cinco;

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Raven trata de esconder una sonrisa ante la ocurrencia de Wynona. Tenía que admitir que la castaña era lo suficientemente agradable para que fuese su amiga, se sorprendía que era una de las pocas personas de las cuales su presencia no le parecía miserable.

—Odio aquí—Suelta—Quiero decir no aquí aquí, porque amo la Torre y a ustedes, pero me refiero al planeta. Ese niño pateo el bote de basura y yo solo lo obligue a recogerla, no es mi culpa que tratara de escaparse.

—Lo perseguiste por cinco manzanas antes de taclearlo.

La castaña achina sus ojos y piensa en ese momento. Tal vez había hecho mal en lanzarse sobre el niño, pero no era su culpa que quisiese un mundo más ecológico, ¿Acaso no sabía que toca esa basura contaminaba el reino del Rey pez?

—En mi defensa...—Wynona trata de pensar— em...hm... yo... yo aveces trato de contribuir con el mundo—Raven asiente y ambas ven pasar a Damian de lejos.

El pelinegro no se inmuta en dirigirles la palabra.

—¿Qué ocurre entre tú y él?—Pregunta la de cabello morado.

Hace dos semanas, desde la fiesta de Wynona Damian había dejado de molestar a la castaña.

—No lo sé—confiesa—Realmente creí que después de la fiesta podríamos mejor nuestra relación pero, solamente me ha evitado. Aquí, en la escuela. Actua como si no existiese...a como lo hace comúnmente.

—O como si estuviese celoso—Escuchan.

Ambas chicas voltean a un lado para observar a una divertida Terra con los brazos cruzados sobre su pecho.

—¿Qué?

—¿No nos comentaste que saliste con ese chico? ¿Ares?

—Albus, y solo fuimos al cine. De todas formas, estás equivocada—Musita rodando sus ojos—Damian jamás estaría celoso.

•••

—Estás celoso—Comenta Dick con burla hacía su pequeño hermano.

Ambos estaban en el salón de entrenamiento de la mansión. El único momento de relajación de Damian es interrumpido por un troglodita con tendencias de cupido.

—No.—responde com simpleza.

Por supuesto que no estaba celoso, Wynona no era motivo para estarlo y si así fuese, no tendría de que preocuparse. Era evidente que él era muchísimo mejor que Albus, en todos los sentidos.

—¿La máquina de matar está enamorada?—Damian deja de golpear el saco de boxeo para encarar a su hermano con rudeza.

—Escúchame muy bien estúpido—Bocifera—No estoy y no estaré enamorado de Wynona, es demasiado torpe, me enoja que siempre me contradiga; además me causa dolor de cabeza...

—Y por eso te encanta—interrumpe a su hermano.

Damian frunce el ceño y niega, ¿acaso no había escuchado nada de lo que había dicho?

Hablar con Dick Grayson era como hablar con un bebé, y él no seguiría hablando con un bebé.

Cuando estaba por abandonar al pelinegro, el -ahora- conocido como Nigthwing habla nuevamente—Escucha Damian, se lo difícil que es aceptar tus sentimientos. Pero si empiezas a aceptarlos, tal vez puedas ver lo que realmente pasa entre ustedes.

—Como sea—Responde antes de irse.

Dick Grayson podía meterse su consejo por donde quisiese. Ya estaba cansado de escuchar lo mismo por parte de Dick , de su padre y de Alfred. Él no sentía nada por la castaña, que haya sido amable una sola vez en su vida con ella no quería decir que la amara, tal vez una amistad, pero eso ya la tenían, eso era lo único que Damian no podía negar, Wynona le agradaba pero no la amaba de esa forma.

—No me gusta—Murmura cuando entra a su habitación.

—No me gusta—Murmura cuando entra a su habitación

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LATCHᴰᴬᴹᴵᴬᴺ ᵂᴬᵞᴺᴱ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora