Ni tú eres para tanto ni yo para tan poco.
~Lo leí por ahí.FlashBack.
Diciembre 18 de 2017
—¿No dirás nada? —le pregunto a Gideón con cierto nerviosismo. Él me sonríe y se acerca más a mí.
—No me importa qué hiciste para estar aquí, me importa que estés aquí. Así que no, no diré nada respecto a eso, solo quiero saber si te quedarás toda la noche. —Asiento sin dudar. La sonrisa de Gideón se agranda—. Hagamos que valga la pena, entonces. —Palabras normales, pero que ocasionan un diluvio en mi entrepierna nada normal.
Toma mi barbilla levantando mi rostro, deja un casto beso en mis labios y quita la botella de vino de mi mano. Lo sigo hasta la cocina donde deja la botella en la barra americana, busca unas copas y destapa la botella con gracia y elegancia. Abro la caja de pizza y saco otro trozo, ya solo quedan cinco.
—Alguien empezó antes —murmura Gideón viendo el interior de la caja. Sonrío. No sé porqué estoy tan tímida. Creo que se debe a lo que cargo puesto. Aún no sé si a Gideón le guste. Suspiro—. ¿Qué sucede, Caramelo, no estás segura? —Niego con la cabeza.
—No es eso —aclaro. Gideón asiente y me entrega una copa. Le agradezco.
—¿Qué es, entonces? —insiste. Muerde un trozo de su pizza y yo me pierdo en el movimiento. Cierro los ojos.
—Desnudame —pido aún con los ojos cerrados.
—Abre los ojos y pídelo de nuevo —exige. Abro los ojos enfocándolos en los suyos.
—Desnudame —repito. Gideón sonríe de lado y acorta la distancia que nos separaba. Empieza quitando el abrigo, abro los brazos para facilitarle el trabajo. Deja que el abrigo caiga al suelo al mismo tiempo que se saborea los labios.
—¿Tiene cierre? —pregunta refiriéndose al vestido. Niego. Levanto los brazos por encima de mi cabeza y Gideón saca mi vestido dejándome el Babydoll. Lo escucho tomar aire. Alzo la cara de a poco y me encuentro con sus ojos encendidos recorriendo mi cuerpo—. Perfecta —susurra antes de besarme con fiereza. Le correspondo el beso como puedo.
Me obliga a enrollar mis piernas a sus costados y me presiona contra la pared. Jadeo cuando clava sus manos en mis nalgas.
Deja mi boca un segundo para tomar su copa y beber un trago largo, me besa pasándome vino de su boca a la mía. Jadeo extasiada. Su fuerza me tiene tonta. Me deja de nuevo en el piso y me da vuelta dejando mis senos contra la pared y mis nalgas a su disposición. Desabrocha el seguro de la parte de arriba del babydoll, reparte besos por todo el largo de mi espalda y va vertiendo vino a lo largo de esta y chupando al mismo tiempo. No puedo describirles lo rico que eso se siente. Solo soy una gelatina jadeante.
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Pasiones Infieles. (COMPLETA)
RomansaSi tan solo hubiera cerrado mis ojos, cubierto mis oídos, estoy segura que todo hubiera sido igual. Porque no fue culpa de mis sentidos, no, la culpa la tuve al querer sentir más. Incluso ahora que todo ardió, puedo seguir sintiendo la brasa calient...