Capítulo 10

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Han pasado ya tres meses y aún recuerdo con detalle nuestro primer encuentro en la cascada. Desde ese día se ha convertido en nuestro pequeño mundo rosa, empezamos a coincidir por accidente, <<que no era tan accidental, porque se dedicaba a vigilar cuando yo me escapaba para luego, seguirme sigilosamente>>, pero rápidamente empezaron los encuentros planeados. Cada día necesitaba más de su presencia, de sus abrazos, de sus besos, de sus caricias, de su olor, de sus ojos, de su sonrisa, de su sentido del humor, << ¡creo que podría seguir todo el día nombrando todo lo que he empezado a querer de Dimitri!>>. A pesar de mi felicidad me atormenta no poder compartir cómo me siento con mi hermano y Zuce, y soy consciente de que me va a caer una bronca bien grande cuando él se entere, pero cuando decidí hacer caso a mis sentimientos sabía que era una de las consecuencias que tendría que enfrentar. Gracias a que a veces soy bastante antisocial no han notado, ni les ha extrañado mis momentos de supuesta soledad para verme con Dimitri y con él no he tenido problema para mantenerlo en secreto, ha sido discreto con nuestra relación.

Cuando estamos solos nos reímos al recordar los momentos que compartimos en público. Las miradas y las acotaciones que siempre hace cuando tiene que dar la clase de literatura, nadie nota sus comentarios con doble sentido, mientras mi cara se convierte en un poema por sus observaciones. Cuando tengo oportunidad siempre lo reprendo por los momentos incomodos que me hace pasar. Pero tiene el don de sacar lo peor de mi carácter para transformarlo en risas y alegría a base de besos y cosquillas. Al estar a solas noto que es otra persona, un ser que no tiene nada que ver con lo primero que supe de él, me gustaría pensar que desde que me conoce desea ser una mejor versión, al menos no he tenido conocimiento de que él y sus amigos hagan más juegos macabros, he sacado el tema una sola vez en todo este tiempo y me dijo mirándome a los ojos que ya no hacia eso, ni lo iba a volver a hacer. Al principio me mostré un poco escéptica, pero al pasar los días noté un cambio en él. <<Solo espero que no me defraude>>.

Por otra parte, mi hermano y Zuce se dieron una oportunidad. Luego de mucho esfuerzo logré convencerla para ir a ver a la psicóloga de la escuela, quien le ha dado muchos consejos para arreglar la situación con su padre y su temperamento. Al lograr calmar su miedo y ansiedad, le proporcionó un turno para ella y su papá. Entre lágrimas, voz subida de tono y varias protestas, aceptó y reconoció el daño que le estaba provocando. Ahí salió a la luz el tema de mi hermano, y aunque al principio su reacción fue explosiva, la doctora logró amansar su genio en unos cuantos turnos. Gracias a esto ahora están como dos pajaritos enamorados, desbordando amor por donde quiera que pasan, es muy tierno verlos así, tan cariñosos y felices. Y yo, aún más feliz por ellos, los dos se merecen esa alegría, y así no notan mis ausencias para ir a verme con Dimitri, << ¡Es perfecto!>>.

Ya comenzaron los juegos escolares y todos están muy agitados. Compiten varias escuelas en diferentes categorías, el fuerte de nuestra escuela es el vóley. Mi hermano ha practicado con su equipo todo este tiempo. Zuce, Kevin, Josué y yo observamos los juegos desde las gradas, a duras penas podemos sentarnos, están tan llenas que hasta las escaleras están ocupadas. Anotan tantos para acá y tantos para allá, pero nuestro equipo de vóley es muy bueno y logran sacar una gran ventaja. Para cuando terminan ganan con tanta diferencia que da pena por el otro equipo. Todos salimos a la cancha a celebrar con el equipo mientras Raúl es lanzado por los chicos al aire una y otra vez. Vitoreamos la primera victoria mientras mi hermano logra llegar a Zuce, la toma entre sus brazos, la alza y finalmente le da un gran beso, es tan sorprendente, que arranca una gran exclamación al unísono de quienes los rodeamos, me siento como en una película romántica juvenil y mi hermano y Zuce son los protagonistas.

Si la racha sigue así podrían llevarse la copa otro año más. Por desgracia no puedo decir lo mismo de los chicos del fútbol, nuestro equipo perdió por un punto y están muy deprimidos, entre ellos Dimitri. Estaba muy emocionado con este juego, pero al menos les quedan aún otras oportunidades.

IrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora