Capítulo 6

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Mi amiga ha pasado todo el día de bajada, con el ánimo por el suelo, la pobre lo está pasando fatal con lo de Raúl. Hablamos hasta muy tarde, casi no dormimos, y llegué a la conclusión de que tiene que enfrentar a su padre, sino habla con él y le dice su punto de vista, como se siente, sus sentimientos, nunca podrá ser feliz, va a ser muy triste toda la vida. Espero haberla convencido después de tanta terapia nocturna, aunque su ánimo no mejoró nada en todo el día. Me siento triste por ella, pienso que, si me encontrara en su lugar, tampoco sabría cómo enfrentar a mi padre, pero tampoco me sentiría bien sino hiciera nada por mi felicidad.

Pasaron los turnos de clase como siempre, sin prestarles mucha atención, pensando en todo lo que hablamos, las cosas que nos tienen con la cabeza dando vueltas, a ella sus sentimientos por mi hermano, a mí, Dimitri. Siempre viene a mis pensamientos sin yo invitarlo a pasar, me invade la ansiedad, me pone nerviosa, solo pensarlo me altera, no lo logro controlar, trato de sacarlo de mi cabeza, pero se aferra con uñas y dientes, siento su embriagador olor a cítricos, y un escalofrío me recorre y me aprieta el estómago, << ¿qué demonios sucede conmigo?>>.

Empiezo a hacer garabatos en la libreta, siempre lo hago para vaciar mi mente, formas sin sentido van poco a poco, rayas, círculos, nada en concreto. Zuce me da en el codo para que preste atención, gruño por el codazo que me dio, me señala con su mirada para el frente de la clase y mi corazón se congela, siento que los colores abandonan mi rostro, me quedo así no se por cuánto tiempo, hasta que siento nuevamente otro codazo, la miro con mi cara de espanto. 

- ¿Qué clase de broma es esta? - pregunto casi sin voz.

- Es nuestro alumno ayudante, el que dijo la maestra que daría clases cuando ella no pudiese, por lo visto hoy no iba a venir y como el turno anterior salimos antes de clases no conocíamos la noticia. ¿Te encuentras bien?

- Me ha tomado por sorpresa, ¿entre tantas personas que hay en la escuela, tiene que ser él quien sea su ayudante?, no me hace mucha gracia la verdad, así que, respondiendo a tu pregunta, no me siento nada bien, pero ni modo, solo voy a contar los segundos para que termine pronto el turno.

Me mira con cara de entender y no me pregunta más nada. Yo sigo con la respiración entrecortada, mis pensamientos hacen una revuelta y mi corazón una fiesta sin permiso. Dimitri, podría ser cualquiera, pero no, tenía que ser el, no entiendo cuál es el jueguito que me tiene montada la vida. Lo observo, el chico que se sienta delante de mi tapa su vista, así que aún no me ha visto, lo escudriño sin recato alguno, el uniforme le queda espectacular con su cuerpo atlético, el color contrasta con su piel de maravilla, veo como las pocas chicas del aula se quedan embobadas mirándolo, no las culpo, yo estoy igual de hipnotizada al llegar hasta ese lunar que tiene en su rostro, ahí detengo mi mirada, para perderme entre sus labios y sus ojos. Es como una droga, mientras más lo observo, más deseo mirarlo. <<por el amor de dios estoy siendo manipulada por mis hormonas, que traición, que forma tan tonta de caer en su juego, Irina, detente, saca a ese chico de tu cabeza antes de que sea muy tarde>>, me recrimino y me regaño a ver si logro algo, pero no, cuando vuelvo a mirarlo, sigo igual. Termina de acomodar sus cosas en la mesa para comenzar la clase.

- Hola chicos, soy Dimitri, seré su maestro sustituto cuando sea necesario, estoy al tanto de sus clases así que continuaremos por donde lo dejaron. ¿Quién desea empezar el debate, que fue lo que más les gusto de esta parte de la lectura?

Un silencio sepulcral invade el aula, todos se miran, algunos me miran, nadie responde nada, yo sé por qué, trato de esconderme un poco más, no quiero que me vea, pero el silencio y las miradas me delatan, siempre soy la que debate sobre el libro, parece que soy la única a la que le gusta este, Kevin me mira y me hace gestos para que responda, pero sigo paralizada, cuando miro al frente, no lo veo, me asusta poniéndose por el lado de Zuce, me mira y yo lo miro, tiene una sonrisa de victoria en su rostro y yo cara de sorpresa con susto, si me sigue mirando así me va a dar un patatús.

IrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora