Capítulo 10

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Sus pasos resonaban por el lúgubre lugar, su capa se arrastraba por el frío suelo y sus dos coletas ondeaban con severa tranquilidad mientras tarareaba una canción que sólo ella conocía.

—¡Ataquen!—se escucharón los gritos de los ninjas del Sonido.

Todos al mismo tiempo hicieron su jutsu, esparciendo las ondas por todo el lugar. Aquella persona no tendría escapatoria.

—Técnica de cuerpo: sangre explosiva—se escuchó a lo fondo del pasillo.

Muchos de los hombres comenzaron a explotar como fuegos artificiales exparciendo su sangre por aquel dinimuto pasaje.

—¿Quién eres?—preguntó con el miedo a flor de piel, el único hombre sobreviviente de aquella masacre.

Un par de ojos rojos como la sangre brillaron en aquella oscuridad, acelerando el pulso y la respiración del pobre sujeto.

—Apocalipsis—soltó en susurro profundo y desquebrajante.

Y ahí en la penumbra, el hombre lo vió. El enorme cuerpo que se escondía a sus espaldas, la razón por la cual morían. Un fuerte dolor se hizo presente y antes de sentir como su propia sangre le arrebataba la vida, vislumbro aquel rombo dorado que adornaba su pecho. Era el fin.

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Preliminares, 2:30 p.m.

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El siguiente encuentro ya había dado inicio, Gaara contra Lee. Pero eso no era lo importante ahora.

Camine por el extenso lugar buscando a una sola persona. Neji.

Después de su enfrentamiento con la señorita Hinata, se había quitado de la baranda, ya que todos, principalmente Kiba y Shino, no dejaban de reclamarle sobre lo que había hecho.

Estaba mal, lo sé, pero igual el debía sentirse igual o peor. No por ella, ni por arrepentimiento, pero el recordar los fantasmas del pasado no era algo que a muchos nos gustará tener de vuelta y mucho menos a él, quien creía que los había enterrado junto con su padre.

Seguí observando detenidamente el lugar hasta que di con él. Estaba de espaldas a mí, tenía el cabello ligeramente revuelto por la pelea, veía fijamente uno de los pilastrones que sostenían el pedazo de concreto sobre nuestras cabezas.

—Neji—le hablé.

El giró en mi dirección.

—¿Qué?¿También vienes a reclamarme por la señorita Hinata?—preguntó tratando de ocultar su molestia con la ironía.

—No—respondí—. Quiero que hablemos de nosotros.

Él comenzó a soltar leves risitas mientras negaba con la cabeza.

—¿Nosotros?—alzó una ceja—No existe tal cosa—continuó con su risa.

—¿Por qué me odias?—volví a cuestionar—Siempre dices que te hice daño y te engañé, ¿cómo? ¿Cuándo lo hice?—expresé demasiado rápido las preguntas, quería respuestas.

El paro de reírse y cambio su semblante a uno de enojo. Caminó hasta quedar frente a mí. Sus ojos perla se clavaron en los míos y el miedo comenzó a invadirme de nuevo, pero no podía retroceder, no ahora, me lo había prometido. Le haría frente.

OUTRO: TEAR [Neji Y Tú] 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora