Capítulo 9

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Las gotas de la fría lluvia pegaban contra su rostro. Miraba hacia la lejanía del gran cielo oscuro que no le daba tregua a sus ojos para contemplarlo en su esplendor. Las luces inconexas que resaltaban como puntos blancos en todo lo ancho lo tenían hipnotizado.

—Siempre miras hacia el cielo todas las noches, ¿en qué piensas?—preguntó su ahora compañero.

Él no contestó, no debía, no quería. Se sentía seguro viendo aquél cielo, sin que sus pensamientos salieran de su boca.

—Ahora me estas ignorando—volvió a hablar entre risas su compañero— comienzo a pensar que es en una mujer—aumentó su burla—. Cómo sea, no te quedes en la lluvia mucho tiempo o empeorarás y te necesito saludable para capturar al objetivo.

Sin despegar sus ojos de la inmensidad del cielo nocturno, asintió. Esa respuesta fue suficiente para que su compañero lo dejará solo.
Aunque  quisiera decirle lo que pensaba, aunque necesitará sacar lo que le aturdía, no podía. La culpa lo mataba y no podía hacer nada. Su vida día a día se apagaba. No le quedaba nada más que confiar. Confiar y dejar el trabajo a alguien más.

—¿Algún día me perdonarás _____?—susurró y su voz se corto. Ahora sus lágrimas se perdían entre las gotas de la lluvia.

Itachi estaba arrepentido, pero no podía parar a la muerte. Sólo burlarla. Nadie tiene la vida comprada y el no merecía que se le otorguen plazos. Estaba acabado.

🔶🔶🔶

Torre del bosque de la muerte, 12:30 p.m.

_____.

Palabras vacías, murmullos apagados, personas en la lejanía. El Hokage hablaba con mucha inspiración, tratando de que sus palabras entraran en los pequeños cuerpos que tenía en frente, como sí de esa manera pudiera dejar un pedazo de su voluntad.

Yo lo observaba, pero no estaba consiente, no estaba en ese lugar. Todo en mi cabeza estaba en blanco. Me sentía ajena. No estaba a gusto. Por primera vez yo misma sentía que estaba ocupando un lugar que no era mío. Ese no era mi hogar. No era el lugar en el que debía estar, a pesar de haber crecido en el.

—Las preliminares se harán de inmediato—pronunció entre tos el sensor de la tercera fase.

Parpadeé varias veces en mi lugar, tratanto de centrar mi atención al hombre de enfrente.

La segunda fase la había pasado sin ningún inconveniente, llegué antes de lo planeado. Espere los días posteriores a esos a que todos los demás hicieran acto de presencia. Para mí sorpresa los nueve novatos habían pasado, al igual que el equipo de la arena, unos del sonido, el grupo del chico extraño y el de Neji. Claramente habían más pero esos no me importaban.

—La pantalla que ven atrás de mí, indicara los nombres de los combatientes, así que les pido que presten atención para saber el turno de cada quien—indicó de nuevo, después de toser—. Aquellos que no se sientan en disposición de seguir, por favor levanten la mano, así automáticamente estarán fuera.

Ante lo dicho, sentí que alguien me tocaba el hombro. Me sobresalté, pero luego miré al dueño de la mano recuperando mi compostura. Últimamente estaba muy fuera de mi.

—Nosotros acabamos aquí, éxito— me dijo Kirie con una pequeña sonrisa mientras Misaki se ponía a su lado.

—Gracias—pronuncié sintiendo mi voz muy anormal, no era la misma. ¿O sí?

OUTRO: TEAR [Neji Y Tú] 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora