Capítulo 19: Reina de corazones

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Con el sol pegándole directo en el rostro, Alma tarareaba una alegre canción al tender la ropa recién lavada

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Con el sol pegándole directo en el rostro, Alma tarareaba una alegre canción al tender la ropa recién lavada. Tenía los audífonos puestos, y vestía un pijama. Estaba bien, era temprano. Eso no le preocupaba a Yaco, quien la veía improvisar pasos en tanto esperaba a que le diera algo de atención. Debía entregarle el informe de todo lo hablado en la junta presidencial, y de cómo sería la organización de ahora en más.

—¡Lo siento! —Alma rió al ver la expresión seria de Yaco—. ¡Amo esta canción, hubiese sido un crimen pausarla!

La chica terminó su tarea y se dejó caer en la hierba fresca, apartando sus audífonos.

—Alma, ¿estás bien? —inquirió Yaco, la preocupación lo invadía.

La alegría eufórica en una situación límite era peor que las quejas y el llanto. Yaco lo comparaba al mar retrocediendo, despejando la playa, para regresar en forma de tsunami y destruir la costa. Quería estar equivocado. Rara vez veía a Alma sonreír, bailar o cantar, y las veces que lo hacía era en estado de ebriedad; aunque esta vez no tenía olor a alcohol ni a marihuana.

—¡Estoy bien, es un día hermoso! —Ella se acomodó de costado, cubriendo su cabeza del sol con la mano, los rayos le destrozaban sus enormes pupilas—. Dime, ¿cuáles son las novedades? Soy toda oídos.

Él no estaba seguro de ello, aun así habló.

—Pudimos conformar un equipo de emergencia, ya están trabajando —explicó y tomó una bocanada de aire—, toda la DII, los Altos Mandos y un treinta por ciento de las presidencias están involucrados en la guerra contra la Orden. La guerra se está dando en las IPC, principalmente en las que funcionan de prisiones. A lo mejor quieren liberar a nuestros reclusos para ponerlos de su lado. Por el momento estamos armando un equipo de defensiva, otro de ofensiva y aclimatando los hospitales para una catástrofe.

Alma se distrajo con las nubes, un avión pasaba por encima de su cabeza. La idea que el mismo le lanzara una bomba no se detenía.

—¿Qué es IPC? —preguntó, todavía tarareando la misma canción.

—Islas privadas de los centinelas —explicó Yaco—, no figuran en los mapas satelitales, son de difícil acceso. Algunas están habitadas por subsociedades, como la isla habitada por anómalos; otras funcionan como bases de la DII, o como prisiones, como sedes especializadas, como centros de recreación... Todo lo que deba ser escondido del mundo.

—¿Por qué un centro de recreación debería ser escondido? —Alma carcajeó fuerte, a sabiendas que la respuesta podría hacerla vomitar.

Yaco suspiró sintiendo compasión, de inmediato cambió el tema.

—Todos están trabajando, la División Alfa ya ha hecho suficiente por esta Sociedad —dijo, viéndola prender un cigarro, pero de los que fumaba Luca—, ahora debo irme, todavía tengo que comprarle un regalo a Mao. ¿Vas a venir a su cumpleaños, verdad?

Sociedad Centinela parte II GRISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora