Capítulo 7.

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−Aquí están sus libros muchachos− alejé mi mirada de Mark para ver a la mujer acercarse con dos libros en sus manos− acompáñenme para hacerles el recibo.

Ambos seguimos a la mujer al escritorio en donde estaba antes, nos cobró lo debido por cada libro y salimos de la biblioteca no sin antes despedirnos de la amable mujer. Abrí los seguros del auto y guardé mi libro en el maletero esperando que Mark hiciera lo mismo.

−Puedo llevarlo adelante conmigo− habló.

−Bueno −cerré la puerta y me quedé junto al auto− ¿Qué te gustaría hacer ahora?− miré a Mark esperando una respuesta.

−¿Haremos algo más? Creí que solo veníamos por los libros− habló con cara de confusión.

−Bueno pensé que podíamos hacer algo más, ya que estábamos aquí.

−Si... bueno no lo sé... no conozco muy bien aún.

−¿No has visitado Seúl aun?

−Solo conozco la biblioteca, y alguno que otro parque.

−Espera, me dices que... ¿no has recorrido las calles de Seúl?− el chico negó con la mirada en el piso− Entonces ya sé qué haremos, sube−

Ambos subimos al auto y comencé con mi recorrido, primero le mostré la Puerta de Namdaemun, uno de los sitios más famosos de todo corea. Podía ver la emoción de Mark, al parecer había ido hace muchos años, pero al ser tan pequeño no había podido disfrutar tanto la belleza del lugar. Tomamos fotografías y compramos recuerdos. Luego lo lleve para pasear por el mercado más famoso de la ciudad en donde compramos algunas cosas que nos parecían lindas o útiles. Ambos íbamos de regreso al auto con bolsas llenas de las cosas que adquirimos en lo que iba de tarde.

−Esto me encantó− En sus manos había un lindo marca páginas con la imagen de la puerta de Namdaemun, era de color dorado con pequeñas incrustaciones de brillos rojos, las orillas del recuerdo estaban bordadas a mano y desde el borde superior le salía una pequeña cola de hilos de colores.

−Es bonito, pero mi llavero es mejor− puse mi mano con el objeto frente a sus ojos −Gracias por elegirlo, no habría podido decidir entre este y el del árbol.

−No hay de que, este es mucho más bonito que el del árbol.

−Ahora iremos a mi lugar favorito −le hablé luego de unos segundos en silencio.

−¿Cuál es?

−Sorpresa, pero primero vamos por un helado ¿o prefieres un café?− el castaño lo pensó unos segundos para luego asentir con la cabeza seguro.

−Helado.

−Bien− le tomé el brazo y lo arrastré.

−Pero tú auto...

−No te preocupes vendremos por el después, aún tenemos un rato para compartir.

−Haechan −miré al chico− ¿Puedo guardar mis cosas en el auto?− me reí por la ternura en sus palabras.

−Dame eso− tomé las bolsas y las guardé junto a mis cosas, para cerrar bien y comenzar a caminar.

−¿Dónde vamos?− Mark caminaba a mi lado con la mano en sus bolsillos.

−Que impaciente eres− nos reímos juntos− ya te dije, vamos a la heladería.

−Pero después, tu lugar favorito.

−Tu impaciencia Mark.

−Lo siento, soy impaciente− volvimos a reír.

−Créeme que lo noté, entonces apresurémonos.

¿Algo más cliché que una apuesta? (MarkHyuck) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora