Capítulo 7. Tiempo y tinta

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Tiempo y tinta

Abro los ojos con la sensación de haber soñado durante toda la noche. Sueños oscuros, de despedidas y lágrimas, en los que grito y corro tras él. Sigo con la misma sensación de abandono o todavía más; como si un lunes normal no fuese ya suficientemente duro. Aún es temprano, pero me meto a la ducha con la esperanza de que parte de mi desazón se vaya por el desagüe. Nunca me había duchado con nadie hasta ayer. Recuerdo el momento vivido en el baño y todo el sexo que hemos tenido y no soy capaz de asimilarlo. Por lo menos, si esto acaba aquí, no me habrá dejado indiferente. Voy caminando tranquilamente a por mi zumo y mi panecillo y mis ojos se van directos al sitio donde hablamos por primera vez, removiéndome todo. No puedo seguir así o seré un alma en pena y los días se me harán eternos. Necesito mucho trabajo, estar ocupada, salir, hacer cosas, comprarme ropa, hacerme un tatuaje. De repente y sin buscarlo, he encontrado el tatuaje perfecto ¡Sus alas! Me las voy a tatuar, en pequeñito, justo en el costado izquierdo debajo del pecho. ¿Y si me arrepiento? Mi repelente lado racional me dice que, me dé un margen de dos semanas y si entonces, sigo pensando que es buena idea, lo haga. La verdad, me parece un buen trato para algo tan importante y permanente. Me pregunto si seré la única persona que hace tratos internos consigo misma. Entre todos estos pensamientos, llego al trabajo antes de tiempo.

—Buenos días Liv, llegas pronto.

Doria tiene la misma cara de lunes que de viernes, impasible.

—Buenos días Doria. Sí, me he levantado pronto. ¿Necesitas que te ayude con algo?

—Pues la verdad que sí. Nos ha llegado un pedido de libros antiguos y hay que colocarlos en la Sala B. Ven conmigo.

Entramos a la sala donde están los tesoros, solo accesible bajo llave, petición especial, cita previa, guantes y vigilancia. Vaya, todo un ritual que seguro bien merece la pena para historiadores, investigadores y paleólogos; profesión que me planteé cuando terminé el instituto. Pero soy demasiado vaga y seguramente, es una de las profesiones que nadie elige, ya que serviría de poco para ganarte la vida.

—Te puedes sentir afortunada de estar aquí, si los libros no pesaran tanto no te lo pediría, pero mis huesos ya no son lo que eran.

—No te preocupes, lo hago encantada —digo pasando por alto el hecho de que solo me quiere para levantar el peso.

—No saques ningún libro de su caja. Llevan escrito fuera donde hay que colocarlos. Simplemente coge la caja y ponla en su lugar.

—De acuerdo.

Doria sale haciendo sonar sus tacones como de costumbre. Esto me mantendrá ocupada unas cuantas horas, justo lo que necesito. Hay demasiadas cajas y pienso tomármelo con calma, cuanto más tiempo tarde, mejor. Echo un vistazo a los títulos para ver qué son las reliquias que voy a colocar y que no me está permitido ver, ni tocar. Comienzo a colocarlos de manera obediente siguiendo las instrucciones de Doria. Tenía razón con que los libros pesan como piedras. "La isla oculta", "El mundo antes del mundo", "Los primeros", "Seres de otro lado", "La otra Biblia"... un sinfín de títulos, cada cual más atractivo que el otro. Pero hay uno que llama mi atención por encima de los demás, "Seres de otro lado". ¿Hablará ahí de lo que Déniss es? Su grupo, su mundo...En realidad no sé lo que son. Son humanos, o fueron humanos, pero diseñados y hechos a medida para llevar a cabo una serie de tareas. En su caso, Los Siete son como el ejército, listos para luchar en caso de guerra. Tengo que ver lo que pone en ese libro. Echo un vistazo a mi alrededor, no parece que vaya a entrar nadie por aquí en un buen rato. Abro la caja con mucho cuidado, sin dejar de mirar a la puerta. El interior de la caja va forrado con papel de burbuja, dentro una bolsa de plástico transparente y dentro de esta, una especie de toalla de terciopelo color verde oscuro. Imagino que debajo de todo eso está el libro. Abro con mucho cuidado la bolsa. ¿Estaré cometiendo un crimen? Aparto la toalla que lo cubre y ahí está. El libro es muy grande y grueso, con la tapa en colores marrón, dorado y marfil. Realmente parece una joya. Lo saco con mucho cuidado de la bolsa; este libro debe de costar una fortuna. Al abrirlo se oye el sonido de unas páginas que han estado cerradas durante mucho tiempo y por un instante, parece que se me pueda quebrar entre los dedos. Intento tocarlo lo menos posible aunque mis huellas ya están en él y no hay nada que me exima de la culpa. Hay algunas ilustraciones muy bien logradas. Hombres lobo, vampiros, brujas, hadas, sirenas y demás nombres que no logro reconocer. Nada parecido a Déniss. Todos los seres del libro parecen salidos de una película o una leyenda y sin duda alguna, él es real, muy real. No tendría que haberlo abierto. Me dispongo a guardarlo todo conforme estaba y oigo la puerta.

Vuela conmigo (Bilogía "Alas negras" nº1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora