Jaque Mate (Penúltimo cap)

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Al fin pude subirlo, no saben cómo batallé con este capítulo.

Espero lo disfruten, pues como leen arriba, llegamos al penúltimo capítulo y luego el epílogo que espero subir en esta semana.

Los amo y gracias por el apoyo mis Tinieblas y Tinieblos bellos :-)


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[Capítulo 30]

{Rahsia}

Luché con todas mis fuerzas para soltarme de aquellos dos imbéciles que cada vez me magullaban más los brazos, grité malas palabras que jamás fueron propias de mí, pero que nunca en la vida me sentí más orgullosa de mascullar como en ese instante. De nada me sirvió. No cedieron y si me contuve de lanzar amenazas fue solo porque no quería empeorar las cosas; necesitaba quedarme en ese edificio, puesto que en casa de David Black sería más difícil escapar.

—Deberías dejarla aquí —Escuché a Inoha decir cuando llegaron cerca de donde me llevaban.

Por primera y única vez estaría de acuerdo con ella.

—¿Quieres que presencie lo que harás? —preguntó David con diversión y me tensé.

Rogaba porque no lograran su objetivo, porque Demian encontrara una manera de proteger a Daemon, pero tampoco quería hacerme falsas esperanzas porque ya no estaba segura de si ese idiota seguía en el juego o si por el contrario, decidió vengar a su madre.

—Me gustaría, pero también estoy pensando que en casa tiene la posibilidad de convencer a la abuela para que la libere y ella al estar ocupada con los preparativos del funeral de Charlotte, se descuidará con facilidad.

¡Oh, maldita! No era tan estúpida después de todo. La abuela Bianka me quería, eso no lo dudaba y era una víctima más en ese mundo, o al menos eso quería creer.

—Te concedo eso, querida —alabó mi abuelo y rodé los ojos.

—¡Auch! —me quejé cuando uno de esos tipos me haló con fuerza.

—Déjala, Max —ordenó David al tipo más imbécil que me cogía sin delicadeza—. Sé que mis nietas son inteligentes y Danik en especial sabe lo que le conviene. Solo llévala a la habitación y cuiden de que no se meta donde no debe.

Ni siquiera volví a verlo, me repugnaba y ya no podía ocultarlo.

—Después de que acabemos aquí, nos iremos hacia Richmond, cariño —me recordó y caminó hacia mí.

Me cogió la barbilla y sonrió fingiendo amor de abuelo, lo miré seria y no me aparté. No lo haría, no le demostraría que temía y tampoco me mostraría vencida porque no lo estaba. Ellos habían hecho una movida en esa partida que me inhabilitó de momento, lograron derribar a los caballos de guerra y desestabilizar a uno de los alfiles, así como se deshicieron de un peón e iban en busca del otro. Pero, el ajedrez era así y por un movimiento bueno no íbamos a perder el juego, me negaba a eso.

Resiliencia (Orgullo Blanco #4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora