buenas noches.

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Unas cosquillas en mi rostro hacen que abra los ojos algo confundida. Alexia me miró divertida.

— Buen día bella durmiente.

— Buenos días — me siento en la cama restregando mis ojos.

Me doy el tiempo de ver a Alexia y está diferente de anoche. Ella llevaba el pelo por los hombros, ojos de distinto color y una diadema de flores en la cabeza. Un vestido azul aqua y unas flechas de punta plata en su espalda.

— Te ves diferente.

— Si, digamos que las ninfas cambiamos mucho el look — Rie leve — Debo llevarte a casa, según los árboles me contaron una manada de lobos ha estado buscando tu rastro toda la noche.

Al escuchar esto me asustó pero luego recuerdo que debería ser Nathan con sus hombres.

— Vale ¿Dónde puedo ducharme? — ella señala una puerta con algunas flores y me tiende una toalla.

— Dejaré una muda de ropa para ti, es más te la haré justo ahora — Dice emocionada.

Asiento algo confundida y me dirijo al cuarto de baño a ducharme. Al salir la encontré dejando un vestido encima de la cama.

— Uh, justo a tiempo — dice y rie — cuando te cambies vas a desayunar y luego nos vamos.

Ella desaparece por la puerta dejándola cerrada y veo el vestido, esta hecho de petalos de girasoles y algunos detalles en blanco, río por la imaginación de las ninfas. Me seco el cuerpo y me lo coloco observando que esta a mi medida. Me pongo las bailarinas en los pies y bajo a desayunar.

— Creo que lo de confeccionar se te da muy bien.

— Gracias. Me gusta mucho — Me tiende un plato con frutos secos y frutas — Ten.

Mientras comía ella trenzo mi cabello y dejó su diadema en mi cabeza.

— Creo que te ves mejor como ninfa que como mujer loba — reímos.

— Aún no he tenido mi transformación — Le cuento.

— Oh, pronto la tendrás

— ¿Cómo lo sabes? — Pregunto.

— Yo todo lo se.

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La debilidad del Alpha [Libro #2] ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora