Todavía veo las mariposas

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eli1977leo aquí está al fin tu dedicatoria. Así sea tarde te deseo un feliz cumpleaños. Dios te bendiga hoy y siempre 🙏🏼

marianar_castro también este capítulo va para ti. Gracias inmensas por leerme.

Chicas y chicos que me leen y con paciencia me esperan siempre, les aviso que de ahora en adelante las actualizaciones serán martes o miércoles, jugaré con esos dos días. Lo notifico para que no se desesperen si no ven que actualizo los martes :-)

Pd. Espero que no me salgan con que el capítulo es corto porque si lo hacen, los haré sufrir mucho en el futuro :-) 

Nos leemos la próxima semana, besos y abrazos *-*

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[Capítulo 14]

{Rahsia}

El tiempo se detuvo en cuanto esas palabras salieron de mi boca, por supuesto que así como yo no esperé esa respuesta por su parte, Daemon tampoco esperó la mía. Pero dije lo que dije porque lo quería, lo necesitaba. A la mierda con los límites, me los impuse durante veinticuatro años y sentía que dejaría de vivir las experiencias que más deseaba por culpa de prejuicios o lo que sea que yo misma me implanté.

—¿Estás segura? —preguntó él.

Según Daemon sus intenciones eran darme espacio, pero esa mano que corría de mi mandíbula hacia mis pechos y se detuvo en la cinturilla de mi falda, dictaba todo lo contrario.

Porque ya viste cómo me he puesto solo con unos besos que te he dado o con haber lamido y devorado tu coño.

—¡Daemon! —dije cohibida cuando habló así.

¡Mierda! Creo que no debí haberme peinado con esas coletas de niña inocente porque con mi falta de experiencia todo se sentía y me hacía ver peor. E intenté dejar de verlo, pero de nuevo me cogió la barbilla y sostuvo mi cabeza hacia el lado de donde él me miraba.

—¿Daemon, qué? —exigió. Me mordí el labio y sentí que me puse más roja que mi top— Nena, me acabas de pedir que te folle y te sonrojas con mis palabras —Dejó mi barbilla y con una sola mano me sostuvo las mejillas hasta acercarme a él.

No me besó como antes, esa vez solo se ocupó de ser él quien mordía mi labio.

—Te he comido el coño anoche y solo recordarlo me hace ponerme enfermo de deseo y posesividad —repitió y el corazón me amenazó con salirse por mi garganta.

Me hizo girar para quedar frente a él y mis ojos se desorbitaron cuando me cogió la mano y la llevó hasta su paquete. Su mirada estaba oscurecida y nada tenía que ver con uno de sus episodios, sino más bien con la intensidad de lo que estábamos viviendo.

Resiliencia (Orgullo Blanco #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora