La foto
A la mañana siguiente, me despierto más baja de ánimo de lo que me gustaría. Vamos Liv anímate, me digo a mí misma. Es viernes, te espera una cita y no tienes motivos para estar así. Pero si los tengo, él se va y va a pasar mucho tiempo hasta que vuelva. Tengo que intentar que eso no me amargue el día. En la biblioteca procuro mantenerme ocupada, es mi último día como becaria y el lunes comenzaré una nueva etapa. Doria está de buen humor; los viernes todo el mundo está contento y lleno de energía y yo los disfruto como la que más.Déniss me espera de pie en la puerta y nada más vernos, me planta un señor beso.
—Tenía muchas ganas de verte —me dice con una gran sonrisa.
—Y yo. No veía el momento de salir. ¿Qué vamos a hacer?
—Pues, a no ser que tengas una idea mejor, pienso meterte en mi habitación y no dejarte salir en un buen rato —sus ojos y su cara cambian de expresión.
—Me parece una idea perfecta.
Caminamos de la mano hasta su hotel. Es evidente que los dos estamos deseosos el uno del otro y que en nuestra mente, ahora mismo, solo hay un pensamiento. Entramos en el ascensor y Déniss me levanta en peso mirándome fijamente. Llegamos a su habitación y aún en brazos, me lleva directa hacia la cama. Me desnuda rápido, pero disfrutando el momento. Sin andarse con rodeos, se sube encima de mí y comienza a besarme. Creo que lo que mejor hace de todo, es besar. Yo no puedo hacer otra cosa que rendirme ante su lengua y sus manos y simplemente, sentir. Hacía tiempo que no veía sus alas y su imponente figura. Con los ojos cerrados y sin hablar, damos rienda suelta a nuestras ganas, hasta ahora contenidas. Pero Déniss no se detiene.Me besa desde la frente hasta los pies manteniendo mi cuerpo en alerta y va directo con su boca hacia mi entrepierna, haciéndome gritar de puro placer. Cuando ve que he alcanzado el segundo, me penetra moviéndose con fuerza hasta que alcanzo el tercero.
—No es justo que tenga que esperar tanto para volver a verte. Voy a echarte mucho de menos. Tus besos, tu lengua, tus manos...no es justo.
—Sé que no es justo y yo también te voy echar mucho de menos, más de lo que crees. Estaba deseando tenerte en mi cama.
—¡Ya veo! Un poco más y me desmayo.
—¿He sido muy brusco? —me pregunta asustado.
—Qué va, no te preocupes por eso. Si alguna vez veo que es demasiado te lo diré, pero dudo que eso pase. Me refería a desmayarme en el buen sentido.
—Vale, me dejas más tranquilo. Me alegro de que te guste y a mí también me encanta. Se nota ¿verdad? Me pasaría el día aquí contigo haciendo solamente esto.
—Pero eso no va a pasar —le digo con la mirada perdida—. Te vas prácticamente ya y no sé cómo voy a llevar esto del tiempo, aunque la verdad que, teniendo el plan de ejercicios y los entrenamientos con Elah, creo que lo llevaré bastante mejor que la primera vez. O eso espero...
—Ya verás como sí, aunque pase lo que pase, esta vez no puedo volver tan pronto. Sería demasiado arriesgado, pero te prometo que en cuanto pueda, me escapo.
—Lo has prometido, no lo olvides —digo señalándole con el dedo.
—Créeme, jamás se me olvidaría algo así.
—¿Has quedado con ella para volver, verdad?
—Sí. ¿A qué viene esa pregunta?
—No sé, igual que te dije que Eric no me daba buenas vibraciones, ella tampoco. ¿Sabes que Elah y ella han quedado hoy y no precisamente para entrenar?
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Vuela conmigo (Bilogía "Alas negras" nº1)
RomanceCuando Liv se muda a Trasov Vil, una ciudad situada al norte de Rumanía, lo hace con el objetivo de trabajar en una de las mejores bibliotecas del continente y cambiar por fin, su estilo de vida. Pero pronto descubre, que esa ciudad tiene mucho más...