—Yo puse el cielo en tus manos. ¿Él que te dio?
—Me elevó hasta el cielo mientras ardíamos en el infierno.
A🌙APresente.
—Te extrañé demasiado. —Apenas llego a mi departamento, Moni salta sobre mí y me abraza. Río devolviéndole el abrazo. Dejo mi pequeña maleta junto a la puerta y acepto el tazón de palomitas que me ofrece.
—¿Maratón de Mentes Criminales? —pregunto viendo la serie pausada en el TV. Moni regresa de la cocina con una lata de cerveza. Alzo una ceja.
—No digas nada, me encanta —se defiende. Me extiende la lata de cerveza, la acepto aún desconfiada.
—Me voy dos días y ya hay cerveza en casa, genial. —Bebo un trago largo mientras me siento a su lado en el sofá.
—Hay que estar preparados para hacer un maratón —resuelve. Río. Moni da play al programa y después de dos capítulos enteros ya tengo sueño.
No dormí nada durante el viaje, Gideón no dejo de verme mal por haber preferido viajar con Natasha y no con él. Díganme masoquista, pero creo que juzgué mal a Natasha. No parece ser mala persona, tal parece que es que aún le gusta Gideón y ciertamente, no puedo culparla por eso.
—No estás viendo nada —se queja Moni. Parpadeo para enfocarla bien.
—Lo siento, estoy muy cansada del viaje —confieso. Moni me sonríe.
—Vale, ve a dormir. Ya me contarás luego que tanta acción tuviste con tu galán. —Hago una mueca.
—No hubo acción —aclaro y me levanto antes de que empiece con sus preguntas. Aún es temprano y tengo el día de mañana libre, debería ir a visitar a mi padre y aprovechar para ponerlo al tanto. Con eso en mente entro en mi habitación, busco una ropa cómoda y sigo derecho hasta el baño. Muerdo mi labio al ver que aún está la silla que utilizamos ayer Gideón y yo. Suspiro. La saco de la ducha y me baño rápidamente. Desearía poder tardar más tiempo, pero no quiero que se acabe la hora de visita y deba volver a posponerlo.
Me coloco un deportivo suelto, una blusa corta y unos tenis. Lista, el cabello lo amarro en un coleta alta y tomo mi cartera con mi portátil. Ya después de visitar a mi padre, veré si me siento a escribir algo en cualquier plaza. Salgo de mi habitación cerrando todo y apagando las luces.
—¿No ibas a dormir? —se queja Moni al verme. Aún está frente al TV.
—Iré a ver a mi padre —contesto abriendo la puerta. Moni sonríe.
—Algún día iré a verlo. Suerte. —Asiento y salgo. Saludo al portero y detengo el primer taxi. Le doy la dirección y el auto avanza. Después de unos minutos el coche se detiene frente al hospital. Suspiro. Le cancelo lo he dicta el taxímetro y bajo del auto. Ya en recepción doy mi nombre y el de mi padre, la mujer sonríe de oreja a oreja mientras teclea.
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Pasiones Infieles. (COMPLETA)
RomanceSi tan solo hubiera cerrado mis ojos, cubierto mis oídos, estoy segura que todo hubiera sido igual. Porque no fue culpa de mis sentidos, no, la culpa la tuve al querer sentir más. Incluso ahora que todo ardió, puedo seguir sintiendo la brasa calient...