Capítulo 15

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Soñar despierto es una de las habilidades más hermosas de los seres humanos. La imaginación, se vuelve el arma perfecta para crear mundos fantásticos y la mente... puede protegernos o destruirnos lentamente.

La blanca nieve caía poco a poco sobre su rostro. Se derretía al contacto de la cálida piel. Su cuerpo tendido sobre el manto blanco observaba aquellos copos que descendían lentamente. Sus coloridos ojos brillaban ante la primera vista de su vida.

—Perdóname—pidió la mujer a su costado—, yo te he dado este trágico destino—sonrió tristemente—no pude comprenderlos y no es necesario que lo hagas—acarició el rostro del pequeño cuerpo tendido en el suelo—. Sé libre, cumple tu misión, no te debilites, no ames.

La niña la miró. La gran mancha roja en el blanco pecho del kimono de la albina, captó su atención. Se extendía con gran velocidad.

—No cometas el mismo error o acabarás así—advirtió cansada la mayor—se fuerte—su voz se apagó y cayó junto a la niña sobre la fría nieve—recuerda quién eres, recuérdame—pronunció sus últimas palabras.

Su vida se había acabado. Sus ojos no se cerraron, pero el brillo que tenían fue opacándose poco a poco hasta quedarse en nada.

La infante acercó la mano a los labios rosados de su contraria y recorrió con sus dedos aquella curva que mantenía. Una sonrisa. Murió feliz.

"No olvides quién eres".

Resonó en su cabeza. Ahora entendía para que existía, ya sabía que debía hacer.

—No cometeré tus errores—susurró al cuerpo inerte—antigua yo.

Sé pusó en pie y caminó dejando atrás a su anterior cuerpo. Había renacido y no estaba dispuesta a volver a fallar.

La sangre del cadáver se extendió manchando la puereza del manto blanco en señal del triste final que esa esencia tuvo. Pero ella lo sabía.

"De los errores se aprende".

🔶🔶🔶

Torre Hokage 4:37 p.m.

Neji.

—¿Mandó a llamarme Lady Hokage? —cuestioné entrando a la oficina.

—Así es—respondió la de coletas.

Miré a mi alrededor y noté que todo mi equipo estaba ahí. Caminé en silencio y me coloqué a su altura. Ellos me vieron con la duda reflejada en sus ojos. Los ignoré.

Todos sabían lo que había ocurrido, lo que la Senju mayor le había hecho a su prima. La condena que le impuso por miedo. Entendía que esperaban que hiciera algo, pero ¿que podría hacer? Ya era tarde. Podía sentir ira hacia la líder de nuestra aldea y discutir por sus acciones precipitadas, sin embargo, eso no cambiaría nada. Lo hecho, hecho está y no se puede cambiar. Esa es la cruda realidad.

—Hokage, ya estamos todos presentes ¿puede explicarnos?—habló Lee.

—Aún no estamos todos—dijo ella indiferente.

En ese instante la puerta se abrió de golpe dejando ver una cabellera rubia y un traje naranja que reconocería en cualquier lado. Fruncí el ceño. De todos en la aldea, él era a quién menos quería ver. Seguía sin poder aceptar que él supiera más cosas de la albina, que yo. Me sentía inferior a su lado.

OUTRO: TEAR [Neji Y Tú] 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora