Capítulo 8.

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Shawn se quedó sin palabras, vio hacia el vacío con los ojos muy abiertos y la boca también. Parecía tan pensativo, yo seguía con las lágrimas cayendo en mis mejillas, y en los ojos de Shawn amenazaban en salir.
-Yo...- me quedé callada, aguardé unos segundos- No quería...
-¿No querías qué?- dijo, con un tono suave.
-No quiero detenerte ¿sí? No espero que estés atado a mí. Te amo demasiado, y sería capaz de dejarte ir si esto complica tus planes para toda la vida, lo siento- dije, con el llanto acompañando cada palabra, la garganta me ardía y no pude verlo a los ojos.
Él me tomó de la barbilla e hizo que alzara la mirada.
-No Mía, ahora mis planes para toda la vida, están aquí- dijo señalando mi abdomen y tocándolo un momento- haremos esto juntos, y no te dejaré sola en ningún momento.
Me dio un fuerte abrazo, de esos que pueden durar horas y te hacen más fuerte. Al estar con él ahí, me sentía tan agradecida. Fue donde lo comprendí, las cosas no ocurren porque sí, Dios hace todo por algo.
-¿La doctora te lo dijo?- preguntó.
-En parte sí...- empecé a decir- al parecer podría ser anemia, o embarazo. Después de los estudios creí que era imposible la opción del embarazo, pero le seguí dando vueltas al asunto. No pude aguantar y fui a la farmacia a comprar una prueba de embarazo, entré a un baño y la revise hasta llegar aquí. En cuanto la vi te llamé.
-¿Y crees que los estudios lo confirmen? ¿Cuántos eran?
-Eran dos... Tal vez uno era para determinar si estaba embarazada- dije, intentando recordar el nombre de alguno.
-Mañana los recogemos y vamos al médico.
-Sí- contesté.
-Y después de eso, podríamos hablarlo, ya sabes... Al estar 100% seguros- me dijo, acariciando mi cabello.
Las pruebas no solían ser del todo seguras, entonces decidimos esperar antes de hacer planes.
-Claro.
Estuvimos un rato admirando las estrellas, de repente me puse a pensar que hice mucho alboroto, tal vez no estaba esperando un bebé, seguro son las hormonas pre-menstruales que hicieron todo este relajo. Intenté tranquilizarme y pudimos hablar de otras cosas con Shawn, aunque aveces nos perdíamos en la conversación.

Shawn me recogió, les dije a mis papás que saldría con él. Guardamos silencio en todo el camino, inclusive cuando estaban canciones que nos gustaban en la radio. Llegamos a los estudios, en la recepción di mi nombre y me dieron una bolsa con papeles. Después de eso pagué con el dinero que me acababan de dar mis papás para que comprara "algo bonito".
-Ahora vamos con la doctora- le dije saliendo del laboratorio y volviendo hacia el carro que, por suerte, toco estacionar justo enfrente de la puerta.
Shawn me abrió la puerta y tras entrar la cerró. Se veía un poco tenso pero no enojado, y en este momento estuvo algo torpe, se le cayo el celular unas 10 veces.
-Siguiente parada, el consultorio- dijo, sobresaltándome con un tono alegre, pero en cuanto terminó la oración se apagó su voz.
Ésta vez si estábamos cantando las canciones del radio, pero con un tono bajito y calmado, aunque la canción fuera ruidosa y movida.
Entramos a la sala de espera y había unas cuantas personas, así que ya no había asientos. En seguida alcance a divisar a las personas en familia, entonces por lo que parecía, faltaban 3 consultas y seguíamos nosotros.
-¿Entraré contigo?- preguntó Shawn en tono bajo.
-No lo sé, ¿tú que dices?
-Digo que, en caso de que la prueba haya sido positiva, deberíamos de saberlo juntos- respondió en mi oído.
Al escuchar esas palabras, me sentí tonta y egoísta, tenía razón, no podría esperar a hacerlo todo yo, sea positivo o negativo el resultado.
Al cabo de unos minutos, pasó una señora con un niño de 6 años, al parecer su nieto. Lo que nos dejo a Shawn y a mí con asiento. A mi me tocó junto a una señora con un bebé en brazos y al lado, una niña pequeña que tenía la nariz roja y los ojos hinchados. Al lado de Shawn estaban dos señores ya grandes. La señora de al lado movió a su bebé y se quedó viéndome, me sonreía y hacia ruiditos de bebé. Al principio intenté ignorarlo y voltee hacia Shawn, pero no tarde mucho en volver a voltear. Le sonreí de vuelta y lo saludé, agarrándole una manita con dos dedos moviéndola. Su mamá me sonrió y vio a su hijo, él estaba agitando las manos y los pies riendo.
-Se llama Matías- me dijo- tiene 10 meses.
-Es muy risueño- le contesté.
-¿Quieres cargarlo?- preguntó cuando Matias estiraba sus pequeños bracitos hacia mi.
-Eh... Si.
Ella me pasó al niño y me dijo como cargarlo, él sonreía. Después Shawn se percató de lo que estaba pasando, se acercó al bebé y lo saludo igual que yo. Salió la señora del consultorio, y se levantó la de al lado.
-Oh, me tengo que ir- nos dice tomando a Matias de los brazos- un gusto.
-Gracias, igual- respondimos.
Después Matias agitó un poco la mano.

La sala de espera quedó vacía, nos quedamos solos ahí, esperando a que salieran las personas mayores. Así, después de unos minutos, entramos.
-Hola Mia, ¿ya traes los resultados?- saludo al entrar.
-Sí, aquí están- respondí alzando la bolsita donde venían.
-¿Quién te acompaña hoy?- preguntó viendo a Shawn.
-Ah, él es mi novio- dije sentándome.
Shawn estiro la mano hacia la doctora Juerguens.
-Mucho gusto.
Le entregué a la doctora la bolsa y estuvo revisando los papeles, le daba vuelta a las hojas una y otra vez para comprobar que si fuera correcto. Después de un momento dirigió su mirada hacia nosotros.
-¿Cuantos años tienen?- preguntó.
-Yo 16 y él 17.
-¿Y cuándo es su cumpleaños?
-Bueno el mío es en julio, el 8-respondí.
-El mío es el 8 de agosto- dijo Shawn.
-Mia, el resultado no es anemia- pausó, tomó un poco de aire y prosiguió:- estás embarazada.
Shawn apretó mi mano, yo suspire. Ahora estaba confirmado.
-¿Y cómo es que tuve tan rápido los síntomas?- pregunte confusa, apenas habían pasado 2 o 3 semanas.
-Eres pequeña, tu cuerpo es frágil, cualquier alteración te llega fácilmente. Tienes que nutrirte mejor, evitar cosas pesadas o sorpresas fuertes Mia, ahora tienes que encargarte de otra vida más.
-Y... ¿No hay otras opciones?- pregunte, nerviosa.
-El aborto es ilegal en nuestra región, además es muy caro y peligroso. La única opción viable que hay, si no quieres quedarte con el bebé es la adopción- comentó la doctora.
No sabia si lo correcto era darlo en adopción, tendría que pensarlo muy bien junto a Shawn y nuestros padres.
-Hay un grupo de apoyo, podrían ir juntos. Es para adolescentes embarazadas- dijo mirándonos a ambos y después vio a Shawn-, en muy pocos casos el papá de los bebés las acompañan, pero seria muy reconfortante que lo hicieras. Tanto para Mia como para las demás chicas, que ellas puedan saber que hay chicos que se pueden hacer cargo. Porque supongo que tu lo harás ¿no?
Shawn en seguida asintió con la cabeza.
La doctora nos dio un folleto del grupo, y otro sobre el embarazo en chicas de mi edad. Nos recomendó ir antes de decirles a nuestros padres.
-Bueno chicos, mucha suerte. Por cierto, deberían de ir teniendo un médico de cabecera que se encuentre ahí durante todo el embarazo y después. Es mejor que sea el mismo para que tenga todo su historial médico, los bebés son muy delicados- nos dijo, entregándonos unas cuantas tarjetitas de médicos, incluida la de ella.
-Gracias- dije al salir.
-Hasta luego- se despidió Shawn.
-¿Entonces si iremos a desayunar?- preguntó Shawn al subir al auto.
-Sí, ¿kings?
-Por supuesto.
De nuevo el camino fue denso y lento, las canciones se repetían una y otra vez y cada vez nuestra voz de apagaba más hasta que nos quedamos callados.
-Mesa para dos- dijo Shawn a la señorita de la entrada, no había casi gente y por suerte nos toco separados de todos aquellos que estaban ahí.
-Oh Dios mío- dije al sentarme- Shawn...
Me empecé a marear y corrí hacia el baño, Shawn corrió detrás de mi.
-Espera aquí- le dije apresuradamente antes de entrar.
Abrí la puerta del primer retrete que encontré y vomité en seguida. Lagrimas cayeron de mis ojos y sentía un dolor en la parte baja de la espalda. Después de eso me asegure de que mi ropa no estuviera manchada y enjuague mi boca durante un buen rato. Después de hacer desaparecer mas el olor, tome una menta de mi bolsa y salí. Shawn seguía fuera del baño.
-Lo siento, tenía que...
-¿Estás bien?- preguntó Shawn interrumpiéndome.
-Sí, ya se me paso- contesté sonriéndole un poco pero la preocupación invadía mi cuerpo entero.
Fuimos a sentarnos, vimos el menú una y otra vez y pedimos lo mismo de siempre: waffles y crepas. Mezclábamos la mitad de nuestros platillos y así teníamos de los dos, lo hacemos desde la primera vez que venimos ya que ambos estábamos indecisos si crepas o waffles. Aunque yo prefiriera los waffles, me encantaba esa combinación. Llego una señorita y pedimos la orden, después nos ofreció café.
-No gracias- conteste.
-Yo si, capuchino por favor- pidió Shawn.
-¿Entonces?- dije cuando la camarera se fue.
-Creo que, primero que nada deberíamos ir al grupo.
Vimos el folleto: Martes y jueves en un centro médico cercano a nuestras casa.
-Perfecto, entonces iremos mañana- dije al cerrarlo.
-¿Quieres dar al bebé en adopción?- preguntó Shawn pensativo.
-No lo sé Shawn, sabes que hay muchos matrimonios que no pueden tener hijos y desean mucho uno. Nosotros estamos en preparatoria, ¿crees que podamos hacer todo esto? No sé si pueda con todo este peso- contesté, tan preocupada como expresaba la cara de Shawn.
-Yo tampoco lo sé, creo que esto depende de lo que nos digan nuestros padres. Si nos pueden ayudar mientras terminamos nuestros estudios, creo que seria perfecto. Pero si nos sacan de la casa...
Nos quedamos callados. Decidimos esperar al grupo para saber como decírselos a nuestros padres y qué hacer en cada caso. Por lo tanto, intentamos distraernos hablando de películas, series y chismes de la escuela.

Sixteen and pregnant. Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora